El impacto de la buena salud de los animales en su productividad es indiscutible. Prevenir y controlar enfermedades tiene relación directa no sólo con el bienestar animale y la economía de los productores, sino también con los kilos que se producen y el precio que pagamos las personas finalmente para alimentarnos.
No es un slogan. Y si no nos creen, pueden preguntarle a la industria avícola estadounidense que, en solo un mes (enero 2025) vio afectadas unos 17 millones de aves por el presente brote de influenza aviar. O a los ganaderos alemanes, que estiman pérdidas superiores a los 1.000 millones de euros por el presente brote de fiebre aftosa que despertó la alarma en toda Europa.
El impacto de la buena salud de los animales es tan relevante, que hasta un reciente informe publicado por la agencia Reuters da cuenta de que, si se redujeran las tasas mundiales de enfermedades del ganado lechero en tan solo un punto porcentual, la producción aumentaría lo suficiente como para satisfacer las necesidades de 80 millones de personas y aumentaría los ingresos de los productores en casi U$S 4.000 millones.
¿Y en Argentina?
En nuestro país, las pérdidas por enfermedades en la producción de proteínas animales son evidentes. Tanto en los bovinos (carne y leche), como en los cerdos y la aves (por citar solo tres especies) aún persisten problemáticas sanitarias que, de manera más o menos evidente, terminan perjudicando los rendimientos esperados por los productores y sus asesores veterinarios.
Esta situación jugará un rol clave en un 2025 que plantea enormes desafíos 51para el agro argentino, con precios internacionales a la baja para los commodities, un tipo de cambio estable, retenciones y costos dolarizados. Y es ahí donde vuelve a asomar la ganadería y todo su potencial.
Sin que tampoco le sobre nada, la actividad ganadera mantiene buenas expectativas para este año al son de lo que incluso declararon veterinarios de todo el país a MOTIVAR en relación a sus buenas expectativas para las preñeces que se darán este año.
Pero no se vive de expectativas. Es pura biología. Cuanto mayores sean los cuidados que se destinen a la hacienda, mejores serán los resultados.
Es fundamental el rol de los veterinarios y su presencia a campo para seguir mejorando la productividad Es fundamental el rol de los veterinarios y su presencia a campo para seguir mejorando la productividad
Por eso cobra vital relevancia esta nueva edición de MOTIVAR, en la cual queda de manifiesto que aún resta mucho camino por transitar para terminar de entender que no hay mejor seguro para la producción que invertir en la buena salud de los animales, aplicando las vacunas correspondientes y los planes sanitarios adecuados de la mano de los asesores veterinarios.
El impacto de la sarna en la ganadería de la Cuenca del Salado es cada vez mayor y en las próximas páginas podrán ver un testimonio, en primera persona, en el cual queda claro lo mucho que falta avanzar en el conocimiento de los productores respecto de la sanidad de sus bovinos.
Más grave es aún la situación de la enfermedad de Aujeszky en una producción porcina que parece no reaccionar a la gravedad del tema.
Parásitos, rabia paresiante, garrapatas y la interminable novela del carbunclo bacteriano apareciendo en distintas zonas del país, no hacen más que revalorizar el rol de los profesionales veterinarios a la hora de renovar sus energías y presencia a campo para seguir mejorando y trabajando sobre aspectos básicos que impactan de manera directa sobre la productividad.
Arranca la campaña de tactos en buena parte del país. ¿Saben los productores que es éste el momento en el cuál se define el futuro de todo el año? ¿Se prepararon previamente para ellos?
El momento de la verdad ha llegado. Lograr buenos porcentajes de preñez será clave para la actividad, tanto como luego asegurar esa producción con planes sanitarios que permitan el buen desarrollo de los animales, en un año en el cual la eficiencia será determinante.