He tenido el honor de participar como coeditora, junto a una colega inglesa, de una colección sobre el rol de las mujeres en tareas de investigación en epidemiología veterinaria y economía. La colección fue publicada en la revista científica “Frontiers in Veterinary Science”.
Esta propuesta surge de la necesidad de visibilizar el rol de las mujeres en el área académica. Si bien el número de mujeres que se gradúan de las facultades ha aumentado a nivel mundial, esto no se ha traducido en una reducción del sesgo de género y la inequidad en la academia y en la investigación en ciencias veterinarias.
Análisis de la situación global han demostrado que la discriminación basada en el género comienza en la universidad, donde las estudiantes de veterinaria son empujadas hacia “campos mayoritarios de mujeres” (p. ej., medicina de animales pequeños) o discriminadas durante las prácticas de grandes animales. Después de la graduación, hay pruebas claras de que las diferencias de género persisten en la remuneración y el logro de puestos de responsabilidad y liderazgo.
El avance y la posición de las mujeres en la medicina veterinaria académica pueden verse influidos en parte por las marcadas diferencias de género en la autoría de los artículos de investigación veterinaria. Es menos probable que las mujeres sean autoras principales de un artículo de investigación y están significativamente subrepresentadas en algunos campos, como la investigación quirúrgica y el trabajo con animales de producción.
La disparidad de género en los roles de liderazgo en los consejos editoriales (las revistas de ciencia veterinaria tenían un 27,5 % de editoriales pertenecientes a mujeres) puede afectar el reconocimiento de los pares y el avance académico. Es importante señalar que la brecha de género en la autoría de artículos de investigación veterinaria ha mejorado drásticamente en los últimos 20 años. Sin embargo, es igualmente importante observar que persisten disparidades significativas y que la brecha de género varía entre y dentro de varias geografías.
La equidad de género debe evaluarse de otra manera que no sea únicamente en función de los artículos publicados en revistas revisadas por pares. Las colaboraciones internacionales podrían ser un modelo positivo para promover la igualdad de género en la autoría académica, en particular para las científicas de las regiones del mundo donde los hombres están más sobre representados académica y profesionalmente.
Todos tenemos responsabilidad en el esfuerzo por lograr la equidad de género en nuestras actividades
Más referencias
Entre otros, recibimos un estudio realizado por investigadoras de Tailandia y EE. UU. que utilizó redes sociales para describir los movimientos de ganado lechero en el norte de Tailandia y así identificar distritos altamente conectados que representan áreas clave para la transmisión, vigilancia y control de enfermedades.
Un requisito que planteamos para publicar en la colección editorial fue que al menos el 50% de los autores se identificaran como mujeres. Incluso bajo esta premisa, solo la mitad de los artículos tenían a mujeres como autor de correspondencia. Esta observación, aunque realizada sobre un número pequeño de publicaciones, constituye una muestra de la subrepresentación persistente de mujeres en puestos destacados de autoría.
Todos los que estamos involucrados en la producción científica y durante todo el proceso de publicación en sí tenemos un papel que desempeñar para aumentar la visibilidad de los roles femeninos a seguir para las mujeres jóvenes que consideran hacer su carrera en la academia. Todos tenemos responsabilidad en el esfuerzo por lograr la equidad de género en nuestras actividades, tenemos que analizar nuestra conducta a fin de promover la diversidad en todos los espacios participativos. Cada uno puede encontrar la mejor manera de lograrlo.
* La autora es Directora de la Asociación Argentina de Inmunología Veterinaria (AAIV), investigadora principal del Conicet y directora ejecutiva de la Red Global de Investigaciones en Fiebre Aftosa (GFRA).