Las enfermedades anemizantes en bovinos causadas por hemoparásitos, representan un problema sanitario y económico creciente en la ganadería argentina, especialmente debido a su alarmante difusión del norte de Argentina hacia la pampa húmeda, un fenómeno impulsado por factores climáticos y la movilización de hacienda.
En el marco de una charla de actualización profesional organizada por la Federación Veterinaria Argentina (FeVA), el MV Enrique Trabattoni abordó este complejo panorama, señalando la necesidad imperante de afinar el diagnóstico diferencial y estandarizar los protocolos de tratamiento y prevención.
El problema y los agentes etiológicos
El calentamiento global está modificando la presencia de vectores tropicales, como la garrapata, permitiendo su descenso a zonas subtropicales y templadas. A medida que los bovinos portadores bajan con las garrapatas y las enfermedades, y llegan a la zona sur (paralelo 31), "entra la iatrogenia cortopunzante, Tábano y Mosca Brava a diseminar estas enfermedades".
Las tres hemoparasitosis principales son la Anaplasmosis, la Babesiosis y la Tripanosomiasis.
1. Anaplasmosis (Anaplasma marginale): Transmitida por dípteros hematófagos e iatrogenia. La mayoría de los casos en zonas sin garrapatas ocurren unos 30 días después de una vacunación masiva antiaftosa. El agente es muy pequeño (0.2 a 1 micra) y se ubica en el borde del glóbulo rojo. El período de incubación es prolongado, mínimo 30 días, pudiendo llegar a 60. Los portadores subclínicos son fundamentales, generando gran parte de los despelotes.
2. Babesiosis (B. bovis y B. bigemina): Babesia bovis es la cepa más común y más patógena. Es transmitida exclusivamente por garrapatas (Rhipicephalus). Se visualiza como dos "peritas" que ocupan la mitad del glóbulo rojo. Clínicamente, es la única que produce hemoglobinuria (orina oscura), siendo su ausencia un elemento clave en el diagnóstico diferencial con Anaplasmosis o Tripanosomiasis.
3. Tripanosomiasis (Trypanosoma): Transmitida por dípteros hematófagos e iatrogenia. Trabattoni describe su observación en el frotis como "unos transatlánticos afuera del glóbulo rojo enorme". La presencia del parásito es cíclica (cada 15-20 días), lo que dificulta su detección en frotis. La sintomatología de tristeza se complementa con edema (submandibular y hundimiento de vientre), un tema casi definitorio.
Impacto Productivo y Económico
Estas enfermedades causan pérdidas significativas por anemia y cuadro febril, llevando a la disminución de la producción y abortos. La virulencia se relaciona directamente con la edad del animal: los menores de un año suelen ser resistentes, los de 1 a 3 años son sintomáticos, mientras que los animales "mayores a 3 años se mueren. Es fulminante", alertó el profesional.
La Tripanosomiasis se caracteriza por la "mortandad por goteo" (muertes espaciadas que generan incertidumbre y pérdidas continuas).
Además del impacto directo, el error diagnóstico agrava las pérdidas: estudios citados por Trabattoni indican que "solo el 40% de la muestra recibida con diagnóstico presuntivo de tristeza son positivas a estas enfermedades". Esto subraya que la aplicación empírica de tratamientos (p. ej., diaminazina u oxitetraciclina) sin confirmación es frecuente y costosa.
Para enfrentar este desafío, Trabattoni enfatiza la necesidad de volver a las bases del diagnóstico clínico y laboratorial.
1. Confirmación de la Presunción Clínica
El laboratorio debe funcionar como un centro de confirmación de la presunción clínica. Las herramientas básicas son irremplazables:
• Frotis a campo: Es una "herramienta maravillosa, maravillosa de punta de cola punta de oreja". Debe realizarse inmediatamente, secarse al aire y fijarse.
• Hematocrito/Hemograma: La luz de alarma se enciende bajando de 30% y se vuelve roja por debajo de 26-25%.
• Bioquímica Clínica: Se debe solicitar suero para realizar un proteinograma, creatinina y uremia, especialmente en los animales más afectados.
• Técnicas Especializadas: Para Tripanosomiasis, la técnica de Strout puede ser útil en laboratorios de mediana complejidad.
• Muestras Post-mortem: En la necropsia, se debe tomar sangre de la oreja o músculos flexores, e improntas de órganos (el riñón y el músculo cardíaco son preferibles, evitando el hígado y el bazo por su friabilidad).
2. Diagnóstico Diferencial
Es fundamental para no malgastar recursos y tiempo. Trabattoni utiliza una máxima de su padre: "No podés no ver un elefante arriba de una mesa de luz". Deben considerarse otras causas de hemoglobinuria (leptospirosis, intoxicación por cobre, hemoglobinuria bacilar) y de muerte aguda (carbunclo, botulismo, rabia).
3. Tratamiento y Prevención
El tratamiento de las enfermedades anemizantes debe ir "apoyado aparte con vitamina del grupo B".
• Babesiosis: Imidocarb y Diaminazeno.
• Anaplasmosis: Imidocarb, Oxitetraciclina, o Enrofloxacina (con advertencia sobre el retiro en leche en tambos).
• Tripanosomiasis: El Isometamidium (disponible en Argentina) fue destacado por Trabattoni por su eficacia y poder residual de hasta cuatro meses.
Vacunación
Para la prevención, se emplean vacunas de "infección controlada" en animales de 4 a 10 meses. Estas vacunas, utilizan cepas atenuadas de Babesia y Anaplasma centralie (la cual otorga inmunidad cruzada contra el Anaplasma marginale), líquidas o congeladas, incluyendo formulaciones triples (Babesia bovis, bigemina y Anaplasma).
Finalmente, Trabattoni destacó que "la capacitación y el trabajo conjunto entre veterinarios y laboratorios son cruciales para el control de estos hemoparásitos que avanzan territorialmente".