@aba_luciano
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El sector veterinario argentino está hecho de anécdotas, mitos, asados, mate y mucho, pero mucho cara a cara. Todas cuestiones que la actual crisis sanitaria devenida en el desarrollo de la pandemia por COVID-19 pone en jaque.
“Acá se conocen entre todos”, suelen bromear los profesionales que se suman a una actividad que aglutina a distintos grupos de personas que, con el paso de los años, han sabido afianzar vínculos realmente muy estrechos.
Entre el amigo y el cliente; de estación de servicio en estación de servicio, cientos de historias podríamos contar respecto de la importancia que tiene la visita física en un sector que ha sabido hacer un culto de ello.
Y acá nos encontramos. Frente a una pandemia que arroja cifras escalofriantes en cuanto a su impacto en la salud de la población mundial.
Al cierre de esta edición de MOTIVAR, eran más de 2 millones los infectados con COVID19 en poco más de 3 meses desde su aparición en China y más de 115.000 muertos en distintas latitudes del planeta. Entre ellos, más de 100 en nuestro país.
Y claro que la crisis es también económica, con un impacto muy marcado sobre sectores que sin dudas verán perjudicada su viabilidad, como lo son el turismo, los restaurantes, los eventos masivos y el comercio minorista en general.
En definitiva, las distintas actividades en nuestro país pasaron a dividirse entre las que no pueden llevarse adelante por el asilamiento masivo obligatorio y las que están exceptuadas por decreto respecto de esta situación, como lo es la industria de laboratorios veterinarios, las veterinarias, los distribuidores veterinarios y la elaboración y comercialización de alimentos balanceados, entre otros.
“La sanidad animal no se detiene”, titulamos en www.motivar.com.ar cuando recibimos el comunicado en el cual las distintas entidades que conforman el rubro se manifestaron de acuerdo a realizar el máximo de sus esfuerzos por, aún en este contexto y no sin inconvenientes, garantizar el abastecimiento de las veterinarias en todo el país. Veterinarias que, con cambios en sus horarios, siguen abiertas en su mayoría, buscando el mejor modo posible de abastecer una demanda genuina tanto por parte de dueños de mascotas, como de productores ganaderos, entre otros.
Entre tanto, transitando ese delicado equilibrio entre el deber para con la salud pública, laboral y económica, las empresas del sector tomaron decisiones rápidas. En algunos casos, quizás, demasiado rápidas.
Comentarios al margen y con foco en el cuidado de las personas que trabajan tanto en las áreas de ventas, cobranzas, marketing, administración, etc, las compañías rápidamente adaptaron el formato de Home Office y -feriados mediante- en pocos días se pusieron en marcha para seguir su camino.
Asimismo, se brindaron las máximas garantías para aquellos que trabajan en las plantas de elaboración de fármacos y biológicos, así como de alimentos balanceados y en los depósitos de las distribuidoras.
¿Cuál es el desafío? Que, a la distancia, el sector se mantenga unido.
“Que el virus no nos distraiga de los vivos que no quieren pagar”, se podría decir para ilustrar la necesidad que manifiestan hoy en toda la industria en cuanto a que no se corte la cadena. Un esfuerzo que, cheque electrónico, transferencia o viaje mediante, todos deberán realizar para garantizar el menor impacto posible sobre una actividad que, como se dijo, ha hecho de los vínculos un culto. Hoy, más que nunca, deberá demostrar su fortaleza.