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Guía

Claves del diagnóstico veterinario en enfermedades neurológicas

Una nueva guía del INTA destaca el rol del diagnóstico veterinario frente a enfermedades neurológicas que impactan en la salud pública y la producción.

1 de noviembre de 2025 - 08:10

Las enfermedades neurológicas en rumiantes son poco frecuentes pero de altísimo impacto. Su diagnóstico veterinario es clave, no solo por las pérdidas económicas que generan, sino también por los riesgos sanitarios que representan para la salud animal y en la humana.

El Instituto de Patobiología del INTA presentó una guía práctica que orienta a profesionales en la recolección de muestras y el abordaje clínico y epidemiológico de estas patologías. El documento subraya la dificultad del diagnóstico debido a la anatomía del sistema nervioso y la diversidad etiológica de los cuadros neurológicos, que van desde enfermedades metabólicas hasta infecciosas o parasitarias.

Desde signos clínicos como ataxia o ceguera hasta convulsiones, la clave está en una inspección clínica detallada y en la recolección precisa de muestras tanto en animales vivos como muertos, priorizando el sistema nervioso central. La guía detalla protocolos para la toma de líquido cefalorraquídeo, extracción del encéfalo, médula espinal y otros órganos, así como la conservación adecuada de tejidos para estudios histopatológicos y microbiológicos.

Importancia del diagnóstico veterinario

Una inspección clínica correcta es vital, incluyendo la reseña y la anamnesis, donde se debe recopilar información sobre el curso clínico, la duración de los signos y la respuesta a tratamientos. Además, los datos epidemiológicos son cruciales, especialmente en casos de muerte súbita. Las evidencias epidemiológicas son clave, ya que algunas enfermedades dependen de vectores en regiones específicas, afectan a animales de cierta edad, o se presentan de forma epidémica ("brote").

El diagnóstico puede llevarse a cabo tanto en animales vivos como en animales que han muerto. En los animales vivos, se pueden analizar muestras como sangre, suero y orina para detectar cuadros metabólicos (fallas hepáticas o renales, cetosis). El líquido cefalorraquídeo (LCR) y el humor vítreo son útiles para determinar, por ejemplo, concentraciones de magnesio ante sospechas de hipomagnesemia.

El desafío de la necropsia y el SNC

En animales muertos, la necropsia es esencial, siendo prioritario el estudio del Sistema Nervioso Central (SNC) para alcanzar un diagnóstico certero. La extracción de tejido nervioso es intrínsecamente dificultosa debido a sus características anatómicas.

Para realizar la necropsia, la seguridad es fundamental, incluyendo el uso de elementos de protección personal (gafas, guantes) y contar con el tratamiento antirrábico pre-exposición en áreas endémicas.

Es indispensable recolectar diferentes secciones del SNC, incluyendo encéfalo, médula espinal y LCR. La colecta de LCR se recomienda realizar antes de desarticular la cabeza. Para la extracción del encéfalo, se deben realizar cortes específicos en el hueso craneal y asegurar la remoción del órgano completo, incluyendo el cerebelo y el tronco encefálico.

Una vez retirado el encéfalo, deben colectarse estructuras complementarias clave como el/los ganglios del nervio trigémino (ganglios de Gasser), hipófisis y rete mirabile, pues pueden alojar agentes infecciosos específicos. La médula espinal es fundamental para diagnosticar afecciones como rabia, trastornos tóxicos o metabólicos, y se extrae cortando cuerpos vertebrales o retirando vértebras completas. Además, es necesario inspeccionar otros órganos como hígado, riñones e intestinos, debido a que su afección puede generar cuadros neurológicos indirectos.

Conservación de muestras

La correcta conservación es vital para la confiabilidad diagnóstica.

  • Estudios Patológicos (Histopatología): Las muestras deben sumergirse en formol al 10 % y conservarse a temperatura ambiente. Se recomienda la colecta del cerebro completo (o la mitad) para aumentar la probabilidad de un diagnóstico de certeza.
  • Estudios Microbiológicos/PCR: Deben colectarse en recipientes estériles, conservarse en frío (4 °C) y ser remitidas al laboratorio refrigeradas a la brevedad.

Este trabajo fue diseñado para aportar información práctica que facilite la extracción de muestras, contribuya al diagnóstico en campo y complemente la literatura existente sobre el tema

Con esta iniciativa, el INTA refuerza el rol estratégico del diagnóstico veterinario en el control de enfermedades que pueden afectar tanto la sanidad animal como la salud pública.

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