El MV Fernando Grippaldi compartió con MOTIVAR información clave para combatir el estrés térmico y así realizar las buenas prácticas ganaderas.
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SUSCRIBITEEl MV Fernando Grippaldi compartió con MOTIVAR información clave para combatir el estrés térmico y así realizar las buenas prácticas ganaderas.
¿Qué tal si por la época que estamos, cambiamos el mate de siempre, por un tereré? No es un simple capricho, la matera en verano, no es un lugar muy fresco que digamos y el mate, al menos a mí me da más calor. No se acaloren con tanto blablá, que es para que vayan entendiendo sobre qué vamos a charlar hoy y qué debemos hacer. Más calor van a agarrar cuando vean cuánto se pierde por el mentado estrés térmico.
Por eso fue la idea del tereré, en vez de los amargos típicos de nuestras reuniones. ¡Si ya sé, que una cervecita, sería mejor! Pero entre el calor y la sed, se la van a tomar como agua, y... ¿Fresco? No va a quedar ninguno.
En nuestro caso podemos optar por irnos a un lugar más fresco, para leer MOTIVAR; elegir qué tomar, darnos un chapuzón, prender el aire acondicionado, ventilador, o en el peor de los casos, salir de las casas y buscar para el lado del monte.
Pero sea en el feedlot o en el tambo, donde estemos trabajando en forma intensiva, las opciones de los animales no son tantas. Tienen que bancarse el calor, soportarlo y eliminarlo y ahí está el tema. Los medios para eliminarlo no son suficientes porque lo superan. Entonces, aparece otro ladrón de nuestros sistemas de producción, el mentado: estrés térmico.
Y de él vamos a conversar hoy tempranito, cosa que no nos agarre el mediodía, que, acá, de fresco no tiene nada.
Por lo pronto, como para ir ordenando ideas, debemos saber primero de qué hablamos cuando hablamos de estrés térmico: “Es una condición fisiológica, cuando la temperatura central del cuerpo de una especie dada excede su rango específico de la actividad normal, que resulta de una carga de calor total (producción interna y el medio ambiente) superior a la capacidad de disipación de calor, lo cual incita a una respuesta fisiológica y de comportamiento para reducir la tensión”.
¿Más breve? El estrés térmico es cuando el animal tiene o siente más temperatura (calor) de la que puede eliminar. El calor, es energía y los animales la reciben a través de la radiación propiamente generada por el sol y también por aquellos objetos que los rodean.
En el caso del sol, es más fuerte cuando el cielo está despejado, mucha claridad. Ese calor, generado, debe ser transferido al animal, a través de la conducción, por el contacto del animal con el suelo, aire o agua.
Otra fuente de calor de los animales es producida por ellos mismos, a través de su metabolismo (metabolismo basal, fermentación ruminal y actividad muscular), calculado en un 30%, aproximadamente de ese “calor”, que está sintiendo.
Recordemos que estando en pie, su superficie de contacto con la temperatura del suelo es mínima: solo las pezuñas (2% de su superficie corporal). Pero esto cambia y aumenta, cuando el animal está echado (20-30% de su superficie corporal).
Por ende, intenta estar el mayor tiempo parado, lo que significa menos tiempo de rumia, más costo energético, merma en la GPVD y en la eficiencia de conversión (Kg. MS/Kg. producido).
También por conducción, el animal elimina calor. Puede ser a través del aire, pero es muy pequeña, salvo que sople algo de viento y aleje ese calor más rápido, proceso llamado convexión.
En el feedlot durante la calma, situaciones de aire quieto, la convexión pasiva juega un papel pequeño pero importante en la transferencia de calor del ganado al medio ambiente.
Sin embargo, el agua fresca disipa poco, también, pero es más confortable. Ese calor, el animal tiene que eliminarlo; y como tiene poca capacidad de transpirar, su principal manera de eliminarlo es a través del jadeo, es decir a través de su sistema respiratorio. Por lo tanto, veremos, en épocas de calor, la frecuencia respiratoria aumentada.
Veamos qué pasa con el animal cuando comienza a reaccionar para eliminar ese calor:
» Alineación corporal con radiación solar (sol).
» Búsqueda de sombra.
» Mayor tiempo dedicado a estar de pie.
» Baja en la ingesta de materia seca.
» Amontonamiento en bebederos.
» Buscan salpicarse del cuerpo.
» Agitación e inquietud.
» Reducción o ausencia de rumia.
» Agruparse para buscar la sombra de otro animal.
¿Y cuando el calor lo supera y se torna imposible eliminarlo?
» Respiración de boca abierta y dificultosa.
» Salivación excesiva.
» Incapacidad para moverse.
» Colapso, convulsiones, coma.
» Falla fisiológica y muerte.
Cerrando esta primera parte, vayamos refrescando estos conocimientos, para saber para qué debemos hacer, lo que charlaremos la próxima juntada.
Y a no desesperarse, si nunca había tenido en cuenta este cálido tema, aún estamos a tiempo para comenzar a pensar y planificar medidas para achicarlo.
Nos vemos el mes que viene.
Caluroso, perdón. Afectuoso abrazo para todos.
Lo abordado por el MV Fernando Grippaldi, está a disposición en charlas destinadas a productores, técnicos y operarios. Más información: [email protected].