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SUSCRIBITE Para poder hacer un análisis de todo lo ocurrido en el sector veterinario a lo largo de este 2022 no solo deberán tener ganas, tiempo y memoria, sino también una paciencia especial para comprender las idas y venidas que todos los actores de esta industria han vivido en los últimos 12 meses.
El año en que supuestamente todo iba a volver a la normalidad luego de la pandemia cumplió en parte con su promesa: la presencialidad y un vertiginoso ritmo comercial fueron dos viejos jugadores que se volvieron a hacer presentes tanto en el ámbito de los laboratorios, como de la cadena de distribución y los profesionales veterinarios que día a día impulsan cada vez más su presencia en los ámbitos de incumbencia.
El análisis de la industria ya lo conocemos y fuimos repasando a lo largo de todo el año en MOTIVAR: lejos de las cifras récord en ventas de unidades en 2020, los laboratorios veterinarios este año no pudieron (a nivel general) acompañar la inflación local, a pesar de sus regulares aumentos de precios en todas las categorías de fármacos y productos biológicos disponibles para las distintas especies animales en el país.
Pero el combo no llegó hasta allí.
Este año se complicó, en sintonía con lo que ocurre en distintos sectores de la economía nacional.
Acostumbrados a convivir con una inflación del 60 o 70% y aumentos de precios similares, este año los líderes de la industria han convivido con una ecuación diferente, donde la menor cantidad de unidades comercializadas se unen a precios que no pegan el salto e incrementos de costos que en algunos casos superan el 300 o 400% respecto de 2021.
¿Es entonces posible que haya empresas realizando bonificaciones, descuentos y planes de pagos sin intereses a más de 6 meses? Si, lo es.
Y de allí la preocupación creciente de algunos referentes, principalmente ligados al segmento de los productos biológicos para bovinos.
En este marco, la industria nacional siguió invirtiendo y potenciando su presencia no solo en el mercado local, sino también en el internacional.
Anuncio de inversiones, compra de empresas, acuerdos comerciales, de distribución y diversas acciones de co-marketing mostraron sus caras en 2022 y prometen seguir vigentes a lo largo de un 2023 en el cual pareciera que van a convivir distintas visiones comerciales y estrategias. Algunas más defensivas que otras, con las consecuentes “puertas abiertas” que quienes las tomen dejarán en un sector ávido de generar y cerrar buenos negocios.
Presentes. Siempre presentes y “con trabajo”, tal como nos indican en las distintas conversaciones que mantenemos a diario con ellos y ellas desde MOTIVAR. Especialmente, en el campo de la ganadería, donde se mantienen activos y siguiendo el ciclo productivo, aunque sin dudas expectantes de una situación climática que muestra al fenómeno de La Niña por tercera temporada de verano consecutiva e impactos que cada vez se hacen más visibles sobre el potencial desarrollo en todo a lo que adopción de tecnología respecta.
La clave del 2023 vendrá o no de la mano del agua. No lo duden, más allá de las elecciones presidenciales, de los problemas económicos vinculados a inflación y tipo de cambio, el clima será quien finalmente determine qué tipo de año tendrán los asesores.
¿Y en el caso de los veterinarios dedicados a animales de compañía?
Seguirán creciendo. Sin dudas. Sobre todo, aquellos que inviertan, se actualicen y comprendan que su actividad cambió de la mano de la mayor integración de perros y gatos a la sociedad.
Es cierto que es contradictorio. ¿Siguen trabajando los veterinarios a buen ritmo y la venta de vacunas y fármacos cayó respecto de 2020 y 2021? Daría la impresión de que sí y que resolver ese contrapunto será uno de los objetivos para el año que en breves estará comenzando.
Los distribuidores también han vivido meses intensos en este 2022, con la mira puesta en cumplir sus planes de negocio con los laboratorios o renegociarlos. Ahí están centrados los debates hoy. ¿La consecuencia?
Sobreoferta de productos “en la calle”, baja de precios e incrementos en los días de cobranzas en momentos en los cuales ese no parecería ser el camino.
Coincidiendo en la necesidad de avanzar en que los laboratorios sumen códigos de barra en todos los productos, distribuidores de todo el país siguen invirtiendo no solo en nuevas sucursales y depósitos, sino también en mantener activas sus campañas de promoción digitales.
Con todos estos temas en mente, laboratorios, veterinarios y distribuidores tienen la difícil tarea de cerrar el año, con un Mundial en el medio, pudiendo analizar detenidamente lo ocurrido en este 2022 para poder, sobre esta base, encarar un 2023 que tendrá sus características propias.
Y que más allá de lo conservador de las proyecciones, verán sin dudas una industria veterinaria activa, presente y mostrando todas sus cartas. Por que es lo que sabe hacer. Porque es lo que muchos entienden… hay que seguir haciendo.