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SUSCRIBITELa Sociedad Argentina de Tecnologías Embrionarias se fundó en 2011 con el objetivo de consolidar un espacio de intercambio para profesionales ligados a la actividad, inclusive sumando un rol gremial por medio del cual se viene avanzando en debates conjuntos con el Senasa en materia de habilitaciones de centros y nuevas regulaciones. A esto, en el último tiempo se sumó un llamado de atención a las autoridades oficiales y a los colegios de veterinarios por parte de la SATE en cuanto al impacto en la competencia laboral que genera el ingreso de profesionales extranjeros (brasileños, uruguayos, colombianos y recientemente venezolanos) en los campos argentinos. “Pedimos algún tipo de control por parte del organismo sanitario fundamentalmente en las fronteras, que es por donde hasta podrían estar ingresando laboratorios móviles sin estar declarados”, le explicó a MOTIVAR el médico veterinario Adrián Vater, actual presidente de la Sociedad Argentina de Tecnologías Embrionarias.
Más allá de esto, el especialista explicó que la Sociedad se encuentra también trabajando en un programa de certificación y recertificación para profesionales ligados a la producción de embriones para exportar, el cual está aprobado de manera interna, pero sin contar aún con el aval estatal.
La oportunidad sirvió también para conversar sobre el Cuarto Congreso Internacional en Tecnologías de Embriones que tendrá lugar los próximos 27 y 28 de septiembre en la Facultad de Ciencias Veterinarias de Tandil, Buenos Aires, bajo el título de “Las biotecnologías al alcance de la producción animal”.
Allí se desarrollarán una serie de presentaciones en las que se compartirán técnicas sencillas y fáciles de aplicar. “Abordaremos distintos temas de la mano de expertos de carácter nacional e internacional, entre los que se destacan Marcelo Seneda, presidente de la Sociedad Brasileña de Transplante de Embriones; Roberto Sartori, de la Universidad de San Pablo; el uruguayo Alejo Menchaca y un neozelandés que nos mostrará cómo por medio de la manipulación genética se puede mejorar la producción animal”, aseguró Vater.
Y reforzó: “Haremos hincapié también en cómo impacta la sanidad y la nutrición en el estado de las receptoras y debatiremos la problemática ligada a las pérdidas embrionarias, una suerte de “agujero negro” sobre el cual cada vez tenemos más información sobre la cual basarnos para evitar errores”.
MOTIVAR: ¿Cuáles son las biotecnologías disponibles para ser aplicadas en la mejora de la reproducción bovina?
Adrián Vater: La IATF está muy difundida en el país, inclusive en zonas donde hace 10 años era imposible imaginar una inseminación a tiempo fijo, pero poco difundido en relación al stock de hembras nacional. En 10 años aumentamos en solo un 2% la cantidad de vientres inseminados con esta técnica.
Un dato interesante tiene que ver con que, en algunos lugares, la masificación de la tecnología va en desmedro de la calidad. Es tan fácil y sencilla de aplicar que parece que la puede hacer cualquiera. Pero no es así, en absoluto. Los dispositivos y protocolos nos han simplificado algunas cuestiones, lo cual no significa que hayamos logrado recetas automáticas. El criterio profesional y el conocimiento de la fisiología de reproducción siguen siendo estratégicos.
Luego disponemos del transplante de embriones a tiempo fijo, similar a la IATF: ya no se saca celo en la receptora, se sincroniza y se elige y transfiere a la que identificamos con cuerpo lúteo. Se ha facilitado el manejo de la receptora, transfiriéndole los embriones al momento de hacer el tacto.
Si estuvieran dadas las condiciones, hoy podríamos transferir unos 200 por día, antes, 10 años atrás, era una cuarta parte.
En materia de fertilización in vitro, los colegas brasileños han demostrado que se trata de una técnica sencilla que cuenta con tecnología de apoyo para simplificar el traslado de los óvulos. Una vez que están producidos esos embriones in vitro, podemos hacer lo mismo que un trasplante a tiempo fijo.
Uno de los aspectos a considerar en este punto tiene que ver con las exigencias sanitarias. Desde la SATE apuntamos a generar un protocolo que nos permita exportar embriones in vitro. Si bien entendemos que considerar al embrión como un animal vivo, tal como lo hace la Sociedad Internacional de Transplante de Embriones, puede ser demasiado, comprendemos que con este foco se evitan correr riesgos inesperados frente al desconocimiento de muchos.
¿Qué tienen que saber los veterinarios?
En algunos establecimientos se podrán aplicar todas las técnicas que mencionamos juntas, en otros un grupo de ellas y en algunos, ninguna.
El criterio del profesional debe contemplar que existen segmentos de productores y campos administrados bajo distintas idiosincrasias.
Más allá de esto, está claro que hoy la IATF vive una panacea en lo que son rodeos generales, a lo cual le podemos sumar en algún momento el uso de semen sexado, técnica que ya es casi una regla en el caso de animales lecheros. Si bien en el pasado solamente se empleaba en vaquillonas a celo detectado, se han ajustado tanto los protocolos que hoy se pueden usar en tiempo fijo e inclusive en vacas de alta producción. Ya en rodeos de cría, el semen sexado puede ser utilizado para determinado grupo de animales, mientras que el transplante de embriones a tiempo fijo uno lo podría imaginar solamente en cabañas y rodeos registrados, pero también avanza en los generales.
En la medida que baje el costo de producción de cada embrión, esta técnica será cada vez más competitiva en relación al uso de semen.
Ya hablando de la fertilización in vitro, debemos decir que existen determinados lugares donde es la única técnica que vale la pena emplear.
Por ejemplo, en el norte de nuestro país y principalmente en razas indicas o cruzas se logran realmente buenos resultados, como así también en algunos rodeos lecheros y razas británicas, ya en situaciones más particulares pero efectivas, dando respuesta al problema de pobres concepciones en el verano, por citar solo un caso.
¿Coincide con que la reproducción bovina se ha instalado en el centro de las estrategias productivas con mayor difusión en el país?
Si, efectivamente esto ocurre por distintas cuestiones. En primer lugar, las empresas proveedoras de insumos están realizando un trabajo muy importante en materia de extensión y difusión de conocimientos.
Ya a nivel de los productores, podemos encontrar un grupo que tiene una visión claramente empresarial entienden del tema y nos demandan resultados por medio de la aplicación de estas técnicas. En aquellos ganaderos reticentes al tema, con ignorancia, temor o malas experiencias de fracasos en el pasado es donde disponemos de terreno fértil sobre el cual trabajar.
¿Cómo se puede mediar entre las expectativas del productor y el potencial real de las técnicas?
Tenemos que ser claros al transmitir que la reproducción bovina pertenece al mundo de la biología y no de las matemáticas. Existen condiciones básicas a cumplir en los establecimientos y los animales para lograr buenos resultados. Debemos plantearlas a los clientes antes de empezar a trabajar puesto que por más mínimas que parezcan, serán determinantes en el éxito o no de la técnica.
En los tratamientos a tiempo fijo se buscan rendimientos promedios cercanos al 50%, lo cual coincide con lo que termina ocurriendo a campo.
Quizás en la actualidad hasta podamos hablar de una expectativa justificada en cuanto a poder lograr el 55% de preñeces promedio. Vale decir que en materia de precios (honorarios y hormonas), la IATF sigue rondando entre los 7 y 9 kilos de carne por animal para el productor, lo cual se puede encarecer en el caso de sumar el uso de una eCG, en caso de que el cuadro lo amerite.
Ya hablando de los transplante de embriones, la inversión es más elevada por los insumos y las hormonas necesarias. Se estiman US$ 300 por donante, inversión que se justificaría en el caso de obtener al menos seis preñeces. Se estiman US$ 300 por donante, inversión que se justificaría en la medida que la respuesta superovulatoria de una cantidad acorde de embriones viables.
¿Cuál es el rol de las vacunas reproductivas en este tipo de planteos?
Desde la SATE instamos a reforzar el uso de estas vacunas. Cuanto más tiempo las empleemos en los planes sanitarios, mejores resultados alcanzaremos, minimizando una serie de factores y problemáticas que afectan la reproducción.
¿Qué otros aspectos deben priorizar los profesionales?
Está demostrado que la pérdida de embriones comienza el primer día de la fertilización. Más allá de lo cual y gracias al uso de la ecografía para hacer diagnósticos tempranos de preñez podemos tomar conocimiento de cosas que en el pasado se nos escapaban. Hoy sabemos que existen diferentes etapas críticas: del día 28 al 32, se producen pérdidas de entre el 3 y el 8%; del día 33 al 48 las mismas pueden ser del 2 al 5%, llegando a los 90 o 120 días (dependiendo del manejo) a pérdidas que oscilan entre el 0.5% y 2%.
También debemos considerar que no todas las pérdidas se deben a las mismas causas. Tenemos situaciones endógenas relativas al embrión o un mal ambiente uterino, pero también al impacto que tienen las enfermedades venéreas, para mencionar algunas.
No nos debemos relajar y aceptar las pérdidas sin saber si las podríamos haber evitado por medio de un adecuado manejo sanitario, nutricional o del personal que opera en el establecimiento.