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ES LA ENFERMEDAD DE LAS ABEJAS DE MAYOR IMPACTO MUNDIAL

Varroa: nueva mirada a un viejo problema

Es clave mantener esta parasitosis por debajo de umbrales que causen un daño económico, para lo cual generalmente es necesario el uso de tratamiento acaricidas.
1 de febrero de 2020 - 11:00
Todo junto. “Aplicar de manera aislada las prácticas para el manejo de la enfermedad, no asegurará el éxito en su control”.

Las pérdidas anuales de colmenas de abejas melíferas en Latinoamérica y el Caribe variaron entre un 12,6%, en Ecuador y Perú, y un 56,1% en Chile. Para Argentina fue, aproximadamente, un 34%. Se desconoce si existen registros sobre las pérdidas que produce esta parasitosis en nuestro país, pero se estima que el daño económico que genera es millonario. En 2018, se publicaron recomendaciones sobre el monitoreo y control de Varroa a fines de temporada que cobran vigencia a la luz de una publicación del Dr. Samuel Ramsey y sus colaboradores (Universidad de Maryland, 2019). Ellos demostraron que el principal recurso alimenticio de este parásito son los cuerpos grasos, no la hemolinfa, lo que explica las graves consecuencias, al afectar a un órgano vital en el metabolismo de las abejas.

¿Qué es un cuerpo graso?

El cuerpo graso es una gran “maquinaria” de biosíntesis y actividad metabólica.
Allí se sintetizan y almacenan las reservas energéticas (lípidos y glicógeno) y proteicas, que serán redistribuidas según las necesidades de las abejas. El tejido corporal graso también desempeña un papel crucial en la desintoxicación de pesticidas, al absorber y “secuestrar” una amplia gama de xenobióticos, evitando así que se unan al sitio de acción de los pesticidas y causen daños.
Otras funciones importantes del cuerpo graso, es facilitar la metamorfosis, regular el metabolismo y desempeñar un papel integral en la termorregulación. Es así que posee múltiples funciones metabólicas, que varían de acuerdo a la necesidad de las abejas durante su desarrollo, pudiendo además integrar señales de otros órganos. Por otro lado, un daño importante en este tejido, en los estadios tempranos de desarrollo, sería irreparable. Incapacitaría a los adultos para el almacenamiento de proteína o la síntesis de lípidos, aun consumiendo polen luego de su nacimiento. Además, los indicadores de longevidad en estas abejas se alteran, afectando la vida de las abejas de invierno.
Estas son algunas razones por las que es importante que la colmena pase por al menos dos ciclos de cría sin Varroa. Para que las abejas sobrevivan el período invernal saludables con buenas reservas en su cuerpo graso, y con capacidad para criar a las primeras larvas post-invernales.

Control de Varroa

Durante mucho tiempo, al hablar del control de este parásito, sólo se hacía referencia al acaricida que se aplicaría. En un primer momento esto pareció ser suficiente, pero el problema se fue tornando más complejo. Un abordaje integral de la problemática fue necesario para entender que sería necesario convivir con Varroa en un porcentaje que no causara daño a las colmenas. ¿Cómo se logra?, con una estrategia de manejo integrado de la parasitosis. Con el monitoreo en los momentos críticos del ciclo de producción, y no sólo con la aplicación de productos acaricidas.
De esta manera se minimizará las pérdidas ocasionadas por el ácaro.
Por lo tanto, aquí se presentan las principales prácticas que permitirán llevar a cabo un manejo integrado de la Varroosis:

  • Comprensión de las curvas de floración de la zona de ubicación de los apiarios.
  • Monitoreos en momentos críticos (Ej.: Post- cosecha, inicio de temporada, etc.).
  • Obtención de valores de referencia para tomar determinaciones sanitarias.
  • Disminución de su aplicación y rotación de acaricidas de síntesis.
  • Incorporación de acaricidas orgánicos a las estrategias de control.
    Aplicación coordinada de un plan sanitario zonal.
  • Incorporación de genética con alto comportamiento higiénico y/o genética tolerante al parásito.
  • Recambio de reinas cada 2 años.
  • Implementar de manera aislada las prácticas que existen para el manejo de Varroa, no asegurará el éxito en el control de esta parasitosis.

Conclusión

Se recomienda reforzar, los monitoreos según el ciclo de producción. Con esos datos se podrá implementar el tratamiento con acaricidas aprobados por el Senasa, que incluya un tratamiento a fin de la temporada productiva, tratando de sanear los últimos dos ciclos de cría, para evitar que los ácaros puedan dañar el cuerpo graso y el desarrollo de las abejas de invierno.

Este trabajo fue realizado por Natalia Bulacio Cagnolo; Graciela Rodríguez; Emilio Figini -FCV UNICEN- María Alejandra Palacio y Jorge Barreto (INTA Rafaela; INTA Hilario Ascasubi; INTA Balcarce e INTA Cuenca del Salado).

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