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“El origen de la resistencia antimicrobiana no es exclusivo de su uso en animales”

Cuando se habla de las muertes que se producirán debido a la resistencia a los antibióticos, no hay que olvidar cuántas se han salvado desde su descubrimiento y uso en la terapéutica de las enfermedades infecciosas.
Por Jorge Errecalde* 1 de noviembre de 2020 - 00:27

Las advertencias sobre los riesgos de la resistencia a los antimicrobianos se han formulado desde los años cincuenta. Ahora, la situación es extremadamente compleja: no hay nuevos antimicrobianos para combatir microorganismos multirresistentes. Sin embargo, no hablamos de un enemigo nuevo, la resistencia a los antimicrobianos existe desde que existen microorganismos. Algunas bacterias producen antibióticos para defenderse de otras y así, microorganismos no susceptibles al antimicrobiano pueden ser seleccionados y emerger como cepas resistentes. Un fenómeno tan viejo como la vida misma.
Los antimicrobianos en humanos se utilizan profiláctica y terapéuticamente, haciéndose imprescindible mejorar las prácticas de prescripción y contando con un comercio estrictamente regulado.
El uso prudente y racional es un factor clave para el control de la resistencia.
Los antimicrobianos en Veterinaria se utilizan en formas diversas. Por ejemplo, terapéuticamente, cuando frente al diagnóstico de una enfermedad infecciosa. Que quede claro: el mismo debe basarse en ciencia.
Los tratamientos profilácticos y metafilácticos, quizás más controvertidos, si son correctamente aplicados, con indicaciones concretas, son herramientas útiles; mientras que su uso como promotores de crecimiento es un problema crítico. En Argentina están prohibidos por el Senasa y en otros países se deben implementar las medidas para disminuir su uso, hasta su supresión. Las industrias que los producen o utilizan en sus plantas tienen una gran responsabilidad, protegiendo a las personas involucradas en la fabricación y controlando los efluentes.
Los hospitales son el nicho ideal para microorganismos multirresistentes y panresistentes. Además de enfatizar el uso racional de los antimicrobianos, las buenas prácticas clínicas, los controles de limpieza, antisepsia y esterilidad y el tratamiento de efluentes son puntos críticos de control aquí.

¿Y en el ámbito agropecuario?

Las buenas prácticas agrícolas, el uso racional y prudente de los antimicrobianos y otros productos farmacéuticos y la zootecnia moderna son factores críticos que deben cooperar para la obtención del producto primario de la mejor calidad.
Ese producto debe ser procesado con buenas prácticas de manufactura.
Si esta serie de pasos se recorre en forma adecuada, desde la granja a la mesa, se dispondrá de alimentos muy seguros y, de esa manera, también se contribuirá a la mitigación de la resistencia a los antimicrobianos.
Los antimicrobianos, y su versión más difundida, los antibióticos, son y serán seguramente por muchos años, elementos fundamentales sobre los que se seguirá sosteniendo la salud pública y la salud animal.
No obstante, su uso inadecuado debe ser contenido: su uso como promotores del crecimiento en explotaciones animales debe ser combatido. Para ello, no bastan reglamentaciones y es necesaria la participación del veterinario como profesional idóneo para su prescripción. Se necesita entrenamiento del personal involucrado en el manejo productivo, instalaciones adecuadas sanitariamente, productivamente y en consideración del bienestar animal, y la incorporación de buenas prácticas de manejo productivo.
Estas últimas incluyen, entre otras, la limpieza según protocolos diseñados para cada explotación, el óptimo uso de desinfectantes y antisépticos modernos, la utilización de programas de vacunación que cubran todo el espectro infeccioso, la utilización de suplementos dietarios -algunos basados en microorganismos- que optimicen la microbiota y la implementación de medidas de bioseguridad estrictas.
Los antimicrobianos no representan un problema; muy por el contrario, han sido un elemento esencial para el desarrollo de la humanidad hasta nuestros días. En la Era pre antibiótica, que se extiende casi hasta mediados del Siglo XX, las enfermedades infecciosas eran la primera causa de muerte, mucho mayor que todas las otras enfermedades juntas. ¿Pueden existir dudas de que los antibióticos, antiparasitarios y vacunas fueron, siguen siendo y serán herramientas críticas para el desarrollo de la humanidad?
Cuando se habla de las muertes que se producirán a consecuencia de la resistencia a los antibióticos, no hay que dejar de mirar cuántas se han salvado desde su descubrimiento y utilización en la terapéutica de enfermedades infecciosas. Y sin generar alarma o cuestionar su uso, hay que actuar con responsabilidad y profesionalismo para cuidar esta importante herramienta para la vida de las personas y de los animales.

* Es médico veterinario, médico, Doctor en Ciencias Veterinarias por la UNLP y Master en Farmacología y Toxicología de la Universidad de Pretoria. Profesor Titular de Farmacología y Toxicología de las Facultades de Medicina y Veterinaria de la UNLP.

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