» Desde el INTA destacan que no se informaban casos tan al sur de la provincia de Corrientes -por fuera de la zona endémica- desde el año 2000. En aquel momento, ocurrió en Mercedes.
Para continuar, suscribite a Motivar. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITE» Desde el INTA destacan que no se informaban casos tan al sur de la provincia de Corrientes -por fuera de la zona endémica- desde el año 2000. En aquel momento, ocurrió en Mercedes.
De la redacción de MOTIVAR |
|
Sorpresa fue lo que causó entre los especialistas locales la aparición -a fines de enero- de un foco de rabia paresiante en un campo de la zona de Perugorría, provincia de Corrientes. Es que más allá de las habituales apariciones veraniegas en el Norte argentino, la muerte de los cuatro equinos involucrados recientemente se produjo fuera de la zona endémica de la enfermedad.
«Si bien Chaco, Formosa y el norte de Corrientes son zonas donde la rabia paresiante es frecuente, lo llamativo fue la aparición de estos casos en las cercanías de Curuzú Cuatía. El último registro que teníamos tan al sur de la provincia es del año 2000, en la localidad de Mercedes. Se trata de un brote atípico», le comentó a MOTIVAR la Dra. María Graciela Draghi, del Laboratorio de Sanidad del INTA Mercedes.
Vale remarcar el rápido accionar del Senasa, la COPROSA y la FUCOSA, quienes realizaron la vacunación de los animales del campo donde apareció la enfermedad y de los establecimientos lindantes, en todas las especies (bovinos, equinos, porcinos y ovinos): unas 27 mil cabezas.
Para ello, el Ministerio de la Producción local «adquirió 5 mil dosis de vacuna, de las cuales utilizaron cerca de tres mil en pequeñas explotaciones vecinas (26 unidades productivas) y el resto formará parte del banco de dosis del organismo, para las emergencias», resaltaron en estos días distintos medios de prensa correntinos.
«Es muy importante que la gente de la región se muestre atenta frente a cualquier animal que presente síntomas nerviosos, y se efectúe la vacunación de todo el ganado bovino, ovino y equino con dos dosis aplicadas con 20 a 30 días de intervalo, para luego revacunar una vez al año», explicó la Dra. Draghi.
Asimismo, la integrante de la Comisión Correntina de Sanidad Animal explicó que en esa zona de nuestro país existen otras enfermedades con síntomas similares a la rabia, como el botulismo o la tristeza bovina, con lo cual cobra una vital importancia la realización de un correcto diagnóstico y remisión de muestras a laboratorio por parte de los veterinarios privados.
Respecto de la actualidad de la tristeza bovina, la especialista reconoció que en esta época del año la enfermedad ha tenido un menor impacto sobre la producción que en años anteriores.
«Esto seguramente tiene que ver con una mayor difusión sobre el tema entre los productores, propiciando el control de la garrapata y la vacunación de la hacienda. Los ganaderos se muestran mejor predispuestos a combatir esta problemática», concluyó la Dra. Draghi.