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SUSCRIBITE Al llegar el verano y sus altas temperaturas, las moscas vuelven a ser una preocupación económica y de bienestar animal en los tambos. La mayoría de los programas de control se focalizan en las moscas adultas, apenas la “punta del iceberg” del problema, ya que el 85% restante está oculto en los huevos, larvas y pupas.
Para solucionar más contundentemente este problema, surge la aplicación de reguladores del crecimiento de insectos (IGR), que interfieren con el proceso de muda de las larvas, previniendo su desarrollo como insectos adultos.
Para evaluar el impacto del uso del IGR diflubenzurón se realizó -entre septiembre de 2014 y febrero de 2015- un trabajo de investigación a cargo de Dr. Eial Izak, consultor privado en materia de calidad de leche. Del mismo participaron 10 establecimientos lecheros, divididos en 5 bloques, por tamaño de rodeo, localización geográfica y sistema productivo. Dentro de cada uno de ellos se estableció un grupo bajo tratamiento y otro de control o testigo.
Durante el estudio, en los tambos correspondientes al grupo tratamiento, se le agregó 0,10 mg por kilo por peso vivo por día de diflubenzurón (Ambiflud Benzurón) a la premezcla vitamínica-mineral suministrada en forma combinada con la formulación “pour-on”. En cambio, a los animales de los tambos del grupo control se les dieron solamente formulaciones adulticidas “pour-on”.
Luego, se realizó una evaluación semanal de moscas, por lado, en 20 vacas por cada rodeo, de acuerdo con el criterio usado por DeRouen y equipo en 2009. Y al mismo tiempo, un monitoreo semanal del comportamiento durante el ordeño. Aquí se incluyó la observación de frecuencia de pasos (“zapateo”), elevación de la pata y patadas por minuto, y pateo de la unidad de ordeño, por cada ordeño (mañana y tarde).
El monitoreo se registró en 20 vacas por rodeo, de acuerdo con el criterio de Medrano-Galarza y equipo (2012). Los conteos de moscas, se analizaron usando el procedimiento de mínimos cuadrados para modelos lineales. En tanto, la frecuencia de pasos, elevación de la pata y patadas por minuto, y el pateo de la unidad de ordeño, por cada ordeño, se analizaron utilizando el modelo lineal generalizado.
Tras el monitoreo, el promedio de moscas para el grupo tratado fue de 25 por lado, mientras que en el grupo de control, ese promedio ascendió a 250.
El umbral económico aceptado de 50 moscas por lado fue mucho mayor en este último. Mientras que la reducción en las poblaciones de estos insectos para el grupo tratado, comparado con el de control, fue del 90%. Para todas las variables de comportamiento mencionadas, y observadas y monitoreadas en las fosa de ordeño, se encontraron diferencias significativas a favor del grupo tratado, frente al grupo de control.
El estudio del Dr. Izak demostró que el uso de un larvicida combinado con un adulticida es efectivo en reducir las poblaciones de moscas a niveles menores y permanentes del umbral de riesgo económico. Y por otra parte, que la reducción en el comportamiento defensivo mejoró el confort y bienestar de las vacas en ordeño.
La mayor intensificación en los sistemas productivos aumenta las poblaciones de moscas. Por eso, el uso de tratamientos combinados de IGR y adulticidas (productos “pour-on”) es una opción práctica para reducir las poblaciones crecientes de estos insectos en los establecimientos lecheros.
En ese sentido, el Dr. Izak señaló que “el manejo integral de plagas para el control de moscas en el tambo debe sustentarse en la correcta identificación, monitoreo y combinación de estrategias de control culturales y químicas”.
Este trabajo fue presentado, en agosto pasado, en el Congreso de Consensos y Controversias en Sanidad Bovina, Industria y Economía, desarrollado en Berlín, Alemania.
Fuente de la información: todoagro.com.ar