“Este plan hay que empezar a considerarlo a largo plazo, no es único, sino que viene desde hace muchos años y va a continuar; pero hay que permitirle que evolucione”. Así comenzó su charla Jorge Hart, jefe del Programa de Brucelosis Senasa, sobre la evolución del plan nacional de control y erradicación de la brucelosis bovina.
“Estamos vacunando entre 6 y 7 millones de terneras anualmente y es un dato que se sostiene en el tiempo. Con estas cifras, se cumple el 95% de actividad vacunal y teníamos un 12% de prevalencia en los establecimientos, por lo cual no estábamos trabajando en detectar y sanear los establecimientos infectados. Así fue que nos quedamos en una situación de estabilidad endémica”, relató Hart.
Marco normativo actual
El referente del Senasa indicó que todo lo anterior lleva al marco normativo actual en el cual se planteamos objetivos generales como disminuir el impacto negativo que produce la brucelosis bovina en la producción, el comercio y la salud pública.
Pero en lo particular y, para poder quebrar esa situación de estabilidad endémica, debían trabajar en reducir la prevalencia de predios infectados a través de la detección y saneamiento.
“Ahí fue cuando cambiamos de normativa y pasamos a la resolución 67/2019 la cual cumple con los objetivos y funciona como un engranaje, por lo que, si falta alguno, es imposible seguir avanzando en el plan”, especificó Hart.
Por lo tanto, contiene la vacunación; la detección de predios positivos y la Determinación Obligatoria del Estatus Sanitario (DOES), el saneamiento de predios positivos, el control de movimientos y el desarrollo de los sistemas de vigilancia.
Respecto al DOES quienes habían realizado uno total o de muestro, tenían el apto China; pero quienes tenían sus establecimientos como positivos o no tenías estatus, eran no aptos China. “Esto parecía ser una medida atada a la situación comercial, pero en realdad formó parte del plan y no fue la finalidad principal del plan, sino que haya un programa de control y erradicación a lo largo de los años”, agregó.
Además, entre los establecimientos que resultaban positivos, el productor y el veterinario a cargo debían presentar un plan de saneamiento acorde a su sistema productivo y situación sanitaria, con fechas de diagnóstico y eliminación, las tareas ejecutadas dentro del año y un plan total de no más de 3 años.
Por otro lado, el control de movimientos para evitar la diseminación de la enfermedad y el ingreso de enfermedades a rodeos libres, la realización de diagnóstico previo al movimiento y con una serología previa como condición para los animales que vayan a reproducción.
“Con este plan, llegamos a que el 27,4% (71.524) de las unidades productivas del país conozcan su estatus sanitario, por lo que saben si son libres, negativas o con casos. En la etapa previa, este porcentaje era del 3%, pero, además, este 27,4% contiene al 59,6% de los bovinos del país. El 22,4% de esos son libres y el 10% (7.174 establecimientos) son los positivos que están en etapa de saneamiento. Las provincias con mayor índice de DOES como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Pampa, etc, son los valores representativos”, detalló Hart.
Cierre de etapas
En este sentido, el desarrollo del plan se plantea en etapas marcadas por las condiciones epidemiológicas y aplicación de estrategias.
- Etapa 2002-2008 (Resolución 150/2002): amplia cobertura vacunal (95%), solo tambos y cabañas bajo el esquema de certificación, estabilidad endémica con prevalencia establecida del 12%.
- Etapa 2019-2020 (Res. 67/2019): Reestructura la estrategia dirigida a la detección de predios positivos (DOES).
- Etapa 2020-2024 (Res. 67/2019): Incorpora DOES muestreo (estatus negativo con la resolución 77/2021), el cumplimiento está atado al comercio de carne con China y comienzo de saneamientos.
“Es necesario dar continuidad a los planes sanitarios en todas sus etapas, por eso debemos trabajar de forma más dinámica y actualizando las normativas para ir corrigiendo los pequeños desvíos que se van produciendo. Antes de sacar una nueva resolución, debemos darle un cierre a esta última resolución para poder capitalizar el trabajo que venimos haciendo”, especificó el referente.
Además, indicó que el cierre de esta etapa va a llevar a trabajar en distintas acciones tales como profundizar la detección – DOES (trabajar en los sin estatus); incrementar el nivel de saneamiento (planes de saneamiento); el control de movimientos (ajustes – fechas determinadas); la vacunación estratégica con RB51 y Delta PGM Res. 957/2024 y re implementar vigilancia en remates feria.
Nueva Resolución 957/2024
Esta nueva normativa busca incorporar la vacunación estratégica al plan de brucelosis de la categoría vacas mayores de 24 meses (las que figuren el SIGSA para esta categoría, vacunadas con cepa 19 y período de pre servicio – post parto (no preñada).
El establecimiento debe estar categorizado como caso, bajo plan de saneamiento con serología no mayor a 6 meses, se puede revacunar, pero considerar el período y repetición de serología.
Se debe contar con la solicitud de uso por parte del veterinario acreditado y el registro de acta de vacunación.
Hart adelantó que en 60 días se comenzaría con esta vacunación.
Proyección de avances
Por último, el referente de Senasa indicó que los puntos a trabajar en el 2025 tienen que ver con “cambios normativos más profundos como la estratificación y regionalización para incorporar los sin estatus; revalidación de negativos con la incorporación de una normativa; esquema de saneamiento; control de movimientos por estatus y el sistema de vacunación”.
Y concluyó: “Respecto a la proyección del descenso de la prevalencia y teniendo en cuenta que actualmente el nivel está en el 12,4%, en base a la capacidad de detección de esta etapa y a la velocidad de los saneamientos, alcanzaríamos niveles inferiores de 0,2% de prevalencia de rodeos para el año 2041”.