Con el foco puesto en la eficiencia y productividad, puede afirmarse que el MV Oscar Menegozzi, de Cañada Rosquín, Santa Fe, es uno de los pioneros en la inseminación artificial de los rodeos de su zona, en el centro-oeste de la provincia con forma de bota, donde se supo desarrollar una prolífera cuenca lechera, que por distintos embates hoy presenta una fisonomía más concentrada.
A lo largo de sus más de cuatro décadas de profesión, Menegozzi hizo un apostolado de la inseminación y en el manejo reproductivo, especialmente en establecimientos lecheros, y hoy afirma con orgullo que, junto al trabajo realizado con su colega MV Jorge Novaira, el proceso avanzó al punto que “la calidad de la hacienda en la zona es muy buena”.
Hoy Oscar trabaja codo a codo con su hijo Federico, que lleva 14 años de ejercicio de la medicina veterinaria, enfocados en la atención de rodeos lecheros y desde de la tradicional veterinaria Pirayucito, en Cañada Rosquín, siempre junto a Novaira y también al MV Leandro Crosetti.
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De izquierda a derecha: Jorge Novaira, Federico Menegozzi, Oscar Menegozzi y Leandro Crosetti.
La evolución de la nutrición
A Oscar le ha tocado ver y vivenciar grandes transformaciones en la ganadería, como el salto de muchos establecimientos del sistema pastoril al racionamiento dentro del tambo.
“Tanto ha evolucionado todo, que hoy tenemos rodeos muy grandes, buenas producciones con hasta tres ordeños por día en las más grandes”, dijo Oscar, y junto a Federico compartieron a través de MOTIVAR algunos tips de manejo y recomendaciones, destacando la importancia de los minerales en la dieta de la vaca lechera.
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En ese sentido, destacaron el papel del calcio, “que es un mineral muy importante para el animal y es utilizado en los distintos tambos según el requerimiento y el potencial lechero que tiene la vaca”.
“Nosotros tratamos de prevenir la hipocalcemia, y en los distintos sistemas utilizamos el calcio de distintas formas”, continuó Federico, y en ese sentido diferenció el manejo del mineral en los casos subclínicos y clínicos.
“En una hipocalcemia subclínica, la vaca no llegó a punto de estar caída, pero esa condición le trae otros problemas de salud, lo cual afecta la producción. Cuando vemos uno de estos casos, hacemos un manejo preventivo post parto a través de un inyectable de calcio concentrado al 50, en presentación de 100 mililitros de la marca Río de Janeiro, en forma subcutánea”, indicó.
Cuando el caso es clínico, los veterinarios de Pirayucito usan la misma marca, pero en su presentación de 500 mililitros.
“A la vaca caída la abordamos en principio con corticoides endovenosos para estimularla y en seguida le incorporamos, mediante un goteo lento en la yugular o en la glándula mamaria, dos frascos de 500 mililitros de Río de Janeiro, uno detrás del otro. Esperamos un rato, y seguramente se levanta en seguida. Si no levantó, le ponemos un tercero”, señaló Oscar.
Fiel a su marca
Oscar Menegozzi asegura que “siempre usé el calcio magnesiado y fosforado Vaca Caída de Río de Janeiro, porque tanto a mí como profesional, como al productor, nos genera muchísima confianza. No tengo reportes de reacciones adversas”.
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“Este calcio brinda una seguridad extraordinaria, su calidad es muy buena al igual que los efectos. Por eso, es nuestro caballito de batalla”, añadió.
Federico aportó otra característica de la marca, que es la presentación del frasco de 500 mililitros. “Siempre fue la misma y es un clásico: una botella de vidrio acaramelado. Pareciera que cuando los clientes la ven en la estantería se quedan más tranquilos".
"Solamente dicen: ‘Dame el vaca caída’, y ya sabemos a cuál se refieren”, concluyó Oscar Menegozzi.