Arranca la primavera y con ella, el momento ideal para controlar la garrapata bovina que tanto afectan a la ganadería local y en especial a las zonas del NOA y el NEA, donde el parásito puede generar pérdidas de entre 20 y 40 kilos por animal.
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SUSCRIBITEArranca la primavera y con ella, el momento ideal para controlar la garrapata bovina que tanto afectan a la ganadería local y en especial a las zonas del NOA y el NEA, donde el parásito puede generar pérdidas de entre 20 y 40 kilos por animal.
Otro efecto importante de la garrapata tiene que ver con la generación de casos importantes de miasis que también afectan la producción.
Para profundizar en este tema, MOTIVAR entrevistó al MV Néstor Sarmiento, referente del INTA Mercedes, en Corrientes, quien destacó también el rol de la enfermedad como vector de transmisión del complejo tristeza (Anaplasmosis y Babesiosis), principal causa de mortalidad en bovinos en su zona de trabajo.
En diálogo con Néstor Sarmiento, el referente indicó algunas recomendaciones para tener en cuenta en esta época del año. En primer lugar, recordar que en el animal sólo vemos parte de la población. Si, la garrapata realiza cuatro a cinco ciclos reproductivos por año, donde cada uno tiene una fase parasitaria y una de vida libre (la cual va a ser la que inicie la próxima generación del arácnido).
“El 5% de la garrapata está sobre el animal y el 95% restante se encuentra en el suelo”, remarcó nuestro entrevistado.
Otro punto para tener presente es que en agosto ya comenzó a eclosionar la primera generación de garrapatas.
“A veces es difícil convencerse de tratar temprano porque uno no ve garrapata en el animal, pero el campo ya está contaminado”, reflexionó Sarmiento.
Y agregó: “por cada garrapata nacen tres mil hijas, por eso debemos atacar con todo y evitar que se carguen los lotes”. Esa primera generación es la que sobrevivió el invierno y es la de menor población; por ello es de vital importancia aprovechar a controlarla y así bajar la carga del campo para el siguiente ciclo.
“La estrategia es evitar que se reproduzca la primera generación, si nosotros atacamos la segunda o tercera, el campo se va a contaminar y la vamos a correr de atrás todo el año”, agregó.
Finalmente, el profesional hizo hincapié en la importancia de conocer qué drogas funcionan en el establecimiento.
La rotación de productos no debe hacerse de año a año, sino dentro de cada generación de garrapatas, usando un principio activo diferente en cada tratamiento, resaltando la importancia de hacer hincapié en el diagnóstico previo.
Una vez realizado el primer tratamiento o “golpe”, con drogas que eviten la eclosión de larvas nuevas, los animales tendrán un efecto de “aspiradora” en el lote, matando los parásitos que allí se encuentren por el período que dure la acción del tratamiento.
Ni bien culmina ese período, se procede a realizar otro tratamiento (en base al resultado de las pruebas de resistencia y a la residualidad del tratamiento previo) y un tercer “golpe”, con las mismas consideraciones.
Este esquema de tratamiento estratégico desarrollado por INTA minimiza el uso de garrapaticidas y busca preservar los baños de inmersión para los despachos a zona limpia.
“Cada vez son más los rechazos de tropas que vuelven al NEA o al NOA, porque en este contexto de resistencia se les complica a los productores limpiar a los animales de garrapatas”, explicó Néstor Sarmiento.
Y reforzó: “En la zona de erradicación se aplicaban hasta quince tratamientos anuales y eso atenta contra la calidad de la carne. El problema es grave, pero el INTA ha desarrollado herramientas y programas estratégicos de acceso libre y gratuito para el control de este parásito”.