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Tal como se destaca en la bibliografía de la época, una caja con envases de chicles fue el primer producto que incorporó el código de barras en su packaging allá por el año 1974, cuando los supermercados Marsh -en Ohio, Estados Unidos- apostaron por la tecnología que había sido desarrollada en 1969.
¿Y en nuestro país? Según se publica en la página Web de GS1 (www.gs1.org.ar), organización global sin fines de lucro que provee estos estándares en todo el mundo, fue en 1984 cuando la Cámara de Supermercados gestionó la incorporación como Organización Miembro para el desarrollo del código de barras a nivel local. ¿Cuál fue el primer producto identificado aquí bajo esta metodología? El jabón en polvo Duplex.
De más está decir que el solo hecho de identificar de este modo el 100% de los productos implicaría cambios profundos en un sistema comercial que no todo lo que mueve registra y que goza de determinadas flexibilidades a la hora de establecer bonificaciones o premios en mercaderías.
Más de 30 años han pasado y pocos cambios han ocurrido en cuanto a la incorporación de esta tecnología en el mercado local de productos veterinarios. Si bien es cierto que el Senasa y GS1 Argentina han avanzado en un sistema de trazabilidad para la comercialización de Ketamina, así como de otros productos (el estradiol, por ejemplo), pareciera ser que el impulso para la adopción final de los códigos de barras se generará puertas adentro del propio sector comercial.
Desde hace años que entre los distribuidores de productos veterinarios de todo el país se discute la necesidad de identificar “al menos las cajas” por medio de un sistema de códigos de borras o QR. A tal punto que este sería uno de los pocos temas en común que los integrantes de CADISVET se propondrían profundizar a lo largo de 2019.
Sin embargo, el primero paso lo comenzaron a dar las empresas por su cuenta, informando a sus proveedores laboratorios que este requerimiento se basa en la necesidad de generar mayor control en las recepciones de mercaderías, así como en los movimientos posteriores, identificando unívocamente los artículos, agilizar los controles y evitar diferencias lógico/físicas.
“Los beneficios que la implementación de este requerimiento genera, son numerosos y los costos muy bajos, haciendo hincapié en el aporte que estos hacen a la gestión confiable del inventario, sus respectivos movimientos y trazabilidad, necesaria para ambas compañías”, le explicaron a MOTIVAR desde Esperanza Distribuciones, compañía radicada en la provincia de Santa Fe, que incluso acordó un plazo de máximo de seis meses (30 de junio de 2019) para que sus proveedores implementen el sistema de códigos de barras para identificación univoca de artículos GS1 (EAN-DUN-UCC-Bidimensionales, etc.).
«Los beneficios que la implementación de este requerimiento genera, son numerosos y los costos muy bajos, haciendo hincapié en el aporte que estos hacen a la gestión confiable del inventario, sus respectivos movimientos y trazabilidad, necesaria para ambas compañías”.
En ese sentido, desde la distribuidora explicaron que, dentro de los códigos necesarios solicitados, se sugieren EAN13, DUN14 y Bidireccional (este último de elección, ya que permite trazar el artículo, a través de N° de lote, fecha de vencimiento, además de ocupar menor espacio físico en la etiqueta).
“Actualmente almacenamos y comercializamos más de 2.800 artículos, entre medicamentos, biológicos e instrumental. Sin embargo, no llega al 50% de ese total la cantidad de ítems con código de barras”, agregaron desde Esperanza.
¿Por qué no avanzan los laboratorios en este campo? ¿Por costos? ¿Por lo complejo de su implementación?
De más está decir que el solo hecho de identificar de este modo el 100% de los productos implicaría cambios profundos en un sistema comercial que no todo lo que mueve registra y que goza de determinadas flexibilidades a la hora de establecer bonificaciones o premios en mercaderías.
Nadie dice que sea sencillo el cambio, pero desde ya que incluso en la operatoria diaria comienza a quedar demostrada la necesidad del mismo.
Es interesante mencionar que ya hay otros sectores que han incorporado el sistema de identificación con códigos de barras GS1, tanto para el consumo mayorista, como también para el minorista. En ese sentido, las alternativas empleadas son:
• GTIN 13 (EAN 13): Código de barras estándar utilizado para la identificación de unidades de consumo las cuales son escaneadas en los puntos de ventas.
• GTIN-14 (DUN-14, ITF-14, SCC-14): Código de barras estándar utilizado para la identificación de unidades de despacho las cuales no pretenden ser escaneadas en los puntos de ventas minoristas.
Asimismo, y dentro de la familia de Estándares de Simbologías bidimensionales, se destacan:
• GS1 Datamatrix: Puede incorporar en su estructura más de dos mil trescientos caracteres alfanuméricos y más de tres mil numéricos.
• GS1 QR-Code: Puede incorporar en su estructura más de cuatro mil doscientos caracteres alfanumérico y más de siete mil numéricos.