La comisión de Grandes animales del Colegio de Veterinarios de Buenos Aires realizó una charla online sobre el «Plan de Brucelosis bovina: avances y consideraciones para la próxima etapa».
La misma estuvo a cargo de Jorge Hart, Jefe del Programa de Brucelosis del Senasa, quien especificó las acciones que se están llevando a cabo en el país.
En una primera instancia, explicó el contexto previo en el que realizó el plan nacional, dando comienzo en 2002 con la Resolución 150, la cual se basaba en la vacunación de terneras (cepa 19) y la certificación de tambos y cabañas libre.
Sin embargo, especificó que a este esquema “le faltaba una vuelta de tuerca, ya que cuando comenzamos a evaluar los indicadores teníamos el estancamiento en algunas cuestiones importantes”.
Hart detalló que la vacunación con cepa 19 fue sostenida por más de 10 años, con cobertura superior al 95% del stock de terneras del país; pero respecto a los rodeos certificados libres, había llegado a una situación de estancamiento, ya que a nivel país al 2018 solo se alcanzaron 8.237 rodeos libres bajo el proceso de certificación RES 150/2002. “Esto representaba conocer la situación sanitaria del 3% frente a los 260.000 (aproximadamente) establecimientos del país”, aseguró.
Además, indicó que el proceso de certificación y re-certificación era adecuado para sostener una población de rodeos libres conocida, pero no se trabajaba en la búsqueda y saneamiento de predios positivos que son los que mantienen la enfermedad.
“Así fue que no dirigimos las acciones de diagnóstico y saneamiento a establecimientos infectados. Si bien se observó una disminución en la prevalencia de animales, lo que se refiere a rodeos se mantuvo prácticamente constante en 10 años. Lo que evidenció una situación de estabilidad endémica en los rodeos. El foco del plan no estaba puesto en los establecimientos positivos y su saneamiento”, agregó.
Distintas etapas
En ese contexto, se transitó una etapa de vacunación y adhesión voluntaria al plan durante 17 años con una adhesión de prevalencia constante en el 12%.
“En el 2019 con la Resolución 67 quisimos darle una nueva etapa y empezar a buscar precios positivos a través de una herramienta que era la DOES (Determinación Obligatoria de Estatus Sanitario)”, indicó el Jefe del Programa de Brucelosis del Senasa.
En ese sentido, especificó que el objetivo general era el de disminuir el impacto negativo que produce la brucelosis bovina en la producción, el comercio (interno y de exportación) y en la Salud Pública.
Para llegar a esto, se debe reducir la prevalencia de predios infectados; teniendo como estrategia la vacunación, detección (encontrar rodeos infectados – DOES), saneamiento (en los rodeos infectados detectados), control de movimientos y vigilancia.
Plan actual
Hart explicó que la DOES cuenta con dos modalidades: una es a través del diagnóstico de la totalidad de los animales (vaca – toro).
Aquellos que resultaban negativos son considerados libres e ingresan a un sistema de recertificación por vigilancia anual para mantener el estatus.
Luego se encuentra la segunda modalidad que se incorporó con la nueva resolución en la cual está el diagnóstico de porcentaje de los animales y aquellos que resultaban negativos, son considerados así e ingresan a un sistema de vigilancia por control de movimiento y otras vigilancias que se realicen por parte del Senasa. Por otro lado, aquellos rodeos que resultan positivos deben presentar un plan de saneamiento hasta eliminar la enfermedad del rodeo.
“El proceso de DOES nos permitió coordinar la certificación de libres; la detección de rodeos positivos; conocer la situación sanitaria general y dirigir las acciones correctas según el estado sanitario del establecimiento; vincular su cumplimiento a requisitos sanitarios comerciales”, indicó.
“El proceso de DOES nos permitió coordinar la certificación de libres; la detección de rodeos positivos; conocer la situación general y dirigir las acciones correctas según el estado sanitario del establecimiento; vincular su cumplimiento a requisitos sanitarios comerciales”, Jorge Hart, Senasa.
Y agregó que los establecimientos que a las fechas establecidas no hayan realizado la DOES (total o muestreo), es decir los sin estatus como también los que resulten con casos, no podrán enviar a sus animales al mercado de exportación de carne a China.
Continuidad del plan y nueva etapa
Respecto a lo que se viene, Hart indicó que el camino en el descenso de la prevalencia debe ser planteado a largo plazo a 20-30 años; pero se requiere de una constancia en las acciones de detección y saneamiento de rodeos positivos.
“La velocidad con la que se logre el descenso de la prevalencia estará relacionada de forma directa con la capacidad de detectar y sanear rodeos, pero en relación inversa a la dispersión e infección de nuevos rodeos”, especificó.
Además, al mismo tiempo que se realizan los saneamientos, debe evitarse lo más posible las nuevas infecciones o reinfecciones que enlentezcan el proceso. De esta forma, la vacunación resulta una gran herramienta, pero se debe sumar: el control de movimientos para evitar la diseminación, desarrollo de vigilancias con cada vez mayor capacidad de detección en bajas prevalencias y saneamientos rápidos y efectivos.
“A medida que se avance en el saneamiento y descenso de la prevalencia cada vez resultará más difícil encontrar los rodeos infectados y habrá que desarrollar los sistemas de vigilancia para cumplir el rol de la detección. Esto hay que tomarlo como un proceso a largo plazo, por lo que, en función de esta proyección, alcanzaríamos niveles inferiores de 0,2% de prevalencia de rodeos para el año 2041 (22 años) similar a lo que le tomó a Francia”, detalló Hart.
Por otro lado, se necesita reevaluar el control de movimientos para evitar nuevas infecciones o reinfecciones que enlentezcan el descenso de la prevalencia; así como también incorporar control de movimiento en base a estatus sanitarios diferenciados y revalidación anual de negativos para acceder a sin serología previa (optativo).
Por último, Hart concluyó que, en una nueva etapa, se deberá tener en cuenta la vacunación, continuar DOES, control de movimientos para evitar dispersión; fortalecer saneamientos efectivos; vigilancias en remates feria, frigoríficos y dispersores; considerar diferencias provinciales ya sea epidemiológicas, productivas y geográficas; continuar con los planes de agricultura familiar.
¿Poco o mucho? El 26% de los campos con bovinos conoce su estado sanitario
Actualmente el 26% de los establecimientos productivos con bovinos (a nivel país), conoce su estado sanitario; de los cuales contienen al 56% de los bovinos totales.
En Buenos Aires, el 46% de los establecimientos productivos con bovinos conoce su estatus sanitario; teniendo en cuenta que hace unos años no llegaba al 10%.
Además, se sextuplicó la identificación del estatus sanitario en relación a brucelosis bovina en los establecimientos con bovinos en todo el país, contando hoy con más de 60.000 unidades productivas libres o negativas de enfermedad.
Por otro lado, el 10,8% (a nivel país) es el índice de positividad actual.
Respecto puntualmente a los tambos, el 86,2% tienen sus estatus conocidos, los cuales representan el 94,9% de los bovinos y unidades productivas con caso, 3,6% por lo tanto es mucho más bajo de lo que se venía viendo gracias a los procesos de certificación que se trabajaron.
“La situación de positivos en la provincia de Buenos Aires, está distribuido en todo el territorio. Por eso tenemos que trabajar en saneamiento”, detalló Hart.