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SUSCRIBITEA fin de retomar el vínculo con las entidades del campo y conocer sus expectativas de corto y mediano plazo, nos trasladamos a Rosario, Santa Fe, para entrevistar a representantes de la Federación Agraria Argentina.
«Este 2013 va a ser complejo ya que se trata de un año con elecciones», le explicó Ariel Tosselli -vicepresidente segundo de la FAA- a este Periódico MOTIVAR, haciendo referencia a las legislativas de octubre. «Nuestra mayor preocupación es la concentración de la ganadería. Los grupos concentrados son los que nos sacan del sistema. Estos son los temas que tenemos que instalar en la agenda de los partidos políticos y los legisladores: son ellos los que realmente pueden impulsar, desde adentro, las acciones que estamos necesitando para seguir adelante», agregó el dirigente.
A su vez y en relación a las bancas que logró la Federación Agraria Argentina en 2009 y que le permiten hoy, por ejemplo, tener participación en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación, Tosselli analizó: «Es importante ocupar estos espacios. Más allá de cualquier cuestionamiento que se nos haga, es muy valioso discutir la política desde adentro. Es lo que corresponde».
Refiriéndose puntualmente a los reclamos de los productores federados, el dirigente resaltó la necesidad de «instrumentar medidas de largo plazo para que la actividad ganadera ocupe el lugar que le corresponde y sea entendida como una herramienta clave para el arraigo en los pueblos».
En este sentido, el médico veterinario Francisco Aguzzi -coordinador de la comisión ganadera de la entidad- realizó un especial hincapié en que: «A veces uno habla de la ganadería como si se tratara de una persona perdida en el campo, pero en realidad nos referimos a un sector que genera al menos dos millones de puestos de trabajo; clara diferencia con otras producciones, como la soja».
Si bien a lo largo de 2012 en nuestro país se produjeron dos millones más de terneros que en 2011, año en el cual para algunos analistas (como Víctor Tonelli, por ejemplo) se vivieron tiempos inéditos en cuanto a los precios de la hacienda, el Dr. Francisco Aguzzi analiza la situación actual explicando que a la actividad no sólo se la debe mirar desde el punto de vista productivo, sino también desde su rol social.
«El 80% de la producción está en manos del 20% de los ganaderos. Nosotros no podemos olvidarnos de la gente. Pensemos en los productores chicos (100 vacas) y nos vamos a dar cuenta que no tienen el soporte económico de la agricultura -como sí tiene el grande- para seguir creciendo», sostuvo.
Y agregó: «Los criadores no tenemos muchas opciones. Distinto es el negocio del feedlot, que cuando no conviene, cierra. Sería positivo tener un precio sostén para los criadores más chicos, porque eso permitiría saber cuánto le van a rendir sus -por ejemplo 80 terneros-«. Frente a este tema, Ariel Tosselli reforzó el concepto: «El precio mínimo sostén es una de las banderas que tenemos en la Federación; pero para establecerlo, se necesitan políticas claras a largo plazo, que prevean -por ejemplo- la situación inflacionaria, sea cual fuera».
Sin esto y según Aguzzi, el productor chico «se deja de preocupar por mejorar su capacidad de producción; se queda con su 60% de destete y la vaca deja de ser su principal actividad. Ahí es donde viene el desgaste, el cansancio y termina alquilando el campo, quedándose afuera del sistema».
Otro dato a tener en cuenta que resaltaron nuestros entrevistados es el de la faena de hembras: «Llegamos casi al 50% hace algunos años y logramos bajarlo al 38%. Sin embargo, hoy ya estamos en el 42% y esa es una clara señal de que al criador ya no le alcanza con vender el macho», sostuvieron.
En relación a las posibilidades de crecimiento de la actividad en el mediano plazo, Aguzzi explicó que, «si el ganadero lograra el estímulo necesario para agregarle 30 o 40 kilos a su producción (con la misma cantidad de terneros) el país tendría cerca de 600 mil toneladas adicionales de carne, las cuales -a un valor promedio internacional de US$ 5.000- generarían unos US$ 2.800 millones de dólares que se derramarían por todas las provincias».
Y agregó: «No queremos subsidios, sino poder pensar en la ganadería de acá a seis años, mínimo. Debemos generar esta lógica de producción. Cuánto más produzcamos, más podrá el productor reducir sus costos y mejores precios tendrá la carne en el mercado».
Por último, Tosselli sostuvo que «la ganadería necesita un ámbito donde discutir sus propios temas, con la participación de todos y cada uno de los actores que forman parte de la cadena».
Interesante es también mencionar que uno de nuestros entrevistados, el Dr. Francisco Aguzzi, se dedicó al ejercicio de la profesión y hasta contó con su propia veterinaria comercial hasta el año 1995, en las cercanías de Venado Tuerto.
Hoy dedicado a la producción ganadera y con una hija recientemente recibida también de veterinaria, brinda su visión respecto del rol que la profesión debería desempeñar: «Los veterinarios pueden mejorar las producciones. Lo que más le falta al pequeño productor es la capacitación necesaria para llevar adelante en su establecimiento de manera eficiente la producción. El hombre que tiene 100 vacas y saca 60 terneros, tiene que poder mejorar de la mano de un profesional».