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SUSCRIBITELa llegada de las primeras dosis de la vacuna, las fiestas, el calor y el amesetamiento en la cantidad de contagios hacia fin de año llevaron a que por momentos parezca que la pandemia terminó; pero no. No es así. De hecho, el COVID19 está cerca de generar la muerte de 2 millones de personas alrededor del mundo, siendo más de 43.000 las registradas en Argentina.
Frente a la posibilidad de volver en los próximos meses a convivir con cuarentenas obligatorias, cierres de actividades y un potencial incremento en los contagios, es que las veterinarias deben estar preparadas.
Los puntos de venta veterinarios estuvieron en 2020 a la altura de las circunstancias, montando protocolos que fomentaron la confianza de sus clientes y de cierto modo ordenaron la dinámica del día a día.
¿Se perderá esa rutina? ¿Nos volverá a dar vergüenza decir que “no” a un mate?
¿Son “hincha …” los que se cuidan?
No sabemos qué hará cada quien, pero sí que funcionó cuidarse y cuidar a los demás, generando empatía con la sociedad. Funcionó que en donde se ofrecen servicios médicos para animales, se respetaran medidas de higiene y seguridad. Se jerarquizó la actividad.
Proponemos 5 acciones para mantener la guardia alta y estar preparados para responder a situaciones que -ahora sí- ya vivimos.
Las veterinarias deben asegurarse los recursos necesarios para su funcionamiento en épocas de pandemia. Habrá que volver a invertir en barbijos, guantes, geles, alcohol y desinfectantes. Es clave proyectar las posibles ventas para los próximos meses, a fin de asegurar el stock necesario para no dar falta a los clientes por un error de planificación.
Será clave no flexibilizar las acciones por medio de las cuales las veterinarias lograron establecer una cantidad máxima de personas dentro del local; así como tampoco dejar de fomentar el lavado de manos al ingreso, la atención con turnos y el uso del tapabocas puertas adentro.
Además de ser medidas básicas de higiene y seguridad, sirven para reforzar la percepción favorable de los clientes hacia el servicio que se brinda.
¿Cómo se adecuarán sus veterinarias al retorno de otra cuarentena obligatoria? ¿Definieron un servicio de entrega puerta a puerta? ¿Ya adoptaron alguna plataforma que les permita generar reuniones que reemplacen viajes? Pensar en los distintos escenarios que vivimos en 2020 y planificar potenciales respuestas en 2021 es la base sobre la cual poder avanzar.
Resulta vital dialogar con los equipos de trabajo, explicar la realidad de la veterinaria y describir el plan de trabajo. En la medida de lo posible, es clave mantener el positivismo, tanto como transmitir a los colaboradores la importancia de su trabajo y garantizarles medidas básicas para su cuidado y el de sus familias.
Es realmente importante brindar a los clientes seguridad en cuanto a que pueden recurrir a las veterinarias o contactarse mediante medios digitales. En el local: compartir recordatorios y pautas de convivencia. Vital será mostrar preocupación por la limpieza y desinfección de los espacios. Las veterinarias deben seguir funcionando y brindando el mejor servicio, sin olvidar que vivimos un momento sensible, donde el lenguaje y los modales pueden afectar positiva o negativamente los mensajes.