La Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF) fue el eje central de la segunda y última jornada del Congreso de la Cámara Argentina de Biotecnología de la Reproducción e Inseminación Artificial (CABIA), que tuvo lugar ayer y hoy en el campus de la Universidad Católica de Córdoba.
El tema se abordó no sólo en una mesa redonda celebrada a la mañana, sino de la mano del investigador brasilero y profesor de la Universidad Nacional de San Pablo, Pietro Baruselli, quien abordó los "Factores que afectan la eficiencia de programas de IATF. Influencia de la fertilidad del toro, en la tasa de preñez".
Además de estas actividades, veterinarios, productores, estudiantes y empresas interesados en la reproducción bovina y genética bovina presenciaron otras seis conferencias, una de ellas íntimamente vinculada a esa temática, brindada por el Ing. Agr. Andrés Costamagna, director de la Sociedad Rural Argentina (SRA), y moderada por el presidente de la entidad, Nicolás Pino.
Al cierre de esta edición, y para dar por finalizado el evento, estaba prevista la palabra del MV. Leonel Alisio, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Católica de Córdoba; el MV Raúl Sara, vicepresidente de CABIA y el ingeniero agropecuario Mariano Etcheverry, director ejecutivo de la Cámara.
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El lema del Congreso
“Conectando Ciencia y Campo” fue el slogan que utilizó el Congreso de CABIA este año. En diálogo con MOTIVAR, el director ejecutivo de la Cámara, Mariano Etcheverry explicó el por qué de su elección.
“Ha sido un excelente momento para informar los dos temas más importantes que tenemos dentro de nuestra Cámara, que tienen que ver con la reproducción y con la genética superior, y que muchas veces son abordados desde el punto de vista técnico o muy científico. Entonces quisimos contar al productor final de manera sencilla cuál es el beneficio del avance y la incorporación de tecnologías en ese sentido, y de qué manera se puede aplicar en su negocio”, señaló.
Etcheverry reforzó comentando que desde la Cámara “hace muchos años que venimos trabajando con un semen certificado, y luego con un sistema de certificación de los centros en cuanto a la calidad de los procesos y de la infraestructura que tienen esos centros como para producir un producto de calidad”.
“Desde 2005 tenemos ese sello de calidad dentro de nuestros miembros, se hace una auditoría que tienen que cumplir, con ciertos requisitos para obtener ese sello de calidad”, añadió.
“Acá hay un gran trabajo de las asociaciones de criadores con sus programas de evaluación genética. Lo que nosotros queremos es que el productor pueda usarla con respaldo. O sea, que tenga más certidumbre sobre el producto que está utilizando y cuál es la mejora que puede obtener a través de eso”, destacó el director ejecutivo de CABIA.