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SUSCRIBITE Tal como publicaran diversos medios internacionales, la Food and Drugs Administration (FDA) de Estados Unidos ha definido nuevas normas para la utilización de los antibióticos en las producciones animales, a fin de controlar el crecimiento de las resistencias antimicrobianas a esas sustancias terapéuticas.
En ese sentido y en base a las nuevas directrices, los únicos que podrán administrar antibióticos en las producciones bovinas, porcinas, ovinas y de aves serán los veterinarios.
Además, ya no se podrán realizar tratamientos generales, puesto que sólo estará permitido tratar a los animales de forma individual.
Vale recordar que hasta el momento no era necesaria la prescripción veterinaria para comprar antibióticos destinados al ganado en Estados Unidos y que buena parte de estos productos se utilizaban como promotores de crecimiento o en tratamientos preventivos. De hecho, ya en 2013 la FDA había llamado oficialmente a que, voluntariamente, se dejasen de utilizar antibióticos como promotores de crecimiento y que todos los que se utilizasen estuviesen prescritos por veterinarios.
“Eso cambia un poco la dinámica”, aseguró ante medios estadounidenses el jefe del Centro para la Medicina Veterinaria de la FDA, William Flynn. Y agregó: “La meta es afectar el comportamiento dentro de los establecimientos”.
Importante también ha sido la presión ejercida en este sentido por grandes cadenas de distribución y de alimentación, como McDonald’s, Tyson Foods o Walt – Mart, las cuales se comprometieron públicamente a dejar de vender carne y derivados obtenidos de animales que hayan recibido antibióticos como promotores de crecimiento.
Con la presencia de 200 expertos de 27 países europeos, en octubre de 2015 se realizó en Bruselas, Bélgica, un encuentro en el que ganaderos y veterinarios expusieron acciones para luchar contra las resistencias a los antibióticos. Se percibió consenso a la hora de buscar soluciones para que la eficacia de estas sustancias terapéuticas perdure en el tiempo.
Allí, por ejemplo, quedó claro que es necesario un uso responsable de estos productos en producción animal, aunque hubo divergencias en la necesidad y conveniencia de utilizarlos como preventivos: mientras que la Comisaría Europea y numerosos parlamentarios abogan por la prohibición de este uso, los profesionales de la producción animal consideran que es necesario que se puedan seguir utilizando de esta forma para garantizar la seguridad sanitaria de las granjas y la salud de los animales. “Todos los intervinientes coincidieron también en la necesidad de que la exigencia respecto a todas estas cuestiones sean las mismas para los productos importados por la UE que para los producidos en su territorio”, aseguraron los medios periodísticos que cubrieron la jornada.
Además, destacaron el debate que allí se generó en torno a las acciones prioritarias que deben ponerse en marcha sobre el terreno en los próximos años, insistiendo en la necesidad de la colaboración entre veterinarios y productores ganaderos a la hora de encontrar una solución definitiva al tema.