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SUSCRIBITEOcupando su cargo desde agosto, el nuevo presidente de la Asociación Pro Calidad de Leche y sus derivados -ex ALMAST-, Juan Manuel Nimo, compartió con este Periódico MOTIVAR los objetivos de la institución (la entrevista completa puede escucharse desde hablandodelonuestro.com.ar, introduciendo el nombre de nuestro entrevistado en el Buscador de dicha página Web).
En ese sentido, el médico veterinario destacó la creación de dos nuevas comisiones técnicas, la puesta en marcha de un protocolo para certificar tambos en materia de bienestar animal y la continuidad de las distintas capacitaciones que APROCAL lleva adelante en distintas partes de nuestro país.
MOTIVAR: ¿Cómo evalúa el trabajo de APROCAL en este último tiempo?
Juan Manuel Nimo: Estamos trabajando muy bien en el área de bienestar animal, desde la cual se elaboró un protocolo para evaluación de la problemática en los rodeos lecheros. En este sentido, estamos desarrollando un manual y dando inicio a una serie de capacitaciones para comenzar a certificar tambos ya en 2014.
Por otro lado, la comisión de máquinas de ordeñe ha logrado importantes avances a través de un convenio con la Subsecretaria de Lechería de la Nación, a partir del cual se concretó un relevamiento de las máquinas que se utilizan hoy en distintas cuencas lecheras con el objetivo de conocer su situación y analizar las diversas cuestiones a mejorar.
Además, se definió que todas las empresas que fabrican estas herramientas brinden la misma información cuando hacen un chequeo. Implementamos capacitaciones a distancia para chequeadores de máquinas de ordeñar, a fin de instalar un protocolo en ese sentido.
Es el porcentaje que los productores pierden del cheque de la leche por presencia de mastitis en los tambos en que se superan las 350.000 células somáticas.
Ya refiriéndonos al área de mastitis -corazón de la Asociación- es destacable el trabajo realizado para detectar la incidencia y prevalencia real de la enfermedad en las principales cuencas lecheras del país.
Además, participamos junto a la Universidad de Río Cuarto (Córdoba) de un relevamiento -en la cuenca de Villa María y que vamos a ampliar- para ver la adopción de tecnología de los tambos y estimar perdidas económicas por mastitis. Será la primera vez que tendremos información concreta de lo que está pasando en el país.
¿Y qué tipo de resultados obtienen en esos trabajos?
A modo de ejemplo, podemos decir que sobre 42 tambos ubicados allí en Villa María se calculó la pérdida en promedio sobre los ingresos brutos (litros que entregaban por el precio que cobraban). ¿La conclusión? En tambos con 350.000 células somáticas, se pierde un 16% del cheque de la leche debido a mastitis clínica y subclínica, sin contar las pérdidas del pago por calidad.
“Hay establecimientos en los cuales con el equivalente a la reducción del 50% en la incidencia de mastitis, se paga el sueldo anual del tambero”.
Reduciendo la mitad de la incidencia de mastitis, se le paga el sueldo anual al tambero. Por otro lado, también vale mencionar a la comisión de calidad de leche que ha terminado -en conjunto con el INTA, el Centro de Industria Lechera y otras instituciones- un manual de las buenas prácticas que será publicado en breves.
Por último, el área de tratamiento de efluentes viene haciendo un trabajo a nivel regional con especialistas locales, de Chile y Uruguay, y representantes de AACREA y la Funpel.
¿Y en el futuro? ¿Sumarán nuevas comisiones a la entidad?
Si, absolutamente. Una estará ligada al tratamiento de las enfermedades podales y otra, a la conformación y el manejo de equipos de trabajo.
Los problemas de patas -también relacionados al bienestar animal- son hoy, junto con la mastitis y la reproducción, aquellos que mayores pérdidas generan en los tambos.
Además, y en base al sistema de producción que estamos adoptando, las cuestiones podales cada vez tienen un mayor peso en los establecimientos.
Por otra parte, la comisión relacionada al personal engloba temas ligados al cambio generacional, la herencia de los tambos y la formación de equipos de trabajo.
Los rodeos de leche deben instrumentar un gran cambio en este sentido. Los trabajadores no se encuentran en un ambiente laboral agradable. Trabajar de ordeñador es un sacrificio grande que debería contemplarse de un mejor modo.
¿Por qué certificar tambos con el protocolo de bienestar animal?
Por iniciativa de algunas empresas socias protectoras se conformó un grupo de trabajo con especialistas de Chile, Argentina y Uruguay, el cual siguió los lineamientos de Welfare Quality de Europa, adaptándolos a nuestra situación para generar el protocolo. La idea es contactar a industrias lácteas -que ya han realizado relevamientos en tambos que remiten a ellas- y comenzar a trabajar en conjunto para cuando nuestro país u otros comiencen a exigir ciertos parámetros ligados al bienestar animal.
No olvidemos que algunas empresas ya exportan a China, país con exigencias superiores a las de otros mercados.
“Sumaremos dos nuevas comisiones técnicas: una orientada a las enfermedades podales y otra a la gestión de recursos humanos”.
La idea es estar preparados desde APROCAL para poder ofrecer este servicio a las industrias lácteas y el protocolo juega un rol central para ello.
¿Cómo lo harán?
Cada visita de evaluación a campo tendrá una duración de 6 a 8 horas, en las cuales se medirán parámetros relacionados a instalaciones, accesos, salidas, tiempo que pasan las vacas en el tambo, condición corporal, estrés calórico, higiene de patas y ubres. Luego, se les dejará a los productores un informe que incluye los aspectos a mejorar y las alternativas a implementar para lograr la certificación y la recertificación. El personal encargado recibirá una capacitación formal y un reentrenamiento una vez por año para eliminar posibles vicios.
Habló de unificar criterios en el tema de las máquinas de ordeño… ¿Puede llegar a ocurrir algo similar en el caso de los prospectos de los productos veterinarios?
Hay productos que tienen muchos años en el mercado; las exigencias eran otras cuando fueron registrados.
Creo que podríamos trabajar en actualizar esos prospectos que siguen vigentes y ser más específicos y claros con las indicaciones. Hay productos que sostienen poder aplicarse cada 12, 24 y 48 horas. También con la comisión de mastitis queremos llevar adelante una estandarización de medidas: que los veterinarios que trabajan en calidad de leche informen de la misma forma, para poder realizar comparaciones entre tambos.
¿Es preocupante la escasa reposición de vientres propios en los tambos?
La realidad es que ésta es una de las principales limitantes que existen para mejorar en calidad de leche. Uno de los puntos dentro de los programas de control de medición tiene que ver con eliminar las vacas infectadas de forma crónica. El problema es que no se tiene cómo reponerlas para mantener el número de vacas en ordeño o aumentarlo.
Todo lo relacionado a la reposición es un punto crítico: inseminación, preñez, parto, crianza. Se ha mejorado mucho en recría de vaquillonas y en nutrición, pero la crianza de terneros sigue siendo un problema.
En relación a la inserción laboral, ¿hay más opciones en campos de punta o en los «promedio»?
En los dos, pero cambia el tipo de tareas. En el de punta hay que hacer un trabajo más de gestión y económico; mientras que en los otros, debemos llevar a cabo tareas vinculadas más estrechamente con la labor veterinaria, como la incorporación de tecnología. Muchos de estos tambos no realizan secado, inseminación, ni llevan registros.
¿Cuál es la proyección para el sector el año que viene?
Tengo buenas expectativas. El sector lechero tiene todo para crecer: las vacas, los productores, los profesionales y las condiciones climáticas y físicas del país.
Seguramente en 2014 superaremos lo logrado este año.
¿A qué se deben los resultados de este 2013?
El año pasado se plantearon como problema las condiciones climáticas: sequías, inundaciones. En el caso de los lugares donde hubo lluvias por encima de la media y contaban con sistemas intensivos a cielo abierto, las vacas sufrieron muchísimo, la producción se contrajo y se debió reponer hacienda. Además, el sector venía arrastrando un tema de precios estables y costos en alza.
Ya desde el último tercio del año pasado, se empezó a ver un freno en producción de leche y en las inversiones. Pero, en estos meses, el precio de la leche aumentó en mayor medida que el costo de producción. Debería darse una reactivación que todavía no se observa.