En diálogo con MOTIVAR, el también director del laboratorio veterinario Pasteur, firma fabricante que data de 1982 y tiene la representación del argentino Chinfield en ese país, repasa sus casi 10 años de experiencia como miembro de la Cámara, sus tareas institucionales, los próximos pasos en el calendario de actividades y los principales desafíos que enfrentan las empresas del sector.
Y adelanta la situación actual del mercado: “Si bien estamos en un proceso para cambiar la declaración de ventas de los miembros de la Cámara para tener más y mejores datos, podemos decir que observamos una caída en general, a partir de cuestiones derivadas del clima, la economía e incluso la competencia informal que atenta contra el segmento de animales de producción. En animales de compañía, en cambio, observamos el crecimiento propio de la adopción responsable de las mascotas”.
MOTIVAR: ¿Qué balance hace del presente de la industria?
José Mantero: Como país exportador de alimentos de origen agropecuario, tenemos una visión y un cuidado en cuanto la conservación de los mercados en base a una inocuidad e inocuidad comercial por lo cual la Cámara trabaja mucho en el cumplimento de normativas y exigencias.
A diferencia de la región, en Uruguay todos los productores agropecuarios están habilitados a exportar a todos los mercados y eso hace que haya un uso restringido y prohibición de ciertos principios activos para respetar la calidad.
Eso eleva el número de productos capacitados para exportar, pero se traduce en un uso menor de ciertos principios activos, lo que demanda mucho tiempo de análisis, sobre todo de parte de nuestros técnicos.
¿Qué otros alcances tiene la Cámara?
JM: La Cámara se creó de la mano de ocho empresas hace 53 años y es una de las gremiales que participa del sector comercial con más tradición del país.
Si bien nació con el fin de tener algo de información comercial y análisis del mercado, porque había menos exigencias regulatorias de lo que es hoy, el foco fue mutando y hoy las tareas son diversas.
En la práctica, hay laboratorios que participaron de la fundación que continúan siendo miembros, otros se transformaron y algunos ya no participan. Por ejemplo, Merck que ahora es Boehringer Ingelheim; Santa Elena, ahora conocido como Virbac; y otros que siguen, como Laboratorio Uruguay y Compañía Cibeles.
Un tema que ocupa nuestro tiempo es el contrabando desde Argentina.
¿Cuántos miembros tiene CEV y cuál es la mayor inquietud de las empresas?
JM: Hoy la Cámara tiene dos tipos de socios: activos y protectores. Somos 33 de los primeros y 40 de los segundos, es decir, unas 73 empresas integran la institución.
En Uruguay hay decretos que responsabilizan a fabricantes e importadores a hacerse cargo de productos vencidos y envases vacíos y desde la CEV nos hicimos cargo de esa tarea. Por eso se sumaron nuevos socios protectores desde 2014 con el primer plan orientado a pequeños animales. Luego, muy pronto, se sumó el Plan Ganadero.
¿En qué consiste el plan y qué rol tiene la CEV?
JM: La CEV administra el plan. Se diagramó la ejecución y lo que son centros de acopio, es decir, contenedores especialmente identificados para clasificar los residuos y se convino con veterinarias para ubicarlos de modo tal que los productores puedan acercar esos residuos.
Hoy es un ser viviente que se va adaptando a las diferentes necesidades. Si bien es difícil evaluarlo en el paso del tiempo, el porcentaje de recolección, según el Ministerio de Ambiente oscila en torno al 10%.
El objetivo a mediano plazo es llegar al 30% y al 50% en los próximos años.
¿Qué sigue en la agenda?
JM: Nosotros participamos activamente de las actividades del Congreso de Camevet que se realizará en Uruguay 30, 31 de octubre y 1 y 2 de noviembre para lo cual invitamos a todos. Trabajamos en función de grupos técnicos y cada documento se analiza y se trabaja también de la mano del Ministerio de Ganadería y con el consenso de todas las partes se contesta ante cada solicitud como país. Eso es demandante, pero también muy valioso.
¿Cómo describe la situación actual del mercado?
JM: El mercado local es chico y atomizado. Nosotros en el segmento de animales de producción, que representa alrededor del 80% de las ventas, hemos notado un descenso en productos específicos y eso tiene que ver, entre otras cosas, con la prohibición de principios activos que en la última década salieron de circulación, como mosquicidas o curabicheras y estradiol, por nombrar solo algunos.
Otro tema que ocupa nuestro tiempo es el contrabando desde Argentina. Si bien no podemos cuantificar, es notorio debido al tipo de cambio favorable y afecta la comercialización en el mercado interno. A su vez, sufrimos lo mismo con Brasil, pero por productos que allí están habilitados y aquí no.
20% Es lo que representa hoy el segmento de productos veterinarios para animales de compañía en Uruguay.
¿Qué puede hacer la cámara para detener este tipo de competencia desleal?
JM: El trabajo grupal es muy beneficioso para las empresas y es la única manera de hacer algún cambio y lograr sostener nuestra posición. La Cámara se ocupa de este tema y está siempre en contacto con Aduana y ministerios afines para poder generar mecanismos de control.
Nosotros no tenemos cifras oficiales para estimar cuánto del mercado está en manos del sector informal, pero de seguro que en pequeños animales es muy importante en algunos productos, como garrapaticidas, por citar solo un ejemplo.
¿Qué papel juegan las capacitaciones para la cámara?
JM: Tratamos de actualizar a través de capacitaciones y tiene una gran ventaja que participan todos los actores. Las rondas de consejo de salario también forman parte del centro de atención de la Cámara y ni que hablar las campañas sanitarias, a través de grupos de difusión como puede ser la garrapata. Me pone orgulloso que todos podamos trabajar juntos más allá de la competencia comercial.
¿Cuál es la principal preocupación del sector en el largo plazo?
JM: Tenemos una preocupación grande sobre crear nuevos productos debido a que la vida útil de los mismos actualmente es muy incierta y la inversión que demanda cada desarrollo puede llevar varios años, pero al llegar al mercado puede verse reemplazo en solo un semestre.
Buscamos estar atentos a esos cambios porque de eso depende la viabilidad de las empresas.
Y en la vinculación público privada ¿Qué lugar ocupa I+D?
JM: No todo lo esperado. Si bien se ha avanzado en algunos proyectos puntuales asociado a desarrollos biológicos o biotecnológicos aún no han salido al mercado. Los instrumentos están, hay que difundirlos bien y que las empresas den el paso adelante. CEV forma parte de la Fundación Marco Podestá organización que fomenta la enseñanza, la investigación y la extensión de las ciencias veterinarias.