El avance hacia sistemas lecheros cada vez más tecnificados trae consigo un desafío que crece en escala e importancia: el manejo de residuos, o mejor dicho del estiércol. Este fue uno de los temas centrales tratados en la jornada Leche Tech, organizada en marzo por Lely, Vetanco y la Universidad de Villa María.
Entre los referentes convocados, se destacó la MV Karina García, formada en Tandil y actual especialista del INTA en la Chacra Experimental Integrada Barrow, con más de 20 años de experiencia en la gestión de efluentes en el tambo.
Su presentación puso sobre la mesa una realidad ineludible: “El problema no es solo la cantidad de estiércol que se genera, sino la falta de conocimiento sobre su composición y la ausencia de diseños adecuados para su tratamiento”, alertó.
García explicó que los sistemas de encierre intensivo generan mayores volúmenes de efluentes, lo que obliga a repensar desde el diseño de las instalaciones hasta las tecnologías aplicadas. “Podemos invertir mucho en tecnología, pero si no se adapta a lo que realmente generamos, terminamos creando nuevos problemas en lugar de solucionarlos”, remarcó.
El manejo de residuos
La especialista también propuso una hoja de ruta para abordar esta problemática en tres pasos: definir cómo se limpiarán las instalaciones, establecer un plan de manejo de los residuos y, finalmente, decidir qué se hará con esos materiales. “Hoy hay productores que reutilizan los efluentes, pero sin un criterio técnico claro. El desafío es cómo optimizar ese aporte sin comprometer el ambiente ni la eficiencia productiva”, concluyó.
El manejo de residuos en los tambos no puede quedar relegado. En tiempos de producción intensiva y creciente presión ambiental, encontrar soluciones adaptadas y efectivas no solo es una necesidad técnica, sino también una obligación ética con el entorno. La sustentabilidad de los sistemas lecheros depende en gran parte de cómo se gestionen estos residuos.
FUENTE: Todo Lechería