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SUSCRIBITE Frente a los nuevos desafíos que plantea la agenda global, necesitamos fortalecer al Senasa, proponiendo un nuevo rol a los entes sanitarios, convirtiéndolos en entes colaboradores para una salud”. Así de concretas fueron las primeras palabras del MV Rodolfo Acerbi, vicepresidente del Senasa, durante un mano a mano exclusivo con MOTIVAR.
Si bien nuestro entrevistado se mostró firme en cuanto a la decisión argentina de no dejar en estos momentos de vacunar contra la fiebre aftosa, como sugiere el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa a través de su plan hemisférico PHEFA, es sabido que más temprano que tarde toda la estructura montada a través de los entes y fundaciones de lucha contra esta enfermedad a nivel nacional deberá comenzar a reinventarse.
Y es allí donde la propuesta de Acerbi, que ya fuera presentada en el pasado Congreso Nacional de Entes Sanitarios en Misiones organizado por CRA, cobra trascendencia y plantea un norte sobre el cual el tema seguramente avanzará pensando en el año 2023.
“Buscaremos generar acuerdos con las empresas farmacológicas que elaboran garrapaticidas, para que en las zonas que verifiquemos que hay resistencia clara en las garrapatas dejen de comercializarse por un tiempo adecuado. A nadie le conviene vender un producto que no funciona, independientemente de que esté aprobado”.
“Esta transformación será optativa para cada uno de los más de 300 entes que existen en el país. Los que decidan sumarse, firmarán un convenio con el Senasa en el marco de la Ley N° 27.233 y su decreto reglamentario N°776, gozando de una serie de acciones novedosas, como ser que el Senasa lo va a acompañar en las acciones legales y sanitarias que permitan solucionar problemas de morosidad generadas por la aplicación de las vacunas y en la ejecución de actividades complementarias en los distintos programas oficiales por fuera del tiempo de la campaña, especialmente en capacitaciones para robustecer la vigilancia epidemiológica, la concientización medio ambiental y en la prevención en el ámbito de la salud pública”, aseguró el vicepresidente del Senasa. Y reforzó: “Además, de esta manera vamos a fortalecer la institucionalidad del Senasa ante los nuevos desafíos que plantea la agenda internacional, ligados principalmente a fortificar la alerta temprana de sospechas en las distintas enfermedades, por parte de los productores y de la profesión privada en el marco del concepto de una salud”.
En este punto, el funcionario agregó: “Esa será nuestra propuesta: ampliar el rol colaborador de los entes y fundaciones, más allá de aftosa, brucelosis y garrapata. Buscaremos hacer foco en la necesidad concreta de cada región, como puede ser la rabia paresiante en el norte o el control de la hidatidosis y triquinosis en otras regiones, por ejemplo”.
Además, Rodolfo Acerbi dejó entrever que en este marco, se avance también en la necesidad establecer un modelo que resulte equivalente para la Patagonia. Pretendemos consolidar un modelo acorde a la zona y a sus necesidades durante 2023 para establecerlo a finales de ese año. El formato se definirá en el corto plazo”, nos explicó.
Pero claro que, si hablamos de una salud, esta reconversión deberá incluir también una mirada también hacia las problemáticas ambientales y los desafíos de la parte vinculada a la Salud Pública con un abordaje integral en todo lo vinculado a presencia y control de zoonosis y uso responsable de antibióticos en las producciones. El nuevo rol complementario de las Fundaciones a las tareas propias del Servicio será el de una colaboración amplia.
El plan está en marcha y seguramente ya en 2023 se comenzarán a ver planes piloto en distintas partes del país, para transitar ese período hemos convocado a la Fundación Argentina de Erradicación de la Fiebre Aftosa (FADEFA) para que nos asista principalmente en los temas de capacitación.
“Si bien el contenido de las normas de cada plan las establecerá el Senasa, luego del correspondiente tratamiento es las comisiones y habiendo sido puesta a consulta pública, la Dirección Nacional de sanidad animal podrá delegar en los entes que firmaron el acuerdo, acciones complementarias que permitan llegar al cumplimiento de los objetivos que el plan estableció para una determinada fecha”, adelantó Acerbi. Y reiteró: “Inicialmente el objetivo estará puesto en la capacitación integral al productor y a los profesionales para optimizar las acciones para alcanzar eficientemente la detección precoz y notificación temprana de aquellas enfermedades que no tenemos o que estamos controlando y/o erradicando”.
El funcionario destacó que puertas adentro del Senasa se deberá articular entre las áreas de inocuidad y de sanidad animal; así como también puertas afuera, consolidando alianzas no solo con los entes y fundaciones, sino también con organismos “hermanos” como el INTA. “Es clave que podamos definir un nuevo marco sobre el cual trabajar. Esta situación de transformación me recuerda a las primeras discusiones que tuvimos allá por los años 90 al momento de constituir la actual estructura de entes sanitarios. Hoy los desafíos son distintos y debemos estar preparados para afrontarlos con la debida anticipación por el grado de complejidad que tienen”.
Nuestra entrevista con Rodolfo Acerbi sirvió también para realizar un repaso sobre la actualidad y el corto plazo del organismo sanitario nacional.
En ese sentido, pudimos conocer que está próximo a lanzarse una nueva etapa del plan de brucelosis bovina a nivel nacional. “Lo novedoso estará vinculado con el control de movimientos”, nos adelantó el referente del organismo sanitario, haciendo foco en las ventajas que tendrán quienes hayan optado voluntariamente por contar ya con el DOES en su establecimiento o encontrarse certificados como predios libres. Hoy estamos debatiendo en la comisión de bovinos esta nueva etapa.
Como si fuera poco, a fines de este mes también el Senasa presentará un nuevo plan de Garrapata Bovina, con un capitulo enfocado fuertemente al control de despacho de los animales hacia las zonas libres o de control, con acciones legales más severas sobre quienes infrinjan la normativa. Además, en conjunto con el INTA se compartirá la información técnica disponible en cuanto al grado actual de resistencia a determinadas formulaciones y realizaremos un nuevo muestreo para consolidar dicha información.
“Obtenidos los resultados, buscaremos generar acuerdos con las empresas farmacológicas que elaboran garrapaticidas, para que en las zonas que verifiquemos que hay resistencia clara en las garrapatas dejen de comercializarse por un tiempo adecuado. A nadie le conviene vender un producto que no funciona, independientemente de que esté aprobado”, aseguró Acerbi.
Durante la entrevista también tuvimos la oportunidad de analizar los desafíos que plantea la nueva regulación sobre el uso de antibióticos a nivel nacional y la decisión de dejar de vacunar contra la Aftosa, y nuestro entrevistado encontró el lugar para reforzar una idea central.
“Hace un tiempo importante el Servicio viene trabajando en el tema antibióticos y lo seguiremos haciendo de cara a las nuevas reglamentaciones. En relación a la vacunación contra la aftosa, no habrá por el mediano plazo cambios, porque estamos convencidos de la positiva relación costo-beneficio de su aplicación. La vacuna no es un indicador epidemiológico de la enfermedad; es una herramienta estratégica que nos permite previsibilidad productiva en el ganado bovino de cara a los importantes mercados que hoy abastecemos sin inconvenientes. La Argentina es un país libre de la enfermedad y lo demuestra con la vigilancia que realiza cada año.