Para continuar, suscribite a Motivar. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITEAl analizar las perspectivas para la producción y comercialización de carne avícola en el mundo, el presidente de CEPA, Roberto Domenech, puntualizó uno de los aspectos centrales que le permitieron a la Argentina insertarse en el negocio global: «Nuestro avance fue posible gracias a la salida de la convertibilidad, situación que ha sido beneficiosa para todas las actividades locales».
Las declaraciones del titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas se dieron en el Décimo Aniversario del Periódico MOTIVAR, donde explicó que hoy se producen localmente dos millones de toneladas de carne de pollo, «lo cual -dividido 40 millones de personas- arroja un total de 50 kilos por habitante, al año (42 se consumen internamente y ocho se exportan)».
Pero a esta realidad no se llegó de un día para el otro y fue atendiendo esta premisa que el disertante explicó cómo nuestro país logró, a la vez, incrementar su presencia en los mercados internacionales, pasando de unas 20 mil toneladas (18 mil correspondían a garras) exportadas a sólo cinco países en 2001, a las 200 mil (60 destinos) de 2007, para llegar a las 300 mil toneladas exportadas a 70 mercados el año pasado.»Una evolución de la misma magnitud se dio también en el consumo interno, pasando de 24 a 30 y a más de 40 kilos en los mismos años analizados, por habitante y por año», explicó Domenech.
El sector avícola fue de los primeros en presentar -allá por 2003- un plan estratégico con miras a 2010. El mismo fue cumplido con creces y dio paso a una nueva estrategia de cara a 2017, la cual fue tomada como base para las estimaciones del Plan Estratégico Agroalimentario y puede apreciarse en el Cuadro N° 1.
«Los crecimientos del orden del 6% anual propuestos, sin dudas que comienzan a plantear problemáticas ligadas a la escala de las empresas que participan del rubro. Sabemos que cada vez tenemos que hacer una avicultura de mayor precisión», remarcó el representante de CEPA. Más allá de esto, Domenech reconoció que la exportación no está respondiendo tal como se esperaba: «Este año llegaremos a las 340.000 toneladas, mientras que el resto de la producción se direccionará hacia el mercado interno. Estamos excedidos en la oferta y esto condiciona la posibilidad de trasladar los nuevos costos de la actividad», graficó.
En base a estas situaciones, el expositor sostuvo la necesidad de trabajar en la planificación de la actividad, con la mirada puesta en una mayor precisión.
«Vamos a estar generando más de 800 millones de pollos y eso plantea la posibilidad de -por momentos- regular la faena», mencionó y ejemplificó: «Hoy los animales están ganando un promedio de 65 gramos diarios, mientras que en los últimos días crecen otros 120 o 130 gramos. Si los dejamos un día más en las granjas, lograremos cerca de 100 gramos adicionales con la misma cantidad de pollos. Hablamos de 80 toneladas de carne aviar extra que nos permitirían abastecer a un cliente de la misma magnitud que Venezuela (28% de las exportaciones) o dos kilos más de consumo interno, por habitante y por año».
Argentina se encuentra actualmente en el más alto consumo de proteína animal de todos los tiempos (109 o 110 kilos, por habitante al año), en niveles similares a los de Estados Unidos, país líder en este ranking.
«Teniendo en cuenta que 58 de esos kilos corresponden a carne bovina, 42 a la aviar y nueve a la de cerdo, vemos que comenzamos a manejarnos en un mercado de suma cero que demandará articulación entre las producciones. De algún modo, no quedará otra alternativa que pensar los crecimientos en términos exportables», dijo el disertante y agregó: «Si el mercado interno está sobre ofertado, se bajarán los precios o bajando el precio, se reducirán las producciones. De todas maneras, en distintas partes del mundo existe un desequilibrio entre oferta, demanda, precio y costo. Desde hace más de un año, el crecimiento mundial (y local) de costos internos va por delante de la consolidación de precios».
Más allá de esta situación, el presidente del Centro aseguró que el sector argentino ha logrado la escala necesaria para seguir siendo competitivo, con empresas que faenan de 6 mil a 14 mil pollos por hora.
«Hemos invertido en tecnología de punta, no obstante lo cual necesitamos masa crítica de exportadores. Varias compañías lograron créditos Bicentenario y están haciendo reestructuraciones importantes, pero de algún modo cuesta articular un mercado sobre ofertado, con un frigorífico todavía no terminado para exportar y manejar los nuevos volúmenes», puntualizó.
Además de esto, el disertante resaltó la necesidad de profundizar la política crediticia, comentando que para que la avicultura nacional logre crecer a un ritmo de 100 mil toneladas anuales, se requieren inversiones cercanas a los $400 millones al año.
Por otro lado y tal como puede verse en el Cuadro N° 2, Domenech mencionó que a los pilares generales sobre los cuales se fundamentó siempre la avicultura (genética, sanidad, alimentos y manejo), en los últimos tiempos se han sumado la tecnología en equipamiento y maquinaria y, fundamentalmente, el aporte de la ciencia en lo que hace a investigación y desarrollo.
Cuadro N° 2 | ||
1970 | 2010 | 2017 |
1 kg Pollo | 1 kg Pollo | 1 kg Pollo |
2,8 kg Alimento | 2,0 kg Alimento | 1,7 kg Alimento |
GPD 30 gramos | GPD 60 gramos | GPD 75 gramos |
Edad 75 días | Edad 46 días | Edad 38 días |
Peso 2,250 kg | Peso 2,760 kg | Peso 2,800 kg |
Total alimento por pollo 6,300 kg | Total alimento por pollo 5,520 kg | Total alimento por pollo 4,760 kg |
«Si bien estos resultados ya se logran, estimamos que para 2017 podremos generar un kilo de carne de pollo con 1.700 kilos de alimento, una ganancia diaria cercana a los 75 gramos, una edad a la faena de 38 días (con un peso promedio de 2.800 kilos) y un consumo de alimento total por animal de 4.700 kilos, unos 800 gramos menos que en 2010», sostuvo el directivo.
De la disertación se desprende la fuerte evolución de la actividad avícola en materia de instalaciones puesto que, si bien hoy cerca de un 25% de las granjas instaladas en el país son de las denominadas convencionales, las que se construyeron en los últimos años manifiestan algunas diferencias clave. Tiempo atrás, se necesitaban dos personas para un galpón de 100 metros de largo, mientras que hoy se requiere de una persona cada dos galpones de 150 metros de largo. Esto es importante, pero también el manejo de animales que sin dudas en las nuevas instalaciones encuentran mejores condiciones para su desarrollo.
«Más allá de estos avances, debemos seguir trabajando hacia una nueva reconversión de granjas cerradas, en las cuales la renovación del aire se maneja de manera automática, con la incorporación de una leve luz artificial que permite aprovechar al máximo la capacidad de reflejo en la visión de los pollos. Ya contamos con algunas de estas instalaciones en el país y es allí donde se empiezan a lograr conversiones alimenticias de 2.700 kilos, con faena a los 40 o 41 días y un peso promedio de 2.800 kilos de peso. Hacia esto vamos», agregó.
Culminando, Domenech comentó a los asistentes la necesidad de contar con productos veterinarios seguros y trazables, puesto que «la dinámica e intensidad con que se mueve la actividad sin dudas genera riesgos que deben poder evitarse».
«La avicultura pudo trasladar sus niveles de eficiencia al precio de los productos y por eso el crecimiento del consumo en los últimso años. Necesitamos poder estabilizarnos en un negocio que históricamente ha sabido moverse en un contexto de alta escala y bajos márgenes», culminó.
Acceda al audio completo de la disertación de Roberto Domenech ingresando en la sección «Noticias», disponible en www.hablandodelonuestro.com.ar |