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SUSCRIBITE La Peste Porcina Africana (PPA) sigue haciendo estragos en distintos países del mundo, dejando en claro -una vez más- el riesgo que la presencia de este tipo de problemáticas sanitarias conlleva para la producción global de alimentos.
Se trata de una enfermedad hemorrágica altamente contagiosa que afecta a los cerdos domésticos, jabalís verrugosos, europeos y americanos. Todos los grupos de edad son igualmente sensibles. Con formas del virus de alta virulencia, la PPA se caracteriza por fiebre alta, pérdida de apetito, hemorragias de la piel y órganos internos, y muerte entre 2 y 10 días después, en promedio.
Las tasas de mortalidad pueden alcanzar el 100% y el organismo causante es un virus ADN de la familia Asfarviridae.
La garrapata blanda de la especie Ornithodoros moubata actúa como vector de transmisión. La infección en los cerdos se produce por contacto directo con animales infectados, por ingesta de
Tal como informara recientemente el Senasa, la Peste Porcina Africana nunca fue detectada en Argentina y es de notificación obligatoria. Asimismo, y contemplando la situación global, el organismo sanitario nacional ha reforzado sus controles y resaltado la importancia de considerar que el virus puede ingresar al país a través de cerdos, semen, y productos porcinos destinados a consumo humano como carnes, fiambres y chacinados. Ante la posibilidad de que los residuos comestibles de buques y aviones que llegan del exterior vehiculicen el virus, el Senasa reforzó los controles en los puestos de frontera.
restos de carne porcina infectada o de productos cárnicos porcinos infectados no procesados.
Más allá de esto, vale destacar que la PPA no representa una amenaza para la salud humana. Dicho esto, vale también señalar que la gravedad y la distribución de las lesiones en los animales varían en función de la virulencia del virus. Entre los signos clínicos se cuentan: pérdida del apetito, depresión, enrojecimiento de la piel de las orejas, abdomen y patas, trastornos respiratorios, vómitos, sangrado de la nariz o del recto y, a veces, diarrea. El primer evento observable en un foco puede ser el aborto.
Números que asustan
Tras una larga ausencia del continente europeo, la enfermedad reapareció en 2007 con un brote epidémico en la región caucásica. Desde entonces, se propagó rápidamente, afectando desde agosto de 2018 a China, primer productor mundial de ganado porcino. Si bien el gigante asiático registra el 98% de las pérdidas de cerdos de granja (cerca de 100.000 animales) durante dicho espacio de tiempo también en Europa se han registrado oficialmente, hasta mediados de febrero pasado, la muerte de unos 2.000 cerdos, cifra sustancialmente superior a las que se venían observando.
Sin embargo, el problema para la UE no termina allí, sino que 7 de los 10 países que tienen brotes de PPA en curso se encuentran en Europa: Bélgica, Hungría, Letonia, Moldavia, Polonia, Rumania y Ucrania. La lista la completarían China y Mongolia, en Asia; y Chad, en el continente africano.
Reuniones de urgencia
La FAO sigue de cerca el tema, generando encuentros en Asia, con el objetivo de lograr un protocolo regional ante el riesgo de propagación de esta enfermedad.
“Es crucial que esta región esté preparada para la posibilidad real de que la peste porcina africana salte la frontera hacia otros países”, alertaron. Más allá de esto, durante el pasado mes de febrero, también el viceministro de Agricultura y Asuntos Rurales chino, Yu Kangzhen, se reunió con la directora general de la OIE, Dra. Monique Eloit a fin de analizar la evolución de la situación y las medidas de prevención y control aplicadas desde la declaración del primer caso de peste porcina africana en la provincia de Liaoning, en agosto de 2018.
La aparición de dos jabalíes muertos, infectados con PPA, en Bélgica, a tan solo 2 kilómetros de la frontera con Francia, llevó a este país a declarar una “zona blanca” y al propio ministro de Agricultura a asegurar frente a los productores locales que “la Peste Porcina no entrará en Francia”. ¿Será?