No hay una, ni dos, sino al menos, tres versiones diferentes sobre el comportamiento del mercado de productos veterinarios para pequeños animales en lo que va del año. Una muestra cabal de que la cosa no marcha bien. En cualquier estudio de mercado, si la situación es bullish a nadie se le ocurriría exponer un contrapunto, pero cuando los números empiezan a ajustar y actores relevantes -como las distribuidoras veterinarias- confiesan una caída en unidades, los hechos tienen una gravitación suficiente para hablar de un mal año.
En la industria de salud animal, las distribuidoras tienen el pulso de lo que pasa en los mostradores y la palabra autorizada de jugadores de renombre que reunió MOTIVAR refleja un balance ambiguo hasta mayo, donde AMBA registra caída en unidades, pero el resto del país parece estar sorteando la crisis generalizada.
Para Daniel Otamendi, gerente general de Krönen, si bien los precios del segmento acompañan la suba de precios de toda la economía, el volumen de unidades cae. “Los productos más caros son reemplazados por opciones más económicas y eso impacta en la canasta de ofertas que tiene la compañía”, describe el hombre frente a un equipo de 60 personas.
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"En unidades vemos caídas, en torno al 8% y hasta el 10%, tanto en pipetas, antiparasitarios, como biológicos", Daniel Otamendi, Krönen.
Por su parte, para Carlos Molle, director Comercial de Panacea, las empresas y laboratorios arrancaron este año con expectativas y presupuestos de ventas que traían una inercia de lo sucedido durante 2020 y 2021. Sin embargo, queda en evidencia que al hacer sus presupuestos 2023, a mediados del año anterior, pensaron seguir creciendo a esas tasas, cuando en la realidad ya en 2022 las ventas en unidades comenzaron a disminuir. “Este error de lectura de lo que estaba sucediendo en la demanda, será uno de los factores estresantes que veremos, sumado al contexto político-económico que atravesamos como país que tiene impacto negativo en todos los sectores de la economía”, resume el ex hombre de Merial.
Desde Rosario, el gerente General de Drovet, Martín Dilucca, expone un panorama algo más alentador.
“Nosotros tuvimos un muy buen primer cuatrimestre a nivel general, y también en animales de compañía”, asegura en diálogo con MOTIVAR, y agrega: “Creemos que tiene que ver más con mejoras internas en la organización que con el mercado”.
Un panorama sombrío
“El consumo a la baja tiene que ver con la crisis general y no tanto con los cambios de hábitos del consumidor porque en el caso de los animales se pueden vacunar o no y, en este contexto de crisis, es lo primero que se recorta”, dispara Gustavo Muñoz, titular de Muñoz Insumos Veterinarios. “La mayoría de los laboratorios entienden la situación y buscan redefinir objetivos”, sostiene el empresario en diálogo con MOTIVAR.
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"Bajaron las unidades de productos no indispensables y, en los necesarios, se ve la búsqueda de opciones más económicas", Carlos Molle, Panacea.
Para Molle, han disminuido sensiblemente las unidades de productos no indispensables y sobre los necesarios se observa la búsqueda de opciones más económicas. Esto trae aparejado una fuerte caída en la rentabilidad, ya que el aumento de los costos empresariales sigue por arriba de los índices de inflación. Punto en el que coinciden todos los distribuidores consultados para este artículo.
“En relación con el segundo semestre, si bien tenemos expectativas de crecimiento, es muy difícil de visibilizar cómo se desarrollará el resto del año por las cuestiones relativas a inflación, problemas de importación, elecciones y pérdida en el poder adquisitivo”, aporta Dilucca desde Drovet.
¿Cómo sigue 2023?
En Muñoz Insumos Veterinarios descartaron el plan de crecimiento para este año. “Pasamos a un plan de sostener unidades y si la situación se sigue profundizando, pensamos cómo mantener la participación por unidades con productos o marcas de menor valor y recalculando a lo largo de todo el año”, confiesa Muñoz y amplia: “La situación más grave es el abastecimiento de productos porque las multinacionales tienen problemas con las aprobaciones para importar y eso dificulta hacer el análisis sobre este contexto. No se sabe si las ventas de segundas marcas crecen por la menor oferta de las “multis” o por la crisis generalizada”.
Para Dilucca, en animales de compañía Drovet viene en línea con el presupuesto para esta etapa del año, que contemplaba un crecimiento real de seis puntos en unidades. “Si bien vemos que la industria viene siguiendo la evolución del IPC, los productos veterinarios todavía están dos o tres puntos por debajo de la inflación general”, advierte desde Rosario.
“En número de unidades vemos caídas, en torno al ocho y hasta el 10%, tanto en pipetas, antiparasitarios como biológicos y eso demuestra que hay opciones más baratas”, confirma Otamendi y lo pone en los siguientes términos: “Si la quíntuple no está quiere decir que la gente claramente no está yendo a la veterinaria”.
Para el hombre de Krönen, el desafío es atravesar los meses más duros, junio y julio, pero adelanta que la tendencia será la misma: “aspiramos a cerrar el año con estos niveles de unidades vendidas”.
Las estrategias en el tintero
“Hoy es difícil poder proyectar un segundo semestre porque hay factores que están jugando que nos exceden como distribuidor debido al clima preelectoral y el contexto político en general”, analiza Muñoz y se pregunta: “¿Tendremos o no mercadería? ¿O a dónde va a parar la inflación?”.
En Drovet, Dilucca está llevando adelante un plan con el objetivo de mejorar el posicionamiento y cobertura en el negocio de animales de compañía sumando más personal, capacitación, herramientas y nuevas familias de producto.
A su vez, Molle, desde Panacea, trae a la mesa un dato favorable: “el sector de negocio que involucra a los animales de compañía está motorizado por el amor de sus tutores, con lo cual el impacto de la caída del negocio será amortiguado por este factor, respecto de otros sectores de la economía”, especula. Y Otamendi propone que, a su vez, deben ayudar mucho al veterinario para impulsar las ventas debido a que ya no reciben tanto público como en lo que se había generado con la pandemia. “Eso se transforma en un doble desafío porque son muy pocos los laboratorios trabajan en el punto de venta, en líneas generales, los distribuidores nos fuimos comiendo el punto de equilibrio”.