Aunque la anaplasmosis bovina es una enfermedad endémica del norte argentino, en los últimos años se ha observado un incremento de brotes en la provincia de Buenos Aires, considerada tradicionalmente libre de hemoparásitos. Un análisis retrospectivo realizado por el Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado (SDVE) del INTA Balcarce evaluó 12 brotes ocurridos en distintos sistemas productivos de la región.
La anaplasmosis bovina, causada por Anaplasma marginale, es una enfermedad infecciosa no contagiosa que provoca anemia severa en los animales afectados. Aunque su presencia es habitual en zonas endémicas del norte del país, en Buenos Aires los casos han sido, históricamente, esporádicos.
Sin embargo, el estudio muestra que el 66,6% de los brotes analizados ocurrieron en sistemas de cría, mientras que el resto se distribuyó entre tambos (16,6%), feedlots (8,3%) y casos sin identificación del sistema productivo (8,3%).
Ingreso de animales y diagnóstico veterinario
En algunos de los brotes estudiados se comprobó el ingreso reciente de animales provenientes de zonas endémicas, lo que sugiere un posible origen del foco. No obstante, en muchos casos no se halló evidencia clara de movimiento de hacienda desde regiones afectadas, lo que plantea interrogantes sobre otras posibles vías de introducción o presencia subdiagnosticada del agente en la región.
Desde el punto de vista clínico, los animales presentaban hematocritos marcadamente disminuidos (entre 6% y 28%, cuando el valor de referencia se sitúa entre 30% y 40%). El diagnóstico se confirmó mediante la observación directa del agente en frotis sanguíneos y su detección por PCR.
Desafío sanitario emergente
Este aumento de la incidencia de anaplasmosis en la provincia de Buenos Aires refuerza la necesidad de monitorear y caracterizar la enfermedad a nivel regional. La detección temprana de brotes es clave para implementar medidas de control efectivas, minimizar pérdidas económicas y evitar la diseminación del agente.
Desde el sector veterinario, se recomienda extremar los controles sanitarios ante movimientos de animales y realizar un diagnóstico veterinario diferencial adecuados frente a cuadros anémicos.
FUENTE: CVPBA