“Cuando leo los comentarios en las redes o las notas, siento ganas de juntarme con los productores para compartirles información real; contarles lo complejo que es construir y mantener una planta de aftosa, la relevancia de la enfermedad en los mercados… ya sabemos lo que pasó cuando se dejar de vacunar”, explicó.
Y sumó: “Me dan ganas de compartir con ellos el costo de vacunar a domicilio, la cadena de frío, cuál es el costo impositivo de la vacuna y que es de la más alta calidad en el mundo. Esto se logró gracias al trabajo del Senasa, a la referencia en aftosa de Biogénesis Bagó, y por todo lo que hemos invertido nosotros en seguir mejorando”.
Motivar: ¿Cómo es la actualidad de la empresa?
Juan Roo: Creo que finalmente se están tomando decisiones a nivel macro que tienden a ordenar la economía del país. Comparto muchas decisiones de las decisiones que se están tomando.
Entiendo que estamos en el camino correcto, aunque obviamente cuando se realizan correcciones, aparecen las turbulencias.
La parte buena es que la actividad ganadería sigue su curso, son ciclos largos, y eso le da un poco más de plafón para acomodarse.
¿Eso lleva a un negocio más sincero?
JR: Este cambio de reglas hizo que la comercialización de productos veterinarios deje de ser el negocio financiero que lógicamente era.
Sin embargo, para los que producimos, esa forma nos imponía un muy alto costo de capital de trabajo y baja previsibilidad. Hoy se empieza a sincerar el volumen real de vacunas y productos veterinarios que se comercializan.
Claro que ese freno en las ventas recae sobre los laboratorios, que vemos cómo los distribuidores han comenzado a liquidar stocks, al tiempo que los nuestros aumentan.
¿Y en el plano internacional?
JR: El proyecto es superar los U$S 200 millones de facturación anual de cara al 2030 y de esa manera ubicarnos dentro del Top 20 del ránking mundial, avanzando con nuestros registros en más de 50 países.
Obviamente que para lograr este objetivo sin ser una empresa que comercialice fármacos, nos lleva a impulsar la participación de nuestras vacunas ya no sólo en el ámbito de la ganadería, sino próximamente también en otras especies, como los animales de compañía, cerdos y aves.
Vacuna contra la fiebre aftosa
¿Qué temas respecto de lo que pasó con aftosa querés aclarar?
JR: Que se generó un ruido donde no lo había por parte de algún aventurero que quiso entrar al negocio por la ventana y con mentiras, en lugar de invirtiendo. Siempre se pudo importar vacuna antiaftosa, nunca estuvo prohibido.
Obviamente, como en el caso de cualquier biológico hay que cumplir con requisitos normativos, como los que cumplimos los laboratorios argentinos en otros países para registrar nuestros productos.
Por otro lado, interferir ahora en la cabeza del productor diciendo que el precio de la vacuna antiaftosa que se comercializa en el país es cinco veces más cara que la de Brasil es por lo menos mal intencionado.
En primer lugar, porque Brasil deja de vacunar y tiene vacunas de rezago que está liquidando. Luego, que en Brasil la vacuna no se aplica “a domicilio”, como sucede acá por medio de las Fundaciones de productores.
Además, los laboratorios vendemos una campaña y durante 6 meses no cambiamos el precio, incluso cuando la inflación era de más del 200% anual.
Todo, en un contexto en el cual Argentina se está volviendo cara en dólares por el reacomodamiento de los precios relativos. Estas distorsiones se usaron para querer meterse por la ventana y hacer una aventura comercial, que por suerte no sucedió.
Tampoco es cierto que si llegan nuevas vacunas el precio bajará. El mercado de vacuna antiaftosa se achica, con plantas que demandan una inversión de U$S 60 millones y necesitan un volumen mínimo para operar. Con lo cual probablemente no venga nadie y haya sido una aventura de verano para ver si traían 20 millones de dosis que no se utilizaban en Brasil (no cumplían la norma argentina y vencían entre julio y octubre de este año).
Hoy el precio de una vacuna es de $1.500 a $2.000, lo cual representa el 0,2% del valor de una vaca; no forma precio, no incide en el costo de la carne…
Más allá de esto, el problema es la consecuencia: contra la opinión de los técnicos del Senasa, los laboratorios y científicos del país, se cambió la Resolución, quitándole cepas a la vacuna con el fin de “hacerla más competitiva”.
Esa es otra falacia, no será más competitiva, podrá bajar (si baja) un 5% en su costo, pero sacarle cepas cuando tenés un vecino que deja de vacunar, con 250 millones de cabezas y fronteras con Colombia, Venezuela, Paraguay y Bolivia es por lo menos arriesgado. Yo hubiera esperado dos o tres años.
¿Monopolio, duopolio o qué?
JR: Al igual que el Presidente Javier Milei, he leído y comparto el ensayo de Murray Rothbar, “Monopolio y Competencia”. Cuando hay un monopolio no debemos quejarnos de quien quedó, sino preguntarnos por qué otros se fueron. La competencia es importante, pero hay que entender el mercado.
La realidad es que el argentino es un mercado sobre ofertado: dos empresas pueden, en formato bivalente, elaborar más de 500 millones de dosis de vacuna antiaftosa y, a tetravalente, llegaríamos a los 350 millones anuales.
Existen tres oferentes y dos elaboradores (la vacuna que comercializa ACA la produce CDV), competimos, tenemos diferencias de precios y condiciones. Duopolio no es una mala palabra. Competimos y mucho. Es un mercado perfecto, como dice el presidente.
¿Por qué no hay más competencia?
JR: Porque a veces los mercados no dan. Una planta de aftosa como la de CDV trabaja las 24 horas, los 7 días de la semana, durante todo el año, con dedicación exclusiva (a diferencia de Brasil que pueden elaborar rabia también).
Eso tiene un costo altísimo y necesita un mínimo de 25 a 30 millones de dosis por año para poder operar. El mercado argentino se está achicando cada vez más, no sé realmente a quién le convendría entrar.
Un mercado que era de 85 millones de dosis se achicó a 72 millones este año y esa será la tendencia; con lo cual en unos años será de 50 millones de dosis seguramente. No tiene atractivo.
El futuro
¿Cómo sigue la planificación de CDV en base a la nueva normativa?
JR: CDV presentó los registros ante el Senasa para su vacuna contra la fiebre aftosa bivalente y trivalente (sin virus C3, en ambos casos).
Es un registro nuevo para nosotros y para cualquiera. Esperamos terminar la aprobación en enero del año que viene. Ya están presentados los expedientes y tenemos turno para las pruebas de descarga en el ámbito del Senasa en instalaciones con nivel de Bioseguridad 4.
Tengo la esperanza que el productor demande la vacuna trivalente, porque la bivalente es una vacuna de menor protección.
Esta próxima campaña ya se vendió en formato tetravalente. Estamos obligados a partir de 1 de marzo de 2025 a producir bivalente o trivalente (sin virus C3). Pero sí nos pidieron a las dos empresas que operamos en el mercado, que garanticemos las campañas de tetravalentes para el año que viene, y lo estamos haciendo. A partir de marzo, empezaremos a formular para abastecer de vacuna bivalente o trivalente la primera campaña 2026.
¿Cuál es la opinión respecto de que paulatinamente se vayan dejando de vacunar distintas categorías al año?
JR: Lo primero que me surge es la pregunta ¿para qué? Aún con una alta inmunidad contra la fiebre aftosa en los rodeos, ¿cuál sería el beneficio? No hay hoy una restricción de precios, ni de mercados y lo hacemos justo cuando Brasil deja de vacunar. Un brote de aftosa nos pondría en riesgo a todos: son más de U$S 3.000 millones los que se exportan por año.
Hay muchos que creen que porque no exportan no los va a afectar, pero si se cierran los mercados, el precio del novillo se cae a la mitad.
Si se deja de vacunar, se deberá realizar una fuerte vigilancia epidemiológica, más costosa que la vacunación. ¿Quién la va a pagar? ¿El Estado?