MOTIVAR: ¿Qué quieren transmitir con el concepto de bioeconomía?
Eduardo Terrado: Ya en nuestro paso por la provincia de Buenos Aires, con Fernando (Vilella), siempre supimos que la bioeconomía y los agronegocios son el foco para evitar el desarraigo y agregar valor en los campos de forma eficiente, transformando granos en carne, sumado a que eso trae muchísima inversión.
En su momento, nos encontramos con que no había una legislación adecuada y eso atenta contra la previsibilidad de los inversores y del sector en general. Es un país que tenemos todo, agua, granos, sanidad, espacio y recursos humanos, hasta hace solo unos años no había prácticamente cerdos.
¿Se pudieron hacer cambios en la legislación en su paso por la provincia de Buenos Aires?
A partir del conflicto por la 125, nos dejaron afuera. Sin embargo, siempre seguí cerca de Fernando y con la victoria de Javier Milei y su interés en la bioeconomía motorizó mi ingreso a una Dirección específica que antes estaba junto a aves y otras producciones. Nos da una nueva oportunidad para tener la capacidad de crecer.
Es algo emocionante poder hablar con referentes de la industria como Daniel Fenoglio, presidente de la Federación y también con un pequeño productor de Catamarca. Al no tener techo, todo se vuelve muy atractivo.
¿Cuáles son los cambios que tienen en mente?
El 1 de marzo presentaremos los primeros bosquejos de una ley para el sector con el firme objetivo de lograr unidad y previsibilidad. La misma incluirá referencias mínimas, como distancias entre granjas, protección a patentes y uso de genética, un capítulo especial para el bienestar animal, pero no con la visión de la Unión Europa, porque nuestra realidad es totalmente diferente, entre otras cosas.
Es el sector privado, bajo normas del Senasa, el que debe invertir para sostener el estatus sanitario Es el sector privado, bajo normas del Senasa, el que debe invertir para sostener el estatus sanitario
En materia de bienestar animal, ¿Cuál sería la postura local?
Vivo en Arrecifes y claramente no es lo mismo producir en la zona núcleo que en Catamarca o la Patagonia.
Nuestra propuesta consiste en tener una visión local y la adaptación tiene que enfocarse en el ser vivo, el cual tendrá bienestar cuando tenga una conducta propia de la especie. En los hechos, si una cerda ovula cada 21 días y gesta una determinada cantidad de lechones está en bienestar, de lo contrario, si estuviese estresada directamente no se reproduce porque le da prioridad a su propia subsistencia. Del mismo modo, es verdad que hay que trabajar para que el animal no se coma su cola, dotándolos de más espacio, más comederos, será trabajo de todo el sector para encontrar una solución.
¿Y qué planes tienen con respecto a sostener el estatus sanitario nacional?
Argentina tiene un estatus sanitario de excelencia. Uno de los puntos cruciales para sostenerlo serán las cuarentenas en la frontera. Sin embargo, será el sector privado, bajo normas del Senasa, el que deberán hacer frente a las inversiones en infraestructura para sostener el estatus sanitario, sobre todo en el corto plazo esa es la política, debido a que es el recurso más económico en este contexto.
¿Qué puede decirnos con respecto a la postura ambientalista?
Soy ambientalista, pero, aunque le pintemos las uñas a los chanchos seguirá habiendo gente en contra de la producción.
Ante la necesidad de consumir más proteína animal en el mundo, no se puede dejar de producir porque solo el 3% de la población está en contra. A su vez, hay cuestiones que deben plantearse desde la lógica, tenemos las cerdas encerradas para inseminar y 30 días más para que se implante el embrión, por qué a alguien se le ocurre que las vamos a sacar después, si ese es el momento de mayor estrés.
A su vez, desde la óptica del productor, que quede claro que no somos un gobierno proteccionista sino proactivo con la producción. Hay que cambiar la cabeza, no habrá más subsidios de ningún tipo, ni en maíz, ni energía; lo que genera un desafío cultural para todos los productores.
¿En qué consiste el cambio de paradigma para el productor?
Es su momento, con un dólar de $365 la competitividad era nula, pero ante la normalización del tipo de cambio y si vamos a una apertura de mercados, no es disparatado que los productores empiecen a exportar cerdos a China y quizás tengamos que importar carne porcina desde Bolivia u otro país porque nos resulta más competitivo. Sin dudas que la carne será más cara, pero en el mundo es aún más costosa solo que acá estamos mal acostumbrados.
No habrá subsidios de ningún tipo, ni en maíz, ni en energía. Esto representa un desafío cultural No habrá subsidios de ningún tipo, ni en maíz, ni en energía. Esto representa un desafío cultural
Hace poco hablamos con Jorge Brunori (INTA) y sostiene que en la escala y eficiencia está la diferencia. ¿qué pasa con los pequeños productores?
Coincido con la visión de Brunori y la solución vendrá por el lado de la regionalización del sector, las necesidades del Norte no son las mismas que en la provincia de Córdoba o Buenos Aires por la oferta de plantas de faena, maíz y manos de obra.
El asociativismo que por ejemplo existe en Brasil, en la Argentina, es viable, pero no puede darse de la mano del Estado. Hoy, está repleto de regulaciones y trabas y lo que buscaremos es aceitar y agilizar todas las operatorias, con la clara idea que cada trámite o acción sea más simple.
Nuestro objetivo es ese, escuchar a los productores para encontrar soluciones.
Las figuras asociativas son múltiples, pero será decisión de cada productor qué camino tomar y habrá que ver cómo se compartan las individualidades en este nuevo escenario.
¿Qué expectativas tienen los productores hoy?
En estos primeros días frente a la cartera me dediqué a consensuar con todo el sector cuáles son los objetivos comunes, cosa que claramente no existe. Hablé con productores, proveedores y universidades, porque todos tienen muy buena voluntad y mi función será unirlos. Durante 41 años fui bombero voluntario y solamente me lastimé la yema de un dedo, porque nos enseñan a trabajar en equipo, de lo contrario corre riesgo la vida.
Trazando un paralelismo con la industria, las visiones del sector hoy no son las mismas, ni tampoco las necesidades de recursos o capacitaciones y pensamos desarrollar reuniones y estrategias sectoriales, algo que también estará contemplado en la futura ley.
Hay una sensación muy positiva por parte del sector de lo que se viene, tenemos una enorme responsabilidad y compromiso de poder transformar en realidad muchas de las expectativas que tienen desde los pequeños, hasta grandes productores en todo el país.