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SUSCRIBITEEl MV Fernando Grippaldi comparte información clave sobre la importancia de la suplementación en la vaca y cómo las carencias minerales puede generar impactos en la salud y producción.
Un criador mide su empresa a partir de la cantidad de kilos de ternero que produce por cada vaca.
Una nueva ronda de mates nos junta. Reunión que espero, para compartir además del cebado, opiniones, experiencias, saberes. Y en esta oportunidad vamos a hablar de “las sales que bajan la presión” y cómo los minerales son esenciales para la vida productiva de la vaca y su mejor performance reproductiva.
No teman los hipertensos, que, aunque hablemos de “sales”, no será esta vez para darle gusto a las comidas, sino para mejorar los balances minerales y proteicos de nuestra hacienda. Por los resultados, bajan la presión arterial si las usamos, y la suben si no hacemos uso de ellas.
“La sal facilita la digestión, evita muchas enfermedades, mantiene siempre sano al animal, le hace echar más carne y mejora el cuero” (José Hernández. 1882. Instrucción del Estanciero).
Por ello, tomemos unos mates tranquilos y encaremos este tema que tiene un largo rollo, para nada difícil de desenrollar. Pero que una vez desenrollado, verán el por qué quise abordar este tema en esta mateada.
Convengamos que, si estuvieron atentos en las juntadas anteriores con esos mates compartidos, vimos qué deberíamos hacer si el año venía complicado. Por ejemplo, destete precoz. O en otros casos, hicimos un anticipado, convencional o temporario; siempre pensando en el estado corporal de la vaca para entrar y pasar el invierno.
Pero, la corrección o suplementación mineral debemos hacerla todo el año, ya charlaremos el por qué.
Los minerales tanto los macros como los micros son esenciales para la vida productiva de la vaca y su mejor performance reproductiva.
Benefician la producción, salud animal y reproducción, bajan los índices de morbilidad, mortalidad y mejora la performance productiva en nuestros planteos productivos. De allí la importancia de su incorporación.
Cuando faltan los minerales, pueden generarse los siguientes impactos en la salud y producción animal:
» Fósforo (P): Bajos porcentajes de preñez. En rodeos deficientes en P, las vacas con cría no vuelven a preñarse, tienen un ternero cada dos años, con lo que los porcentajes de preñez y destete disminuyen. Reducción de la velocidad de crecimiento en la recría. Disminución de la producción láctea.
» Magnesio (Mg): Tetania hipomagnesémica con un 4 % de mortandad de rodeos afectados Síndrome de vaca caída.
» Sodio (Na): Rápida pérdida de peso vivo. Disminución de la producción de leche.
» Calcio (Ca): Disminución del ritmo de crecimiento en la recría y engorde. Retención placentaria. Fiebre de la leche. Distocias. Reducción de la producción de leche.
» Cobre (Cu): Disminuye la tasa de crecimiento. Reducción de la fertilidad, por demora o supresión del celo. Deprime el Sistema Inmune (mayor predisposición a: queratoconjuntivitis, mastitis, afecciones podales).
» Zinc (Zn): Perjudica el crecimiento de terneros. Disminuye la espermatogénesis de los toros. Favorece las enfermedades de la piel, la presencia de problemas podales.
» Selenio (Se): Retención de placenta. Mastitis. Ovarios quísticos. Metritis, baja fertilidad. Trastornos del metabolismo muscular.
No pretendo que recuerden de memoria lo que la deficiencia de cada mineral produce, pero sí que no olviden que, por pequeños que sean, son sumamente importantes en la producción bovina de carne y leche. Es decir que, en nuestros planteos, sean de cría, recría o engorde, no deben faltar. Ni hablar del tambo.
Y tener en cuenta que, por otro lado, su exceso también es nocivo para la salud y hasta pueden causar la muerte en casos de intoxicación con los mismos.
Si bien la suplementación mineral es importante, a ésta debemos, cuando la naturaleza lo manda, acompañarla con una suplementación proteica, en invierno, cuando la calidad del recurso decae en calidad, la suplementación deberá ser, además, con proteína.
En el caso de los rumiantes es fundamental para la multiplicación de bacterias ruminales, fuente importantísima de proteína.
En situaciones de sequía y con pastizales en estado de madurez avanzada, el aporte de proteína es deficiente y no alcanza a cubrir los requerimientos de las vacas.
Esta es la situación de algunos pastizales naturales, sorgos y maíces diferidos o rastrojos de cultivos de verano, que usualmente tienen valores de proteína entre el 4% y 7%, mientras que, para vacas en gestación tardía o lactancia temprana, los requerimientos mínimos, son del 9% al 10%.
Un bajo aporte de proteína en los forrajes reduce la digestibilidad por parte de las bacterias ruminales y genera pérdida de nutrientes con una reducción en el consumo y pérdida de condición corporal.
Logrando ese balance nutricional, llegamos con la vaca al parto, pico de lactación con buen estado corporal, entonces logramos que el puerperio sea en tiempo óptimo -40 a 50días- y así comenzar con su actividad ovárica post parto en menor tiempo.
Por ello es importante considerar que si llegamos al invierno con la vaca en un estado corporal de 3,0-3,5 no debemos perder ese estado.
Pensando en el parto y próximo servicio, puerperio óptimo y buen porcentaje de preñez. Considerando que va a comer un recurso forrajero de verano diferido a invierno, con una proteína bruta del 4%-7%, si no suplementamos, aunque sea con NNP (urea), corremos el riesgo de perder al menos 150gr/día, por 150 días. Esto nos da una pérdida de peso de 22,5 kilos.
¿Cuánto representa esto en estado corporal? ¡Un punto! ¿Es mucho? Y… significa llevar a la vaca a un estado corporal a 2,0-2,5 con una baja significativa del porcentaje de preñez.
Si consideramos, en condiciones óptimas, con un estado corporal de 3,0-3,5 podríamos obtener un porcentaje de preñez del 90%-92%, cayendo en el estado corporal en un punto, y podríamos perder hasta un 20%.
Es decir, malograr una preñez del 70%-72%, que cada 100 vacas es significativo perder el al menos unos 20 terneros. Sin tener en cuenta que los terneros destetados, tendrán más kilos, por mejor lactancia.
Cuando evaluamos la suplementación mineral y la mineral-proteica (en invierno), debemos saber que es una inversión productiva que se paga sola, porque aumenta el porcentaje de preñez, tenemos más preñez “cabeza”, y, por ende, más kilos de ternero al destete.
Esto sí, no lo olviden: el criador no mide su producción por la cantidad de vacas que tenga, ni por los terneros que produzca, sino por la cantidad de kilos de ternero que produce por vaca productiva. ¿Se entiende?
De la misma manera, si por cuestiones de logística, clima, etc., debemos cortar el suministro por más de 5-7 días; el reinicio deberá ser como si recién empezáramos. Tener esto en cuenta, más si estamos además usando urea como aporte de Nitrógeno, para evitar intoxicaciones por exceso de consumo.
También podemos usar las fuentes de proteínas biológicas que tengamos disponibles cerca como el expeler de soja, la semilla de algodón, burlanda. Pero en este caso la manera será distinta y podemos verlo en la próxima mateada.
Lo abordado por el MV Fernando Grippaldi, está a disposición en charlas destinadas a productores, técnicos y operarios. Más información: [email protected].
