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SUSCRIBITE Sonará igual. Pero si sabemos darle la pausa justa al decirlo o leerlo, vemos que nunca fue, ni será lo mismo hacerlo fácil, que hacer lo fácil.
Casi siempre, y no digo siempre para no ser perfeccionista, hacerlo fácil, nos hace difícil las consecuencias, resultados, etc.
Cuando hablo de resultados, hablo de resultados productivos para los sistemas ganaderos, por ende, económicos.
Hacer lo fácil requiere de planificación, orden, prolijidad, saber cómo, por qué, cuándo y dónde. Mientras que, hacerlo fácil nos obligará a hacer el mismo trabajo, quizás en menos tiempo, con resultados que seguramente no deseamos.
Por eso la capacitación, es fundamental. De esta forma, se evitan pérdidas, se logran buenos resultados y una mayor productividad, menor morbilidad y mortandad. Más allá de prever medidas de manejo para el bienestar de los animales y de los operarios, debemos hacer hincapié en cada protagonista del sistema productivo.
Es clave que sepamos qué pasa:
Hacer fácil lo difícil es una muestra de capacidad y conocimiento
Esta muestra de capacidad no es saber de cuánto somos capaces de hacer en un tiempo determinado. Es la capacidad de saber, de tener conocimiento.
El conocimiento, es ensillar un mate, sentarnos a pensar cuánto sabemos de esas preguntas; respondernos y definir si debemos capacitarnos nosotros y el personal.
De esta manera lograremos que hacer lo fácil y hacerlo fácil no sean lo mismo.
Podemos tener todo esto, pero no debemos olvidarnos de controlar y verificar el estado del instrumental, como en este caso el de la Jeringa automática. Para ello lo importante es la capacitación.
“Capacitar es dar. Y dar es recibir”
¿Qué damos? Las respuestas a esas preguntas, que ya enunciamos. Para que cada protagonista del planteo productivo sepa qué, cómo, cuándo y dónde hacer, en este caso un trabajo de sanidad. Y más de una vez, conociendo desde nuestro lugar, esas respuestas, podemos demostrarle al profesional que sabemos trabajar y que la actividad se hará en equipo, con sus conocimientos, pero con nuestros tiempos.
¿Qué recibimos? Mejores resultados, que no siempre es ganar más dinero; muchas veces es dejar de perder.
No es suficiente con decirle al personal que la jeringa una vez usada debe lavarse y guardarse floja. Si, floja. Sin ajustar, de esa manera las gomas no se pegan y estiramos la vida útil de esos materiales.
Que las agujas, deben cambiarse cada 50-60 animales y revisar cada tanto cómo está la punta. A veces la golpeamos, no nos dimos cuenta, y el bisel está sin punta o doblado. Cada 50-60 animales, porque el bisel pierde filo.
Entonces la aguja, trabaja como sacabocado, y donde pinchamos, queda un orificio, por donde puede infectarse el punto de inoculación y ahí aparecen los “famosos abscesos”.
La jeringa debe ser una prolongación de nuestras manos. Debe estar ágil, no solamente para que inocule bien, sino para que nuestro trabajo no esté forzado por algo que no funciona.
¿Cómo se prueba el funcionamiento de la jeringa? Se tapa donde va la aguja con el dedo, se tira del émbolo como si fuera a cargarse y se suelta.
Si éste vuelve en forma rápida, es que se hizo vacío y la jeringa no “chupa” aire por ningún lado. Así no se formará la burbuja de aire y nos permitirá trabajar sin problemas.
¿Cómo se miden las pérdidas económicas? ¿Solo por mortandad? ¡No! También se pierde tirando vacuna afuera.
Si tiramos vacuna afuera, dosis perdida. El animal, no quedó inmunizado.
En el peor de los casos, se muere.
En el “mejor” de los casos, se contagió y superó a la enfermedad, pero su performance productiva no es la óptima.
Si estuviéramos en un feedlot, calculamos una ración para que ese animal gane 1,300 kg / día, pero resulta que como quedó comprometido su estado de salud, gana 0,800 kg / día, en el mejor de los casos. Entonces, si nuestra ración costase $100, el costo del kilo producido es de:
Pónganle precio ustedes. Total, nos daremos cuenta que la conclusión es la misma: perdemos y dejamos de ganar.
¿Por cuántos animales? Cada uno sabrá dónde le ajusta la alpargata.
La cuenta, simple como la diferencia entre cómo hacer lo fácil o hacerlo fácil.
Repito: Lo importante de todo esto, es transmitirlo y transferirlo.
Si bien ensillo el mate todos los días y más de una vez, este que ensillaré junto a ustedes, una vez por mes, tendrá un sabor diferente. Será compartido, junto a lo que la vida como hombre y profesional me ha ofertado.
Hasta el próximo encuentro, donde charlaremos de lo mismo, pero con el mixer y el mixero.
Lo abordado aquí por el MV Fernando Grippaldi está a disposición a través de charlas presenciales o virtuales, destinadas a productores, técnicos y operarios.