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SUSCRIBITE Frente a los últimos casos de rabia paresiante informados por el Senasa en el transcurso del año en Misiones, Tucumán y Corrientes, llamó la atención el brote recientemente informado en Potrero de Garay y Falda del Carmen, en Córdoba, por estar ya al límite Sur de la zona de dispersión histórica de la enfermedad en nuestro país.
En este contexto, tomamos contacto con el médico veterinario Gabriel Russo, responsable del Programa de Rabia Paresiante en el Senasa y experto en la materia desde hace años. Llamada telefónica por medio y desde Candelaria, en la provincia de Misiones, Russo respondió las preguntas de MOTIVAR, luego de destacar la fuerte presencia de los veterinarios locales del organismo nacional sobre el territorio que abarca una problemática sanitaria con impacto sobre una superficie que abarca 15 millones de cabezas bovinas.
“Para que la rabia paresiante avance hacia el Sur, tiene que estar el virus presente, debe también presentarse el huésped (vampiro) y la suficiente cantidad de virus para que la enfermedad sea transmitida de colonia en colonia. Esto es, por ejemplo, lo que pasó en Córdoba”, nos adelantó el profesional.
Gabriel Russo: El hecho de que existan brotes reportados por debajo de las latitudes tradicionales, no significa que haya una explosión de rabia en nuestro país.
Lo que se sí vemos es una gran cantidad de refugios en el Sur del área de dispersión, montados en su mayoría sobre construcciones humanas. Si bien los refugios de vampiros Desmodus Rotundus pueden ser naturales (cuevas en las montañas o en los cursos de agua), en las provincias de La Rioja, Córdoba, y al Norte de San Luis nos estamos encontrando con refugios cedidos por el hombre (pozos de agua, letrinas, etc). Allí la población de vampiros fue aumentando, a tal punto que ya puede vehiculizar el virus.
Hay que estar muy atentos en esas áreas, donde probablemente es la primera vez que nos topamos con este tipo de eventos sanitarios.
Exactamente. Aconsejamos que los productores vayan vacunando, aunque no tengan casos. Pero siempre la vacunación es de carácter voluntario.
Esta enfermedad no nos da la posibilidad de anticipar la aparición de brotes en la población del vampiros.
Lo que pretendemos es trabajar con cada uno de los animales que presentan sintomatología nerviosa; acudir a esos campos y llegar a un diagnóstico certero.
“El hecho de que existan brotes reportados por debajo de las latitudes tradicionales no significa que haya una explosión de rabia en nuestro país”.
Es importante también decir que ya existen en la zona diversos establecimientos que incorporan a su calendario sanitario la vacunación de rabia. Ahí ya están protegidos y no tienen inconvenientes.
La vacunación contra la rabia paresiante está orientada a proteger el capital (hacienda), pero no corta los brotes. Otro punto interesante tiene que ver con los períodos interepidémicos que existen y por los cuales pueden pasar años de un brote a otro.
No podemos estar haciendo vacunar a la hacienda todos los años.
Depende a qué veterinario…; los del Norte vemos rabia en el campo. No debería ser una novedad. Más allá de esto, me gustaría que quede claro que no siempre la sintomatología nerviosa es rabia. Tenemos muchas otras también para evaluar. Lamentablemente, la rabia no tiene síntomas tan visibles como para decir que, si tambalea para un lado, o para el otro, es positivo a rabia. Debemos concientizarnos en la importancia de enviar el material al laboratorio.
Es importante que, en toda esta zona Sur del área de dispersión, los veterinarios estén instruidos y tengan presente también la posibilidad de encontrarse con un caso de rabia. Es clave poder llegar al diagnóstico cuanto antes.
En este caso estamos hablando del virus rábico variante antigénica 3, el cual está adaptado y ha evolucionado junto con el Desmodus Rotundus, vampiro común, único que es considerado una plaga. Es decir que, cuando tengo un bovino, un equino o un porcino muerto con este virus, estaremos frente a un caso que me indica que en la población de aérea de vampiros hay un brote de rabia paresiante.
No hay una categoría animal más susceptible que la otra. Si no tiene inmunidad específica, todos los animales que tienen rabia terminan muriendo.
Interesante es mencionar que sí hemos visto que para que un bovino enferme, lo tiene que morder un vampiro con la suficiente cantidad de virus rábico en la saliva como para provocar la enfermedad.
Suele ocurrir que el vampiro muerde a un animal, pero le inocula en su mordida una cantidad por debajo del umbral de contagio. Es por esto que podemos encontrar en la naturaleza humanos, bovinos o equinos que han resistido la infección. No se enfermaron: la cantidad de virus presente era insignificante para enfermar, pero generó anticuerpos.
Los veterinarios pueden haber escuchado que el Desmodus Rotundus es un portador de virus permanente, que no enferma y elimina virus. Eso no es así.
De hecho, en el Sur de Córdoba no teníamos rabia y ahora tenemos. Y si no fuera así, no tendríamos períodos interepidémicos. ¿Qué significa esto? Que cuando hay un brote en los vampiros, la población termina muriendo, bajando el umbral de contagio: no hay continuidad entre una población y otra. Por eso hasta que no se recupere con nuevos individuos, no puede ocurrir el brote.
Básicamente que todo animal con sintomatología nerviosa puede tener rabia. Si tenemos un caso, será clave -por más necropsia que se haga- no descartar el cerebro y mandarlo al laboratorio para saber si murió de rabia o no.