El ingreso masivo de carne de cerdo tratadas con ractopamina —un aditivo prohibido en Argentina desde 2006— volvió a encender las alarmas en la cadena porcina. En el marco de la última conferencia de la Mesa de las Carnes, referentes del sector reiteraron su preocupación y exigieron al Gobierno que se prohíba también su uso en productos importados.
La ractopamina es un promotor de crecimiento vetado en más de 160 países, incluyendo a los principales mercados internacionales. Aunque sus efectos sobre la salud humana no son concluyentes, su uso reduce considerablemente los costos de producción, generando una situación de desventaja para los productores locales que cumplen con normativas más estrictas.
Competencia desleal
“Esto es una competencia desleal que perjudica directamente al productor argentino”, advirtió el Lic. Darío Panichelli, del equipo técnico de producción porcina del INTA Marcos Juárez. Según detalló, en mayo de 2025 el 95% de la carne porcina importada al país fue de origen brasileño, superando los 5,3 millones de kilos. “En volumen no impacta tanto, pero sí en la lógica del mercado: algunos importadores lo usan para manipular el precio del capón en pie”, afirmó.
Brasil, principal proveedor de estos cortes, ajusta su política exportadora según el destino. Mientras respeta las restricciones en mercados como Europa o China, emplea ractopamina para los envíos a Argentina y Uruguay, lo que deja expuesta la permisividad regulatoria local.
Entre enero y mayo de este año, las importaciones ya superaron los 25,7 millones de kilos, con un valor cercano a los U$S 78 millones. El volumen ya es superior al total anual de 2024, acercándose a los niveles históricos de los años 90.
Desde la Federación Porcina Argentina, el mensaje fue contundente: solicitan la inmediata anulación de la resolución que permite el ingreso de carne con ractopamina. Destacan que la industria nacional ha logrado importantes avances en sanidad y eficiencia, sin necesidad de recurrir a aditivos cuestionados.
“El desarrollo del sector se sostiene con esfuerzo y fondos propios. Es hora de que el Estado garantice un marco competitivo justo, con reglas claras y equitativas para todos”, concluyeron.
FUENTE: Red Panorama