La prevención es la base de la sanidad. No quiero ver animales enfermos, no quiero curar bovinos”. Con esta frase, el MV Miguel Mejía resumió los fundamentos que responden al ¿por qué debemos tener una recría bovina sana?, pregunta disparadora de su disertación en el auditorio de producción ganadera patrocinado por Biogénesis Bagó, en la última edición de Expoagro.
Bajo el lema: “La enfermedad que menos daño hace es aquella que no se sufrió”, Mejía expuso conceptos que postulan que la prevención es la base de la sanidad. “Como médico veterinario, quiero que mi trabajo sea evitar que los animales se enfermen, porque las pérdidas por enfermedad no se compensan”, advirtió el profesional.
Y remarcó: “Lo que pierde un animal con una enfermedad no va a mejorar después en el tiempo con un engorde mayor. No hay un efecto compensatorio, con lo cual no hay dudas: es negocio tener sanas las recrías”, sentenció.
Remontar la recría bovina
Mejía trazó el derrotero de un ternero en recría enfermo, que “lo primero que va a hacer es no comer”, dijo y agregó el estrés que eso implica al animal. Y no sólo eso, sino el trastorno padece en adelante el productor, al luchar por aumentar el consumo de mantenimiento en la vida del bovino y que inevitablemente conlleva a una ineficiencia económica. A ese costo, se agrega el impacto en el engorde futuro, porque “ese animal cuando se cura de una neumonía o de una parasitosis, va a engordar menos y eso está demostrado”, acotó el veterinario.
Y recordó que también hay algunas enfermedades que sufren las recrías y que luego afectan el rinde en la media res. De allí que “yo tengo que construir la mejor inmunidad posible en ese animal. Tengo que controlar los parásitos, hacer una adecuada nutrición y un buen manejo de los minerales, que es algo no menor", reforzó el disertante.
"La sanidad no es un gasto"
“Desde que vacuno, dejé de usar los cuchillos (para las necropsias)”. Contundente, Mejía no dejó lugar a dudas en la importancia de prevenir mediante la vacunación enfermedades infecciosas que se dan en las recrías, como la neumonía, “una de las principales que se da cuando las recibimos”, dijo.
En términos económicos, “una vacuna no cuesta nada comparado con lo que me cuesta un ternero o con los kilos que me puede dar”, graficó Mejía y remarcó que la mejor inmunidad posible en una recría se construye aplicando vacunas de la mejor calidad. Porque “la sanidad es una inversión, no un gasto. Yo no puedo estar mirando si ahorro o no. Tengo que usar aquello que me vaya a dar siempre el mejor resultado posible”.
Además, “la vacuna tiene que estar siempre elegida por el veterinario”, indicó y remarcó que "no hay que perder de vista qué cepas circulan y cuáles están presentes en la vacuna, qué cantidad de antígeno tiene, y “charlar con el veterinario no sólo estas cuestiones sino cuántas dosis son necesarias para lograr la protección”, añadió Mejía.