“Para nosotros siempre fue difícil posicionar la empresa a nivel global desde Santa Fe. El objetivo era exportar el 50% de la productividad y para eso hay que buscar a los mejores en cada área, gestión de calidad, certificaciones, inversiones en equipos, dotarlos de tecnología e infraestructura en general”, analizó.
Y confesó: “La mayor limitante terminó pasando por ese aspecto, porque si bien sabía que podía facturar US$ 60 millones, para lograrlo se necesita un personal especial que difícilmente se quiera instalar en Santa Fe”.
Asimismo, el empresario reconoció que estaban al límite del rendimiento.
Si vas a vender tu empresa, hay que perderle el miedo a invertir Si vas a vender tu empresa, hay que perderle el miedo a invertir
“Estaba dando lo máximo y la llegada de una multinacional, como Ceva, con todo su equipo te puede permitir hasta triplicar las ventas en solo dos años”, comparó.
Ceva es un gigante francés con ventas por más de US$ 1.500 millones, solo en 2022, y presencia en 100 países. Para Ariotti, no quedan dudas que esta empresa tiene un conocimiento del mercado global realmente destacado.
“Si para mí el ejercicio de ganar mercados era un paso a paso, un jugador como Ceva puede avanzar de a mil pasos a la vez. Del mismo modo, está el tema regulatorio, que puede resolver en menor tiempo porque tiene personal y equipamiento que en Zoovet no teníamos”, completó nuestro entrevistado.
¿La llave? Foli-Rec
“Si vas a vender tu empresa, hay que perderle el miedo a invertir. Si tenés una facturación netamente en blanco, generás una imagen corporativa, empleados formales y cumplís con las regulaciones de Senasa y otros entes regulatorios, el comprador llega solo”, resume el ABC de su estrategia Ariotti.
En los hechos, los franceses llegaron interesados en Foli-Rec.
“Su idea era hacerse con la marca y se enamoraron de la empresa por cómo la habíamos posicionado a partir de un marketing agresivo, donde aprovechamos los 20 años de nuestra empresa con 20 lanzamientos, eventos y posicionamiento durante la pandemia, periodo donde se vendió más con un mercado interno reforzado”, afirmó Ariotti.
Y agregó: “Mientras muchos acumularon dólares, yo no compré ni uno y reinvertí todo”.
El empresario que originalmente tenía el 70% del laboratorio, hace 10 años incrementó su participación al 90% y sumó un nuevo socio, Daniel Della Schiava.
En ese sentido, el fundador de Zoovet no tiene reparos en comentar que a partir de ahí el 90% de las ganancias se reinvirtieron sistemáticamente.
“Siempre supe que la empresa debía ser solvente si algún día quería venderla”, le dijo Enrique Ariotti a MOTIVAR.
Productos, imagen, posicionamiento, camionetas, stock de insumos y mercadería son algunos de los elementos en los cuales destinó millones de dólares en el último lustro con el propósito de estar listo cuando llegué el momento de una oferta.
“Nunca me interesó tener plata a nivel personal”, señalaba. Y amplió: “Ese dinero se volcó para emprolijar la compañía en pos de este objetivo. Todo eso requiere de mucho diálogo y liderazgo. La frutilla de la torta fue la compra de un avión para seis pasajeros y dos pilotos que usamos para visitar clientes”.
Paso a paso
“Nunca me consideré un hombre rico, porque rica era la empresa”, vuelve a reforzar el concepto de reinversión sistemática y agregó: “Si bien sabíamos que algún día se iba a vender, no sabía cuándo”.
En los últimos ocho años, tres empresas estuvieron interesadas en comprar Zoovet y su fundador sabía que habría una cuarta que se la llevaría.
“Es bueno salir del negocio y solo tenía que encontrar a la novia ideal”, resumió.
“En la práctica el comprador fue “el gran campeón” y nosotros el retador e íbamos por el primer título del mundo”, graficó nuestro entrevistado.
No se me ocurre volver a invertir en la industria veterinaria No se me ocurre volver a invertir en la industria veterinaria
Y siguió: “Al final, te das cuenta de que la experiencia es trascendental en el momento de atravesar un deal así. De hecho, la operación por momentos se caía y después se terminaba reflotando”.
El diálogo transcurría con altos ejecutivos de Ceva a nivel global, con amplia experiencia en este tipo de transacciones.
“En mi caso, nuestro intermediario vivía en Barcelona, había contadores, abogados y, a su vez, hay compromisos, obligaciones, cuestiones ambientales, que hasta te pueden dejar sin el pan ni la torta propio de usos y costumbres en este tipo de operaciones que uno debe contemplar”, reconoció el empresario argentino dialogando con MOTIVAR.
Y sumó: “Nadie vende una empresa sin buenos asesores, es algo donde también hay que invertir tanto por cuestiones legales e impositivas, por eso no todo lo que vale la empresa termina en tu bolsillo”.
El pasamanos se selló en la Argentina justo antes de que la Selección enfrentará a Polonia en el último cruce de la fase de grupos del Mundial de Qatar 2022: mientras Messi erraba un penal, Ariotti firmaba el pase de su vida.
El día después
“Atravesamos un periodo muy propicio donde el mercado nos permitió crecer hasta 20% por año durante el último lustro gracias a la tercerización y por eso mismo nunca superamos el 30% de peso en materia de exportaciones, que era uno de los objetivos. Esa impronta productiva nos llevó a tener seis marcas del mismo producto y eso requirió mucho de liderazgo”, analiza Ariotti.
“Hoy, tengo muchos amigos que me han llamado y me piden consejos, pero hasta 2025 no puedo participar en el negocio relacionado al sector por un acuerdo de no competencia. De todos modos, no se me ocurre volver a invertir en la industria veterinaria”, adelantó Ariotti. Y cerró: “Ese año voy a cumplir 63 años; uno ya no tiene ganas de meterse nuevamente en todo ese proceso que viví con Zoovet”.