Con 28 años, Maximiliano Cifuentes Laponio aprendió que no hay mejor forma para ganar experiencia en la veterinaria que haciendo, y si es de la mano de los que más querés, mucho mejor.
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SUSCRIBITECon 28 años, Maximiliano Cifuentes Laponio aprendió que no hay mejor forma para ganar experiencia en la veterinaria que haciendo, y si es de la mano de los que más querés, mucho mejor.
Maximiliano empezó desde muy joven a recorrer la apasionante travesía que es la veterinaria. Lo decidió de niño, y cuando llegó el momento de elegir la carrera universitaria, no dudó. Estudió en la Universidad Nacional de Río Negro y terminó su formación académica en Buenos Aires, en la Universidad del Salvador.
En paralelo, tomó todos los trabajos que estuvieron a su alcance.
“En Río Negro, a los mejores promedios nos asignaban para hacer las prácticas en el área de castraciones, ahí conocí las cirugías y me di cuenta que eso era lo que me gustaba hacer”, contó en diálogo con MOTIVAR.
Una vez en Buenos Aires, conoció las grandes veterinarias con múltiples servicios las 24 horas y quedó fascinado. Así fue como ganó la experiencia y encontró su misión, esa que lo animó a decir a su familia: “Pongamos en pie la veterinaria de animales de compañía más grande de Buenos Aires”.
MOTIVAR se acercó hasta el centro de la ciudad porteña para conocer un poco más de cerca este proyecto. Aquí les compartimos aquellos detalles que hace única a CILAP, clínica veterinaria.
Desde el nombre queda en evidencia el origen familiar del proyecto. Cifuentes y Laponio son los apellidos del padre y la madre de Maximiliano, y en su combinación forman CILAP.
Parece un detalle menor, pero en esas siglas está la esencia de una aventura protagonizada por una familia que decidió encolumnarse detrás del sueño de Maximiliano: poner en pie una veterinaria que brinde la propuesta más integral de servicios, con foco en las urgencias.
CILAP Veterinaria es eso, un proyecto familiar, con Maximiliano como responsable del área clínica, su hermana Carolina a cargo de la administración, y el menor, Nicolás, en la gestión del petshop.
De este modo resolvieron la administración, un área que suele ser difícil de afrontar para los veterinarios sin formación en habilidades que van más allá de la medicina. Así, cada uno tomó la tarea para la que está mejor capacitado. Y les funciona.
Sus padres, por su parte, son los fieles inversores que hacen posible poner en pie una estructura que impresiona por lo que es y, más aún, por lo que quiere ser.
Además de una familia, son un equipo. Hoy el staff está formado por 15 veterinarios y 30 auxiliares que, junto a los especialistas, atiende a la gran demanda de pacientes que llegan día a día a la consulta. “No nos imaginábamos que íbamos a crecer tanto el primer año”, reconoció Cifuentes. Y agregó: “Crecimos en cantidad de pacientes, en infraestructura, en servicios, y también a nivel profesional”.
El equipo de profesionales es uno de sus principales diferenciales. Es un grupo de médicos comprometidos con la medicina basada en evidencia, respaldada por estudios y el análisis de datos, para poder brindar una atención de excelencia. Y al igual que en la medicina humana, los clínicos derivan a los pacientes a los especialistas que corresponda para que reciban una atención completa y especializada.
“Ningún paciente entra a cirugía sin su coagulograma, su electrocardiograma y todo el perfil completo”, detalló Cifuentes.
CILAP Clínica Veterinaria está ubicada en el barrio de Villa Crespo, en el centro de la Ciudad de Buenos Aires.
Hasta allí se puede llegar desde el norte, el oeste y el sur del Gran Buenos Aires de forma equidistante.
“Cada detalle que ven acá lo hicimos nosotros, la pintura, el enduido, todo. Trabajamos muy fuerte durante para dejar todo listo para la apertura. El resultado es un espacio que refleja quiénes somos”, comentó Jorge Cifuentes, el padre de Maximiliano.
Al ingresar a la clínica, nos encontramos con un petshop muy bien abastecido. Esta unidad de negocio no estaba prevista en el proyecto original, pero creció y hoy representa un porcentaje considerable de la facturación.
Más adelante, tienen una cómoda sala de espera y, unos pasos más atrás, tres consultorios para clínica médica y un consultorio cat friendly aislado y dedicado con exclusividad a los felinos.
“El área para gatos tiene su propia sala de espera, consultorio y área de internación, todo ubicado bien atrás, con doble pared y doble puerta para estar completamente acustizado”, detallaron en la clínica.
Además, CILAP cuenta con dos quirófanos muy bien equipados. Tienen dos ecógrafos, uno de ellos un Esaote Modelo Mylab 40 que tiene imágenes 4D y es muy raro de encontrar en las veterinarias de Buenos Aires.
Al final del corredor, se encuentra el área de urgencias e internación, dotada con 3 equipos multiparamétricos, un electrocardiógrafo, 2 ecógrafos y una máquina de rayos X de última tecnología con digitalizador de imágenes.
La veterinaria fue concebida siguiendo el modelo y los estándares de los hospitales humanos. “Desde la disposición de las instalaciones hasta los protocolos de atención, nos hemos inspirado en la estructura y el enfoque de los hospitales destinados a la atención humana porque buscamos brindar un servicio veterinario integral y de excelencia”, detalló.
“Enfocamos el esfuerzo en la atención de casos de internación y urgencias veterinarias”, puntualizó Maximiliano. Y agregó: “Contamos con todos los equipos para abordar situaciones de emergencia de manera inmediata, incluyendo un equipo quirúrgico disponible las 24 horas”.
El horario de atención al público es de 9 de la mañana a 9 de la noche. En cuanto a la internación, se ofrece servicio las 24 horas. “Pensamos en ampliar el horario, pero por una cuestión de seguridad no recibimos pacientes durante la noche”, explicó Maximiliano.
A través de especialistas externos, ofrecen una amplia gama de servicios, como nutrición, ecografía, cardiología, radiología, dermatología, endocrinología, etología, neurología, parasitología y oncología.
CILAP Veterinaria abrió sus puertas el 29 de octubre de 2022 y ya tiene definido un plan de acción con inversiones durante los próximos 10 años.
“La idea es hacer inversiones de acá a diez años, que incluyen reformas en el local actual, la apertura de un centro de imágenes independiente y la compra de un edificio de siete pisos donde construiremos un hospital veterinario para centralizar toda la atención”.
El próximo año está prevista la apertura de un centro de imágenes con tecnología avanzada, diseñado para que los veterinarios puedan derivar sus pacientes sin preocupaciones, exclusivamente enfocado en ofrecer diagnósticos precisos y eficientes.
Además, para respaldar esta expansión, ya han adquirido un equipo resonador y un tomógrafo. Sin embargo, la necesidad de otro local se ha vuelto imperativa debido al tamaño de estos nuevos equipos.
El enfoque a futuro incluye también la apertura de una veterinaria en cada comunidad en los próximos tres años.
Según lo proyectado, el hospital veterinario se posicionará como un referente en la ciudad, tanto en términos de tamaño como de calidad de servicio.