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SUSCRIBITEMuchos son los nuevos negocios que emprenden los laboratorios veterinarios argentinos, pero parece ser que uno de ellos no tendría la suficiente importancia como para ser tenido en cuenta de manera masiva.
¿De qué estamos hablando? De la medicina felina y los frutos que pueden llegar a dar los medicamentos específicos para la actividad.
Con respecto a este tema, MOTIVAR tuvo la oportunidad de entrevistar al Dr. Rubén Gatti, vicepresidente de la Asociación Argentina de Medicina Felina, la cual se formó en 1998 luego que se realizara en nuestro país el primer congreso mundial de pequeños animales.
«Aquella fue la primera vez que el evento se trasladaba a un país latinoamericano», comentó el Dr. Gatti, quien además explicó que, en ese momento, los profesionales nacionales comenzaron a darle una mayor importancia a temas como el que nos convoca.
Con el transcurso de los años, esta Asociación fue atravesando diferentes etapas. «En un principio formamos parte de la Sociedad de Medicina Veterinaria, para luego obtener nuestra propia personería jurídica y de esa forma independizar todas nuestras metas», concluyó el médico veterinario.
MOTIVAR: Uno de sus objetivos es estimular la creación de la especialización en medicina felina ¿Cuáles son los canales correspondientes?
Rubén Gatti: Este objetivo se refiere básicamente a que en algún momento las universidades nacionales formen una especialización en medicina felina, mediante posgrados o algún tipo de curso complementario a la carrera actual. Somos concientes de que esto no sucederá de un día para el otro; obviamente lleva su tiempo y deberemos sortear un gran número de trámites administrativos.
Además, debemos tener en cuenta que, en la actualidad, la medicina veterinaria no cuenta con ningún tipo de especialización, ni en equinos, ni en grandes o pequeños animales, ni en porcinos u ovinos.
Todo aquel profesional que se interesa por un tema en particular estudia, practica y se «especializa»; pero no lo hace en base a una formación determinada, sino a su propia voluntad (muchas veces, sin la correcta orientación).
Lo mejor que podría suceder es que se comience a trabajar en base a la especialización de nuestros colegas profesionales.
¿Mantienen en estos momentos alguna relación con la industria local?
Si bien la Asociación no mantiene una relación estrecha con los laboratorios instalados en el país, si les ha hecho saber de la necesidad de realizar un esfuerzo a favor de esta actividad tan particular.
Debemos contar con medicamentos puramente destinados a los gatos. Hasta el momento, la gran mayoría de las empresas no se ha involucrado en este tema.
Resulta inadmisible tener que recetar un octavo de algún remedio. Tienen que tener las dosis adecuada.
Con la calidad no hay ningún problema, el tema pasa por llegar a contar con medicamentos específicos para los gatos.
No puede ser que tengamos que recetar fracciones de determinado comprimido para algún animal.
Esto es inadmisible.
ACTUALIDAD
La medicina felina sigue desarrollándose en la Argentina y nuestra Asociación cumplió hace poco tiempo sus primeros diez años de vida.
Sin embargo, en materia de productos específicos para felinos, seguimos prácticamente igual que hace 10 años cuando se fundó AAMeFe.
Salvo las vacunas que son específicas para gatos, y algunos pocos productos farmacológicos (antiparasitarios) para felinos en el mercado local, no ha habido ningún progreso por parte de la industria farmacológica nacional a la hora de desarrollar productos específicos para esta especie animal.
Hay que tener en cuenta que los productos farmacológicos para felinos no sólo tienen una dosificación propia para la especie, sino que también es necesario utilizar formulaciones especiales que claramente favorezcan el suministro de dichos medicamentos.
Los profesionales veterinarios que atendemos a los gatos tenemos que indicar 1/4 o 1/8 de los comprimidos que se elaboran para los perros.
Por otro lado, sabemos que el gato, en general, no es un paciente fácil de manipular por sus propietarios, y que además tiene un sentido del gusto muy particular, por lo cual no ingiere cualquier cosa como lo hace el perro.
Es necesario innovar en este sentido, pero no demasiado, ya que en otros países hay presentaciones que funcionan realmente muy bien.
Por ejemplo, sería muy interesante que en lugar de comprimidos se utilicen vehículos como geles o pastas, para poner el principio activo.
Esto sería ideal para todo medicamento que se deba suministrar, pero es una condición imprescindible, sobre todo para aquellas medicaciones que se deben usar en forma crónica, como los corticoides, antibióticos, antidepresivos, anticonvulsivantes, betabloqueantes, antihipertensivos, etc.
No obstante todo esto, se debe hacer la salvedad respecto a dos laboratorios que desarrollaron antiparasitarios para gatos, uno en pasta y otro en presentación spot on, que si bien fueron desarrollados en sus países de origen, tomaron la decisión de arriesgarse y traerlos también a nuestro país.
Por esto los veterinarios de felinos, estamos muy agradecidos.
Por último y a costa de ser un poco reiterativo, creo que la industria farmacológica veterinaria debe acompañar más a las organizaciones profesionales e invertir en la educación de los propietarios de las mascotas.
No existen dudas de que esa educación seguramente beneficiará a todos los actores del sistema, comenzando por la propia mascota.