Para continuar, suscribite a Motivar. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITE
Todos hemos visto alguna película en donde, con ciertos tintes apocalípticos, una pandemia producida por algún virus arrasa rápidamente con la humanidad, generando pánico a escala global. Siempre, al final, un grupo de héroes salvan, casi de milagro y con más suerte que técnica, al planeta.
Es el caso de la Amenaza de Andrómeda (1971), Epidemia (1995), Contagio (2011) y Virus (2013), entre otras.
Estas últimas semanas hemos estado sensibilizados con la noticia sobre la emergencia de un nuevo Coronavirus (Covid – 19) que genera, principalmente, cuadros respiratorios y que ahora sabemos que puede transmitirse persona a persona. Ya tenemos los primeros casos en Argentina y se ha reportado en otros lugares de las Américas.
Sin embargo, a pesar de algunas noticias fatalistas y de las “fake news”, la mortalidad de este virus es baja, siendo de mayor riesgo para personas con enfermedades crónicas o inmunosupresión. Se estima que muchos pacientes, principalmente los niños, pueden ser asintomáticos o más resistentes a la infección. Al ser un virus envuelto es más lábil a condiciones ambientales y a los desinfectantes. Nadie conoce el futuro de este brote, pero estos son datos certeros que, a la fecha, conocemos.
En cuanto al coronavirus y las mascotas, es clave recordar los informes de la WSAVA (World Small Animal Veterinary Association): hasta la fecha no existe evidencia de transmisión por contacto con perros o gatos, así como que estos puedan enfermar del novel coronavirus. El reporte realizado por la Asociación el 29/2 comenta la situación de un perro de Hong Kong que dio débilmente positivo al coronavirus (Covid-19): se puso en cuarentena y se sigue estudiando. La presencia no es inherente a infección activa ya que puede ser solo una exposición al patógeno debido a estar en un ambiente contaminado.
En las siguientes semanas tendremos seguramente más información.
En cuanto a las mascotas, es clave recordar los informes de la WSAVA: hasta la fecha no existe evidencia de transmisión por contacto con perros o gatos, así como que estos animales puedan enfermar del novel coronavirus.
Algo interesante, es que probablemente haya habido un “salto” de una especie animal (se ha postulado serpientes, murciélagos y pangolines, entre otros) al hombre.
Recordemos que los primeros casos, producidos en Wuhan (China), ocurrieron en un mercado popular donde se comercializan animales vivos. Hasta hoy, no se ha podido dilucidar qué especie animal es responsable de esto y según la prestigiosa revista Nature aún tenemos un largo camino que recorrer.
Ya hemos visto esto anteriormente, cuando pensamos en Ebola, en SARS, Influenza Aviar y muchos otras patologías. Recientemente, otro coronavirus conocido como MERS, produjo un brote en Medio Oriente donde la fuente de contagio fue el contacto directo o indirecto con dromedarios infectados.
Aunque no tuvo la escala mediática que tuvo su primo hermano de Wuhan, el mismo produjo un total 2.499 casos confirmados y una letalidad de casi el 35%
Hoy sabemos muy bien que el 70% de las enfermedades emergentes tienen un origen animal (OMS, 2011) y que el 65% de las enfermedades infecciosas que aquejan a la población humana son zoonosis. Las zoonosis son aquellas enfermedades que se transmiten de forma natural de los animales a los humanos.
Cada una de ellas con su complejidad, con sus ciclos de transmisión, con problemáticas particulares, con poblaciones vulnerables. Cada una con un escenario que requiere diferentes miradas y distintas respuestas.
De todo esto, se desprende algo fundamental: atender la salud animal es preservar y velar por la salud humana. Ya sea en el consultorio, en el campo, en el frigorífico, en un laboratorio o donde sea.
Lo dijo Luis Pasteur: “La medicina cura al hombre, la medicina veterinaria a la humanidad”. Por eso es clave la necesidad de la participación de los veterinarios, así como de tantas otras profesiones, en la resolución de problemas que competen a la salud y el bienestar común.
¿Con qué nuevos desafíos nos encontraremos en este Siglo? Es un misterio.
Solo sabemos que el rol de los veterinarios será una pieza clave para desvelar, poco a poco, este complejo mundo que son las epidemias y las pandemias.