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Prevención

Diarrea neonatal: vacunar 100 vientres vale 1/4 de ternero

Especialistas analizan el impacto de la diarrea neonatal en terneros y cómo prevenir, tratar y controlar esta enfermedad tal común y costosa.

Motivar | Daniela Mattiussi
Por Daniela Mattiussi 9 de agosto de 2025 - 08:00

La diarrea neonatal del ternero (DNT) representa una de las principales causas de pérdidas en los sistemas de cría bovina en Argentina. Afecta a terneros durante sus primeras semanas de vida y puede provocar tanto la muerte como consecuencias productivas duraderas en el tiempo.

Si bien existen múltiples formas de prevenirla y tratarla, muchos establecimientos aún padecen sus efectos por errores de manejo, desatenciones en la sanidad (no vacunan) o por no dimensionar el verdadero costo que implica “no hacer bien las cosas desde el inicio”.

Atentos a esto, desde MOTIVAR dialogamos con tres veterinarios especialistas en la temática quienes coincidieron en que se trata de una enfermedad compleja.

“La diarrea neonatal es un síndrome complejo en el que interactúan diversos patógenos, como rotavirus, Cryptosporidium parvum, E. coli y coronavirus, con factores predisponentes como el am biente, el manejo, la nutrición, el estado inmunitario del ternero y la categoría de la madre”, explicó el MV Enrique “Quique” Louge, docente universitario y ex investigador del INTA Balcarce.

Y aclaró: “En campos de cría, los más comunes son rotavirus y Cryptosporidium, que se mantienen viables en el ambiente por meses. Los terneros enfermos son la principal fuente de diseminación: verdaderos amplificadores biológicos”.

Una práctica exitosa en algunos establecimientos es la hidratación proactiva de los terneros más jóvenes con agua y sales, incluso si no tienen diarrea Una práctica exitosa en algunos establecimientos es la hidratación proactiva de los terneros más jóvenes con agua y sales, incluso si no tienen diarrea

Por su parte, el MV Bautista Aguirregabiría, con base en Orense y dedicado mayormente a la sanidad en rodeos de cría, indicó que los efectos de esta patología pueden verse tanto en el corto como en el largo plazo. “La diarrea afecta al ternero en sus primeras semanas y puede provocar la muerte, pero incluso si sobrevive, pierde kilos que después se sienten mucho al destete. Nos ha pasado revisar vaquillonas para reposición y ver que las más chicas eran aquellas que habían tenido diarrea al nacer. Es algo que arrastran toda su vida productiva”, relató.

¿Qué categorías y por qué?

Los especialistas coinciden en que la diarrea neonatal afecta principalmente a terneros entre las 12 horas y los 45 días de vida, con mayor incidencia en la segunda y tercera semana. En esa etapa, el sistema inmunológico del animal depende fuertemente de la inmunidad pasiva transferida por la madre a través del calostro.

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El MV Martín Alassia, productor y docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de Esperanza.

El MV Martín Alassia, productor y docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de Esperanza.

“Cuando el calostrado falla, el riesgo se multiplica. Y muchas veces el problema no es que la vaca no tenga calostro, sino que el ternero no lo toma a tiempo, o que está contaminado por malas prácticas de conservación”, remarcó desde la provincia de Santa Fe, el MV Martín Alassia, productor y docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de Esperanza.

En ese sentido, Louge aportó datos duros: “Los hijos de vaquillonas tienen 4 veces más chances de enfermarse. Y los partos distócicos aumentan entre 2 y 4 veces el riesgo de enfermedades neonatales. Por lo tanto, son fundamentales las recorridas periódicas para la detección temprana de distocias y el control del calostrado. Un ternero tiene que incorporarse y mamar calostro en las primeras 2-6 h posparto”.

Fuerte impacto

La DNT desencadena una diarrea que, en el peor de los casos, "termina en muerte". Un ternero muerto por diarrea representa "un ternero menos al destete". En ese sentido, Louge estimó que, si se considera un peso promedio de 170180 kg al destete, la pérdida asciende a $624.750 por ternero/a muerto. Incluso si el ternero sobrevive, puede pesar un promedio de 9 kilos menos al destete, lo que significa una pérdida potencial de $33.075 por ternero/a.

La diarrea afecta al ternero en sus primeras semanas y puede provocar la muerte, pero incluso si sobrevive, pierde kilos que después se sienten mucho al destete La diarrea afecta al ternero en sus primeras semanas y puede provocar la muerte, pero incluso si sobrevive, pierde kilos que después se sienten mucho al destete

Pero el impacto va más allá de lo económico. Aguirregabiria explicó que los terneros que se salvan “no van a tener el mismo desarrollo y arrastrarán las con secuencias para toda su vida, afectando su productividad, como la aptitud de las vaquillonas para el servicio”.

Además, Alassia enfatizó un costo menos visible pero igualmente importante: la diarrea neonatal “agota al personal y ese agotamiento puede llevar a la desatención de otras enfermedades en la crianza y, en casos extremos, a la renuncia del personal”. Y agregó: “no se puede comprar el tiempo para un calostrado correcto o para hidratar terneros, afectando directamente el bienestar y el confort del personal de campo”.

Prevención: la llave del éxito

Los tres especialistas coinciden en que la prevención es fundamental. Las estrategias clave incluyen:

1. Vacunación de las madres: La vacunación de la vaca en el último tercio de lagestación permite que la madre genere inmunoglobulinas que son transferidas al ternero a través del calostro.

Louge especificó que en la primera vacunación se aplican 2 dosis (60 y 30 a 15 días antes del parto) y luego un refuerzo anual. En campos con alta prevalencia, se recomiendan 2 dosis anuales e incluso una tercera dosis en hembras sin ternero al pie en pariciones dispersas.

Por su parte, Aguirregabiria sugiere la adición de cobre en zonas deficientes para una mejor respuesta inmune del ternero, ya que este nace con reservas hepáticas necesarias para una buena respuesta inmune.

2. En lo que respecta al costo de vacunación, es significativamente bajo en comparación con las pérdidas. Louge lo cuantificó en “0,47 Kg de ternero por vientre y 47 kg de ternero por rodeo o aproximadamente 1/4 de ternero destetado por cada 100 vientres vacunados en el primer año”.

Los hijos de vaquillonas tienen 4 veces más chances de enfermarse. Y los partos distócicos aumentan entre 2 y 4 veces el riesgo de enfermedades neonatales Los hijos de vaquillonas tienen 4 veces más chances de enfermarse. Y los partos distócicos aumentan entre 2 y 4 veces el riesgo de enfermedades neonatales

3. Manejo del calostro: Alassia subrayó que el calostrado es esencial, pero también insiste en la higiene de ese calostro. “Es crucial asegurar que el ternero ingiera el calostro adecuado en cantidad y tiempo, y que este sea de calidad, evitando la contaminación bacteriana en el almacenamiento”, especificó. Louge mencionó que el retraso en la ingesta de calostro es la causa más común de fallas en la transferencia pasiva de anticuerpos.

4. Higiene y rotación de ambientes: Alassia describió la DNT como una enfermedad multifactorial donde la higiene de los lugares de nacimiento, de recepción y de crianza es tan importante como los patógenos. Por su parte, tanto Aguirregabiria como Louge destacaron la importancia de evitar la concentración y el hacinamiento de las vacas en el momento del parto y de rotar anualmente los potreros destinados a la parición, evitando áreas encharcadas o recientemente ocupadas por bovinos.

5. Otro concepto importante es el de "ecopatías" que introduce Alassia y que se trata de enfermedades "predispuestas por el uso intensivo de los lugares con falta de proyección y falta de rotación". El MV enfatizó que los productores invierten en tecnologías de insumo (como semen sexado) pero a menudo descuidan la tecnología de proceso, es decir, cómo se hacen las cosas, como la gestión del calostrado y la higiene.

Hidratar es la prioridad

Una vez que la enfermedad se presenta, el enfoque principal debe ser la rehidratación. "La rehidratación con fluidos y electrolitos es la medida terapéutica más importante", afirmó Louge. A lo cual Alassia añadió que el animal se muere por un trastorno multiorgánico, por deshidratación más que por una bacteria o un virus.

En ese sentido, ambos indicaron que es crucial no utilizar antidiarreicos, ya que estos enmascaran el signo y empeoran el cuadro al impedir que el animal expulse las toxinas. Tampoco se recomienda usar soluciones caseras con azúcar de mesa (sacarosa), ya que los terneros no la digieren y agrava la diarrea.

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El MV Enrique “Quique” Louge, docente universitario y ex investigador del INTA Balcarce.

El MV Enrique “Quique” Louge, docente universitario y ex investigador del INTA Balcarce.

Respecto al uso de antibióticos, indicaron que debe ser prudente y supervisado por un veterinario ya que los mismos no son efectivos contra rotavirus y su uso indiscriminado puede generar resistencia bacteriana.

De tal forma, Louge recomendó su uso solo en casos específicos de severidad clínica o cuando se detecta una bacteria específica como causa, como Salmonella o E. coli enterotoxigénica. “No se requieren antibióticos si el ternero con diarrea está fuerte, dispara y no se puede enlazar”, indicó.

Y Alassia reforzó que son enfermedades autolimitantes y “no tiene sentido inundarlos con antibióticos si el organismo mismo puede limitarla”.

Si se considera un peso promedio de 170-180 kg al destete, la pérdida asciende a $624.750 por ternero/a muerto Si se considera un peso promedio de 170-180 kg al destete, la pérdida asciende a $624.750 por ternero/a muerto

En este marco, los profesionales coincidieron que la detección temprana es vital. Alassia aconsejó observar la parte medial del ojo del ternero ya que un hundimiento puede indicar deshidratación incluso antes de la diarrea. Lo mismo observar la falta de apetito y las orejas caídas ya que también son señales de alarma.

“Una práctica exitosa en algunos establecimientos es la hidratación proactiva de los terneros más jóvenes con agua y sales, incluso si no tienen diarrea, lo que facilita el control si la enfermedad aparece”, añadió Martín Alassia.

Según Louge, un tratamiento completo —que incluya soluciones rehidratantes, antiinflamatorios no esteroides y eventualmente un antibiótico— puede costar entre $2.100 y $13.600 por ternero, dependiendo de la gravedad del cuadro.

Las ecopatías y la medicina veterinaria preventiva

Alassia subrayó la importancia de las ecopatías, que son enfermedades que surgen del "uso intensivo de los lugares con falta de proyección, con falta de rotación". Esto implica que el problema no es solo el patógeno, sino el sistema en ese sentido y los veterinarios concuerdan en la necesidad de la medicina veterinaria preventiva.

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El MV Bautista Aguirregabiría, con base en Orense y dedicado mayormente a la sanidad en rodeos de cría.

El MV Bautista Aguirregabiría, con base en Orense y dedicado mayormente a la sanidad en rodeos de cría.

"El esfuerzo de preñar muchas vacas se te diluye si los terneros no sobreviven o no se desarrollan adecuadamente. La diarrea neonatal no es solo una enfermedad, es un recordatorio de que la salud del rodeo es un reflejo de un manejo integral y de la proyección adecuada de los recursos y el personal en el campo, priorizando la tecnología de proceso sobre la de insumo, concluyó el profesional.

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