A propósito del Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora hoy 16 de octubre, la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (CAENA) recuerda la importancia fundamental de las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), la inocuidad alimentaria y el Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC).
La institución promueve estos conocimientos a través de un curso dictado en distintos momentos del año, a cargo del Lic. Guillermo Castro, entendiendo que la seguridad alimentaria para animales de producción forma parte a su vez de la cadena para la seguridad de la alimentación humana.
En diálogo con MOTIVAR, el Especialista en Calidad Industrial de los Alimentos subrayó la importancia de las BPM y la seguridad alimentaria para animales de producción, enfatizando la necesidad de control en la elaboración del alimento. En ese sentido, "nosotros consideramos que tenemos que ser muy cuidadosos con el almacenamiento y la composición de los mismos, debemos ser muy conscientes para que no provoquen ningún tipo de daño", señaló.
Además, "debemos ser muy meticulosos en la concentración de micro y macronutrientes, porque en algunos casos es lo único que los animalescomen", dijo Castro y destacó que "lograr la inocuidad (que no cause riesgo) y la adecuación (el balance nutricional correcto) es esencial. Ello se logra a través de un sistema controlado, estableciendo unas buenas prácticas de manufacturas".
Guillermo Castro
Lic. Guillermo Castro, especialista en Calidad Industrial de los Alimentos.
Gestión de riesgos
Al abordar la complejidad del rubro de la alimentación animal, Castro describió los riesgos y peligros que deben gestionarse mediante las BPM y el sistema APPCC. "Los peligros se diferencian en tres clases: los peligros químicos, los peligros físicos y los peligros biológicos".
Los peligros físicos pueden ser residuos que caen en los alimentos, como "un tornillo, un alambre, un hilo". Los peligros biológicos son "derivados de todas las sustancias biológicas que pueden estar presentes por eh contaminación cruzada", al igual que algunos peligros químicos.
La gestión de estos riesgos implica "categorizar un riesgo" para determinar si es aceptable o si constituye un "alto riesgo", lo que lleva a una "zona crítica donde hay que establecer mecanismos de control para evitar que eso suceda", señaló.
Compromiso del sector de la alimentación animal
Finalmente, el Castro reflexionó sobre el compromiso del sector a través de la mejora continua y la capacitación del personal. "Las BPM son más que un proceso, son una cultura. Es decir, no se logra de un día para el otro, sino que requiere capacitar la gente, tener mucho tiempo, ser muy meticuloso como para que todos estén conscientes, cada uno en su etapa, que es lo que tiene que hacer".
El profesional asegura que "la industria en general es muy activa" y que, debido al "cambio generacional", la capacitación resulta crucial. Por ello, los dueños de las empresas "son conscientes de importancia de ello y en este contexto, encuentran en el curso de CAENA una oferta de cursos específicos que pueda ser dado por gente que entienda estos procesos", especialmente porque los riesgos y peligros en la alimentación animal "son muy difíciles de abordar", concluyó.