Tras recibir la distinción el profesional, vicepresidente de Conadev y miembro de la Sociedad Argentina de Biología, entre otras funciones de prestigio en su haber, reflexionó sobre ¿cómo formar a los veterinarios del futuro?, en un mundo que adopta cada vez más tecnología y conciencia acerca de la sostenibilidad y el concepto de Una Salud.
En el marco del Día del Veterinario, vale recordar sus palabras tras recibir el galardón.
Valoración de la carrera veterinaria
Pecoraro recordó que la Argentina en 1880, importaba veterinarios, por lo que "había que formar veterinarios, y de esos primeros grupos, salieron quienes conformaron la Sociedad de Medicina Veterinaria, que hoy cumple sus merecidos 127 años".
Tras agradecer a sus mentores, compañeros de trabajo y a su familia, Pecoraro enumero algunos de los desafíos de los últimos tiempos, como la pandemia y el esfuerzo académico por mantener a los estudiantes dentro del sistema y adaptarse a la virtualidad. Y destacó el esfuerzo de "los que estuvimos ahí en las facultades viendo cómo hacer para que los chicos no se vayan y no dejen la carrera que tanto les gusta".
En ese sentido, el decano manifestó su amor por la carrera veterinaria y que "nunca pensé en cursar otra. Jamás dudé. Si tuviera que elegir de nuevo, la elegiría de nuevo, porque es hermosa, compleja, variada".
Cómo garantizar la continuidad de la profesión
Pecoraro hizo un análisis acerca de qué es necesario para garantizar que la carrera y la profesión continúen, teniendo en cuenta la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015, cuando se aprobó el documento titulado: "Transformar nuestro mundo".
"Yo creo que la agenda es pretensiosa y genera un gran desafío, porque los seres humanos somos desafiantes. El médico veterinario de una u otra manera se encuentra involucrado en los objetivos de desarrollo sostenible. Es por ello que el perfil profesional debe atender las demandas y necesidades de la sociedad actual y la futura", sostuvo el profesional.
Ese perfil, "se construye cuidadosamente para que todas las acciones educativas intencionadas vayan por el mismo camino. El perfil de ingreso en el currículum adquiere forma y significado educativo a medida que sufre una serie de procesos de transformación dentro de las actividades prácticas de enseñanza y aprendizaje", añadió.
Para ello, "es necesario tener en claro qué debe aprender el estudiante, cómo se debe desarrollar, y las experiencias se tienen que contemplar como oportunas, eficaces para alcanzar el perfil pretendido, así como las técnicas a utilizar para ello. Estas acciones de aprendizaje guiado pretenden que al final de la carrera el estudiante haya adquirido competencias necesarias para desarrollarse como profesional veterinario al día cero de haber obtenido su título de graduado", afirmó.
Una Salud
"Esta agenda nos indica seguir perfeccionando los tres ejes profesionales del médico veterinario, que son la salud animal, la producción animal y en especial hoy día la salud pública. Hoy el 60% o 70% de las enfermedades infecciosas las compartimos con los animales. En salud pública, tenemos un agujero", consideró.
Dentro del enfoque del futuro de la medicina veterinaria se incluyen aspectos como la seguridad alimentaria y nutricional, la reducción de riesgo en la salud animal y salud pública, la atención de emergencias y la educación sanitaria, entre otras.
"No es posible pensar un perfil profesional con visión de futuro sin considerar conceptos ambientales fundamentales sobre manejo y adaptación al medio ambiente. Estamos hablando de Una Salud. Una salud que tenemos que contemplar desde el perfil veterinario", dijo el vicepresidente de Conadev.
Al respecto, recordó que "antes no le prestábamos tanta atención al medio ambiente, hoy necesitamos hacerlo. Para eso debemos formar a los futuros veterinarios en cómo hacer sostenible la producción. Y estos temas se vienen discutiendo en diferentes ámbitos internacionales", dijo.
"Entonces es tiempo de poner en práctica estas ideas con acciones concretas, que nos permitan llegar al 2030 con profesionales que al día cero tengan esas competencias".
Veterinarios del futuro
"Las facultades, o la parte educativa, deben afrontar el desafío de formar al veterinario del futuro para que encajen en la agenda. No muchos años atrás, la carrera de ciencias veterinarias nos preparaba para el diagnóstico clínico, enseñándonos algunos métodos complementarios. Por ejemplo, cuando yo cursé, el método complementario de excelencia era la radiografía. Hoy la radiografía ya es digital, pero además el profesional veterinario tiene que saber ecografía, ecocardiografía, tomografía, resonancia. Hay que preparar al estudiante", observó Pecoraro.
Es que "la tecnología nos invadió por los cuatro costados. El veterinario hoy debe también saber los principios básicos de cirugía, pero además tiene que hacer laparoscopía, porque la mayoría de las futuras intervenciones van a ser laparoscópicas. El mismo tutor pide que no le abran la panza al perro de aquí hasta allá. Eso también entra dentro de la educación veterinaria".
En el área de la producción, "podríamos decir que antes hacíamos una selección basada en los genotipos. Mirábamos al toro, veíamos cómo se paraba la vaca, si el anca estaba buena o estaba mala, y con un poco de genética general sacábamos a los animales. Hoy tenemos capacidad de estudiar genes asociados a mecanismos de defensa, capacidad de estudiar genes asociados a mayor productividad".
En el área del diagnóstico de laboratorio también tenemos una invasión tecnológica. No sé, yo arranqué con hacer la neutralización en Elisa. De ahí pasamos a secuenciar genes, a usar la PCR, a entender lo molecular, a poder hacer árboles y entender de dónde vino cada virus o bacteria. Es más, hoy, si nos ponemos a pensar, podemos hasta hacer edición génica, o sea, encontrar cuál es el gen problemático, manipularlo. Todo eso hace un veterinario. No es la veterinaria que yo estudié, por supuesto".
El dilema de la currícula
"Hoy la currícula veterinaria es distinta a la que yo transité. Se hicieron un montón de cambios para aggiornarla, para agregar nuevos contenidos, se trabaja arduamente en Conadev, pero la pregunta que siempre nos aparece es: 'En estos cinco o seis años de carrera, entra todo este conocimiento?' Hay mayor conocimiento o necesidad de conocimiento, pero en el mismo espacio académico".
"Hoy también la profesión está de alguna manera observada por el propietario que demanda para la medicina veterinaria o para la producción, lo mejor de lo mejor. Somos médicos capaces de hacer microcirugías, especialistas en nutrición, ofalmólogos, dermatólogos, genetistas, capaces de clonar, de editar. Esas cosas nos hacen pensar, nos hacen de alguna manera sentir que hay un gran desafío respecto a qué tipo de competencia debemos dar de estudiante hoy".
Competencias
"¿Hasta dónde podemos dar competencias dentro del tiempo en que tenemos a los estudiantes cerca? ¿Por qué es importante este análisis? Porque nos va a dar el perfil del veterinario del futuro. El veterinario del futuro va a tener que aprender toda la vida. Por lo tanto, estoy convencido que una de las mayores competencias que las facultades les deben dar a los estudiantes es la de saber aprender por sí solos. Buscar conocimiento", sentenció Pecoraro.
Al respecto, añadió: "Debemos enseñarles a ser ávidos y curiosos para seguir aferrados a la información el resto de su vida profesional. Actualizarse periódicamente, porque los cambios seguirán sucediendo. Creo que ese es el gran desafío, y ese desafío hay que afrontarlo entre todos, desde las facultades, desde los colegios veterinarios, desde la federación, si quieren desde la escuela primaria en la educación, porque la educación es una sola. Nunca termina".
"Apostemos a eso. A una educación continua y de calidad para el bien de la profesión veterinaria y así poder ser partícipes necesarios de la agenda".
Por último, Pecoraro propuso a la industria farmacéutica veterinaria a que apueste al desarrollo en las universidades, al desarrollo local. "Necesitamos apoyo. Las universidades públicas necesitan el contacto con la industria, para saber qué precisa, poder empezar a trabajar en conjunto. Y así poder conseguir entonces nuestro desarrollo, nuestro propio desarrollo local", concluyó.