La seguridad alimentaria puede abordarse desde diferentes ángulos. En principio, es prioritario garantizar el control de las Enfermedades Transmisibles por los Alimentos causadas por gérmenes como Salmonella, Campylobacter y E coli principalmente.
Adicionalmente, se exige un control estricto sobre la presencia / ausencia de posibles residuos de antibióticos (ATB) en los tejidos animales, utilizados durante la crianza animal y que pudieran permanecer luego del procesamiento en los alimentos.
Hay una sensibilidad muy importante en los consumidores que temen la presencia de microorganismos resistentes a los antibióticos -una resistencia aparentemente generada durante la crianza animal- que luego podrían llegar a las personas a través de los alimentos. Es controversial y poco sustentado, pero es tan fuerte este temor que ha llevado a exigir la producción animal siempre libre de ATB.
Al mismo tiempo que la industria intenta dar respuesta a estas demandas y exigencias de los consumidores, busca también satisfacer dos criterios que hasta hace un tiempo eran sólo “generalidades” y cada día cuentan con regulaciones cada vez más detalladas, objetivas y puntualizadas:
1. Bienestar animal. Todavía quedan algunos interrogantes y zonas grises. Por ejemplo, cómo proceder en el caso de enfermedad: ¿si cumplimos la demanda de producir sin ATB sería una crueldad negar el tratamiento a los enfermos? ¿Es posible lograr el máximo potencial zoonótico en condiciones de stress? ¿No es acaso el bienestar animal el mejor indicador de productividad?
2. Responsabilidad con el medio ambiente. Involucra a todas las etapas productivas; es primordial la atención al cuidado del recurso hídrico y también el procesamiento de efluentes y residuos.
¿Cómo podemos satisfacer desde la Argentina esa demanda de alimentos seguros para el mundo?
Siguiendo el criterio profesional veterinario para el uso racional de antibióticos, administrados terapéuticamente en la dosis adecuada durante el tiempo necesario, siempre en respuesta a un diagnóstico confirmado y habiendo implementado antes y durante el brote todas las medidas preventivas en el manejo (por ejemplo, bioseguridad), es posible reducir drásticamente el uso de estas sustancias.
Utilizando exclusivamente productos veterinarios registrados en el Senasa, de calidad confiable y trazable, el riesgo de subdosificación o de contaminación cruzada es prácticamente nulo.
Asimismo, con herramientas modernas (fitoterápicos, eubióticos y biotecnología) se puede hacer mucho por la prevención de las enfermedades y el cuidado de los desafíos propios de la producción animal intensiva. Con estas nuevas tecnologías muchas veces se logra incluso mejorar la productividad con respecto a los manejos tradicionales apoyados en ATB.
En nuestro país, hoy contamos con todas las herramientas necesarias para satisfacer la demanda de los consumidores más exigentes. Sin dudas, podemos ser proveedores competitivos de alimentos para el mundo y, en este sentido, Vetanco dispone de la tecnología y los servicios técnicos para acompañar a los productores que busquen implementar los nuevos programas y participar de este negocio global.
Hoy Vetanco es un referente global en la industria de producción de alimentos de origen animal (carnes, leche de vaca, huevos de gallina, etc.) como proveedores confiables y destacados de herramientas y soluciones. Participar anualmente desde BV Science©, la unidad de negocios conjunta con Dr. Bata Ltd., en el International Production & Processing Expo 2020 (IPPE) en el Georgia World Congress Center de Atlanta, EE.UU., es para nosotros una cita obligada: es el principal punto de encuentro de toda una industria continental (Américas) que busca novedades y soluciones, siempre mejorando su productividad.
Es un dato objetivo de la actualidad que los alimentos que llenan las góndolas de los mercados más exigentes fueron producidos con el aporte de Vetanco en la cadena productiva:
Cerdo criado en México que se exporta a Japón con nuestros fitoterápicos para control de enfermedades intestinales.
Huevos de gallina producidos en EE.UU. que con nuestros fitoterápicos y soluciones biotecnológicas controlan desafíos de E. coli y Clostridium.
Pollos criados en Brasil, México y Argentina que se exportan a toda Europa y países árabes son vacunados con nuestra vacuna contra salmonella.
Leche de vaca y carne de novillos de Argentina y Uruguay, que con nuestras levaduras y enzimas controlan acidosis ruminal.
Y así se multiplican los ejemplos: con el cerdo y el pollo de Colombia, Perú, Ecuador y toda Centroamérica; consumidores que directamente frente a la góndola o a través de los “food services” (compradores de restaurantes, cadenas de comidas rápidas, supermercados, procesadores de alimentos, etc.) manifiestan nuevas expectativas y exigencias.
Por todo esto, decir “alimentos seguros” representa una premisa clave con la cual toda la industria veterinaria de nuestro país está comprometida y es así tan significativo para la visión de nuestra empresa que se refleja en nuestro lema “productos seguros para alimentos seguros”.