Buscamos recuperar un espacio de orgullo y autoestima tambera, donde se difunda el impacto de la lechería en la economía de nuestros pueblos. Es clave campear estos tiempos difíciles, sin perder de vista la planificación a largo plazo”, decía en la inauguración de Todo Láctea 2023 el director de Contenidos del Grupo Todo Agro, José María Iachetta, cara visible de la organización.
Más allá del contexto
El encuentro que contó con Antonio Vicentin, uruguayo sobreviviente de la Tragedia de los Andes, y actividades como las Olimpiadas Lecheras de las que participaron 34 escuelas, concursos y un Tour por tambos de la zona, también puso el foco sobre la crítica situación de la actividad no solo por el impacto del clima sino también por las variables económicas e impositivas que la impactan.
Debería llamar la atención que mientras nuestro país ya es el segundo en la región con mayor cantidad de tambos con ordeñes automatizados (robots), contando incluso con un 10% de las vacas con algún sistema de monitoreo, el promedio nacional de recuento de células somáticas se encuentra más cerca de las 400.000 que de las 200.000 deseadas.
Los referentes llamaron a no dejar de incorporar tecnologías, sin perder de vista que aún hay medidas básicas, muchas veces ligadas a la salud y el bienestar de los animales, que podrían mejorarse para lograr un negocio más sustentable.
Desafíos para el corto plazo
A la distancia, el MV argentino Gustavo Schuenemann, docente en la Universidad de Ohio, repasó los cambios que transita la lechería estadounidense, muchos de los cuales seguramente llegarán a nuestro país.
“Tendremos que producir más, con menos recursos”, aseguró Schuenemann, explicando que – en Estados Unidos - se han cerrado prácticamente el 50% de los tambos en los últimos años, aunque sin cambios significativos en el total de un rodeo conformado por 9.3 millones de vacas.
“Cerraron 6 tambos por día durante los últimos 20 años, al tiempo que hemos aumentado productividad individual en hasta 5 veces. Ya sabemos que, en los próximos 10 a 20 años, vamos a tener la mitad de los tambos y que serán más grandes en tamaño y utilizando mucha más tecnología”, completó.
Tras destacar la tendencia en cuanto a lograr tambos “carbono neutro” para 2025, el profesional adelantó que desde este mes de junio, en el país del norte los antibióticos deberán contar con una receta a cargo de un veterinario responsable.
“Será importante centrar los esfuerzos en esquemas de prevención y mejora continua”, repasó e indicó que en Estados Unidos se avanzó en la longevidad de vacas, que “es donde está la rentabilidad del negocio lechero”. Y explicó: “Necesitamos la rentabilidad de dos años de lactancia para para pagar el costo de la recría. La longevidad es clave para que los sistemas sean sustentables”.
Los que sí y los que no
Frente a este contexto, la transición que vive la lechería nacional fue puesta de manifiesto con sus avances y desafíos.
Miguel Taverna, referente del INTA, se refirió al ordeño automático, indicando que, de los 900 equipos instalados en América Latina, Argentina ocupa el segundo lugar en adopción (después de Brasil), con 240 sistemas robotizados.
“Tenemos el 10% de las vacas con algún sistema de monitoreo (150.000 animales). Además, hay un 18% que tienen un sistema de medición de leche y extracción de pezonera; 1,5% de leche es extraída a través de robots”, aseguró.
Además, en Todo Láctea, se destacaron cuentas pendientes, principalmente vinculadas con el manejo y la salud general de los rodeos.
“No olvidemos que todavía hay muchos que tienen que aplicar lo básico. Hay muchos tambos que hoy no podrían entregar la leche (400 mil células somáticas promedio). De hecho, en Santa Fe el promedio es de 405.000 y es la cuenca central, con un 30% de la producción”, aseguró Eial Izak durante la jornada. Y agregó: “Tenemos mucho por mejorar incluso en el tradicional plan de los 5 puntos, del cual hablamos hace más de 50 años pero que evidentemente sigue sin cumplirse en muchos casos”.
En el marco del panel Una Salud, también el presidente de Aprocal, Roberto Albergucci, se refirió al tema: “Cuantas menos vacas enfermas tengamos, menos se van a enfermar”, resaltó a la hora de establecer un vínculo entre el bienestar animal con menos tratamientos y más control de la salud. Y completó: “Hay que tener en cuenta que existen pérdidas por mastitis de entre 4 y 5% por las altas células somáticas, con lo cual anualmente se pierden unos 500 millones de litros por el impacto directo de malos manejos en el tambo”.
El tema fue graficado por Eial Izak: “Un tambo promedio en Argentina pierde un mes de leche anual: son $ 80 mil millones (casi US$ 350 millones)”. Y avanzó: “Hay que dejar de ver el animal clínico. Tenemos sensores de monitoreo, podemos diagnosticar subclínicamente. Tenemos que ver la vaca como un conjunto”.
¿Y los veterinarios?
En diálogo con MOTIVAR, Martín Pol, de Lactodiagnóstico Sur, también analizó distinos temas durante Todo Láctea.
“Cada vez tendremos más restricciones en el uso de antibióticos. Deberemos sacarnos el chip terapéutico y aceptar que no va a haber nuevas “milagromisinas” en el futuro”, nos decía el referente.
Y agregaba: “Vamos a tener que trabajar sobre vacas con bienestar y enfocarnos mucho más en la prevención”.
Asimismo, aprovechamos el contacto para que Pol cuente su visión sobre cómo reducir el impacto económico que tienen las mastitis clínicas aún en la actualidad.
“En primer lugar, no tratando animales crónicos sobre los cuales tenemos poca expectativa de cura”, aseguró Pol.
Y completó: “El punto dos tiene que ver con la tecnología de cultivo en tambo. Nosotros hemos sido pioneros en Argentina, y no nos queda duda que los establecimientos que lo implementan pueden reducir un 50% el uso de antibióticos”.
Más allá de esto, el MV comentó que un tercer punto a trabajar tiene que ver con el rol de los veterinarios en la elección de tratamientos que sean lo más cortos posible, con el menor descarte de leche posible, pero que también sean eficaces.
“En este sentido, presentamos un trabajo que hicimos con Fatro Von Franken, en donde utilizando la jeringa intramamaria Cefaximin L, probamos tratamientos de 1 día y 2 días, evaluando la cura clínica y la bacteriológica. Vimos que para determinadas drogas es posible hacer tratamientos relativamente cortos con una buena tasa de éxito”, graficó el MV.
Y cerró: “Cualquier tambo que tenga más de 200.000 células somáticas tiene un problema y pérdidas económicas”.