La garrapata bovina es un ectoparásito distribuido en las principales regiones ganaderas de Argentina. Para su control y prevención, los productos veterinarios garrapaticidas (PVG) autorizados por el Senasa son el insumo principal que se utiliza para llevar a cabo los tratamientos generacionales.
Con el objetivo de concientizar acerca del uso y manipulación responsable de estos productos, el Programa Nacional de Garrapata del Senasa recomienda un conjunto de medidas que se deben considerar para el correcto manejo de los residuos derivados de PVG, a fines de minimizar los riesgos en la salud humana, animal y el ambiente.
Existen diferentes medios de aplicación de los garrapaticidas, como pueden ser los inyectables, pour-on (derrame dorsal) o baños de inmersión. La implementación de estos tratamientos tiene por consecuencia cierta cantidad de desechos sobrantes, motivo por el cual es fundamental el manejo adecuado de los mismos.
Estrategias
Los residuos de PVG, que pueden ser los frascos de inyectables, los bidones de plásticos o restos líquidos procedentes del baño de inmersión deben reciclarse en la medida de lo posible y sólo puede considerarse su enterramiento o incineración cuando el reciclaje no sea viable y en un lugar específicamente asignado para este fin (tal es el caso de los frascos de PVG inyectables).
Si se trata de la eliminación de envases de garrapaticidas de uso en forma de inmersión / aspersión (bidones), es esencial utilizar la técnica del triple lavado. La misma consiste en llenar una cuarta parte del envase vacío con agua obtenida de la pileta de cubicación, cerrar el bidón, agitarlo durante un minuto y finalmente vaciar el contenido en el bañadero, repitiendo ese ciclo dos veces más.
Por otra parte, es importante que los desechos de bañaderos de inmersión sean inactivados antes de ser descartados al ambiente. Para ello, se recomienda a los productores consultar con su veterinario privado o comunicarse con el Programa Nacional del Senasa.
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Existen diferentes medios de aplicación de los garrapaticidas, como pueden ser los inyectables, pour-on (derrame dorsal) o baños de inmersión.
“Es importante recordar que los residuos no deben eliminarse sin tratar en ningún tipo de corrientes de agua y en lo posible tampoco en sus cercanías. También tenemos que evitar que los residuos de limpieza o enjuagado lleguen por escorrentía a un curso de agua o cualquier forma de desagüe”, sostuvo Luciana Chaparro, responsable del Programa Nacional de Garrapata del Bovino del Senasa.
“En ocasiones, el vaciamiento de un bañadero se produce de manera incorrecta o incluso en cercanía del abastecimiento de agua del campo. Esto puede afectar a las napas de aguas que luego son consumidas por el personal del establecimiento o quienes viven allí”, agregó la veterinaria del Senasa.
El manejo integrado de garrapaticidas es un término ligado al concepto de Una Salud, que explica la interdependencia entre la salud humana, la sanidad animal y el ambiente. Para fortalecer y promover esta noción, es esencial tener conocimiento acerca del uso adecuado de los PVG cuando trabajamos con animales en zonas ganaderas con presencia de garrapata, ya que las intervenciones sanitarias deben ser responsables, de manera tal que se reduzca el impacto ambiental y el riesgo en la salud humana y del ganado.