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SUSCRIBITEAtentos a la época del año y a la variabilidad climática que afecta las distintas regiones de nuestro país, desde este Periódico MOTIVAR tomamos contacto con el Dr. César Fiel, docente de la Cátedra Parasitología de la FCV de Tandil. El objetivo fue acceder a información ligada con el manejo recomendado para las diferentes zonas productivas.
MOTIVAR: ¿Cuáles son las recomendaciones para la Pampa Húmeda?
César Fiel: Después de haber realizado los primeros muestreos vemos que los conteos (HPG) no levantan. La seca actual, seguramente influye en este contexto. Lógicamente, las lluvias complicarán la situación y nos llevarán a ajustar el control por los próximos meses, hasta la primavera.
Mientras dure la seca deberíamos estar tranquilos y aguantar los tratamientos hasta el invierno. Sería interesante esperar para realizar los tratamientos que se planifican para fines de abril o principios de mayo. Una vez que las precipitaciones se hagan realidad, podríamos darle al parásito unas tres o cuatro semanas para que cicle y allí sí buscar la oportunidad de tratamiento, en base al resultado del HPG (conteo de huevos). Así, estaremos llegando ya al invierno, bien atentos al inicio de una primavera en la que tanto el diagnóstico, como el tratamiento, cobrarán vital importancia.
¿La propuesta entonces es aprender a convivir con los parásitos?
Los interesados en escuchar la entrevista completa realizada a César Fiel desde MOTIVAR Radio, deberán ingresar en hablandodelonuestro.com.ar e introducir el apellido del profesional en el Buscador de la Web. Allí obtendrán el acceso a éste y otros audios relacionados con el docente de la FCV de Tandil.
Antes pensábamos en eliminarlos pero hoy sabemos que no es posible. En el pasado nos cuidábamos de no infestar los campos, mientras que ahora debemos lograr un equilibrio entre lo que es la carga parasitaria del campo y la productividad animal.
¿Y en las provincias del Norte?
El tema es diferente debido a las grandes precipitaciones ocurridas en distintos lugares. Para ser más gráficos: si bien el efecto arrastre de las inundaciones podría «limpiar» los terrenos y llevar la carga parasitaria hacia los arroyos y los ríos, esto muchas veces no ocurre. El problema está en los bajos, donde el agua se acumula, representando un alto riesgo para los bovinos. Deberemos intensificar el control, puesto que ya en otoño comenzarán los problemas.
¿Dónde estarán los mayores riesgos?
El sistema de tambo es el de más alto riesgo, sobre todo la recría II, donde la ternera que sale de la recría I es trasladada a las peores pasturas. Si bien normalmente esta categoría está jaqueada por la cuestión parasitaria, el clima actual la empeora.
¿Qué sugiere a los profesionales?
En todos los casos el veterinario tiene que emplear el diagnóstico previo a realizar tratamientos. Entiendo que en una situación de riesgo como ésta, el HPG nos sirve más que nunca: los resultados serán determinantes. No podemos desconocer que mucho de aquello que los profesionales incorporan en materia de diagnóstico aplicado a la reproducción, no lo trasladan a los tratamientos parasitológicos.
¿Por qué ocurre esto?
Uno de los principales inconvenientes con los cuales convivimos tiene que ver con que contamos con excelentes antiparasitarios, los cuales siguen siendo muy accesibles económicamente. Esto hizo que se prescindiera de la presencia de un profesional. Pero, claro, ahora no todas las drogas funcionan todo el tiempo…
Son pocos los veterinarios que pueden tomar decisiones en este tema: al productor le gusta decir con qué y cuándo desparasitar. Sigue siendo él quien decide, mostrando una clara preferencia hacia el uso de las lactonas, concretamente las ivermectinas.
Deberemos mostrarle que la mitad de la respuesta que espera de esos productos se pierde con la resistencia (cuando la hay).
¿Tienen nuevos datos sobre la resistencia a las drogas?
En el marco de la red conformada por cinco estaciones experimentales del INTA y facultades de Veterinaria, este año estaremos presentando en el Mundial de Parasitología (Gran Bretaña) los resultados de un proyecto que desarrollamos gracias a un aporte de MSD Salud Animal y cuyos resultados preliminares son alarmantes.
Trabajamos sobre 31 establecimientos (recría) ubicados en la Pampa Húmeda y en el nordeste del país: el 93.5% de los mismos mostraron resistencia a algún tipo de antiparasitario. Esta cifra era del 60% hace 10 años cuando la FAO comenzó a discutir el tema. En aquel momento, la resistencia a bencimidazoles era del 10% y hoy ronda el 30%. Para el caso de ivermectina era del 55% y ahora es del 90%.
Otro dato: el 30% de esos establecimientos tiene resistencia múltiple a las dos. El objetivo es llegar a relevar 60 establecimientos, pero la tendencia es preocupante.
No detectamos resistencia a levamisol.
¿Varía la situación en los distintos esquemas productivos?
En la cría no encontramos resistencia porque no se desparasita. Pero la situación cambia cuando nos referimos a la recría.
Un dato interesante tiene que ver con que estos dos circuitos productivos se manejan de forma independiente, abriendo una línea de investigación que podría revertir la situación actual: incorporando las cepas sensibles donde están las resistentes.
De comprobarse sus resultados, podríamos introducir a los animales dos o tres meses antes del destete (desparasitación) en la pastura de recría. La ventaja adicional sería que estaríamos a la salida del verano: esa carga resiembra y podría diluir a los parásitos resistentes.