Las facultades de Veterinaria, al igual que el resto de las que integran el sistema universitario público nacional, están funcionando con una prórroga de presupuesto. Es decir, con el mismo que le fue asignado en 2023, sin actualizaciones formales.
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SUSCRIBITEIncertidumbre, imprevisibilidad e inviabilidad. Así se define este tiempo de puja para las facultades de Veterinaria. ¿Qué opinan los decanos y la Conadev?
Las facultades de Veterinaria, al igual que el resto de las que integran el sistema universitario público nacional, están funcionando con una prórroga de presupuesto. Es decir, con el mismo que le fue asignado en 2023, sin actualizaciones formales.
La situación es cuanto menos preocupante, ya que este desfinanciamiento obliga a las casas de estudio a manejarse con un tercio de lo que correspondería si se tuviera en cuenta la inflación.
En este marco, de la boca de las autoridades académicas emanan principalmente tres palabras: incertidumbre, imprevisibilidad e inviabilidad.
El mayor problema se presenta en el ítem de “gastos de funcionamiento”, para el que el área nacional de Capital Humano anunció algunos porcentajes de aumento para determinados meses que en la práctica no alcanzarían para paliar el déficit real y total de las casas de estudio.
Vale aclarar que este concepto abarca un 10% del total del presupuesto asignado, mientras que otro 90% corresponde al pago de sueldos.
Según datos oficiales, la inflación acumulada de 2023 fue del 211% y la del primer trimestre de este año alcanzó un 52%, por lo que, en promedio, el presupuesto universitario lleva un atraso de más de un 280%.
El anuncio desde el Estado de incrementos aislados, sin una proyección de esas subas, “nos lleva a una precariedad en la planificación. Precisamos tres veces más de lo que recibimos para funcionamiento y eso afecta la calidad educativa”, aseguró Roberto Catalano, decano de la Facultad de Veterinaria de Tandil, dependiente de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires en diálogo con MOTIVAR.
“Si nos dicen que vamos a ir en un plan de incremento, nos da idea de que estamos otra vez en camino. Pero no sentimos que caminamos juntos para resolver el problema”, planteó el decano.
A lo expuesto se suma el agravante de que “el precio de algunos insumos aumentó un 800% a 900%, y siguen mes a mes; el impacto es enorme”, señaló Alejo Pérez Carrera, decano de la FCV de la Universidad de Buenos Aires y presidente del Consejo Nacional de Decanos y Decanas de Veterinaria (Conadev).
La situación se vuelve aún más preocupante si se tiene en cuenta que muchas facultades tienen hospitales escuela y que han recibido cero de financiamiento.
Más compleja se torna la realidad a la hora de afrontar el pago de los servicios públicos y que “de no mediar alguna medida, se volverá insostenible con los futuros aumentos anunciados”, advirtió el decano de la FCV de la UBA.
A ello agregan los gastos de conectividad y la actualización de equipamientos necesaria para mantener, por ejemplo, las aulas virtuales. Esto último “requiere una inversión continua y significativa”, remarcó Pérez Carrera.
Además, “muchos de los edificios de las facultades son antiguos, algunos de más de 100 años, y requieren mantenimiento continuo, lo cual supone una enorme inversión que no se está pudiendo hacer”, sostuvo nuestro entrevistado.
Por otra parte, “hay facultades, como la nuestra, y otras como la de la Universidad Nacional de La Plata, el Nordeste, la Universidad del Centro, la Facultad de Casilda, la de la Universidad Nacional de Rosario, que tienen obras que prácticamente han quedado paralizadas”, añadió Alejo Pérez Carrera.
Para dar cuenta de la dimensión de la crisis planteada, Pérez Carrera ejemplificó con el gasto que representa el alimento animal en la Facultad que dirige, el cual “el año pasado fue de $52 millones. En el primer trimestre de este año ya llevamos gastados $30 millones por este concepto”.
"Si esto continúa a largo plazo, el deterioro será enorme, incluso hasta empujarnos a esa disyuntiva de tener que discontinuar las actividades. Con este congelamiento y devaluación es imposible el funcionamiento de cualquier sistema”, sentenció el decano de Ciencias Veterinarias de la UBA.