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SUSCRIBITE La producción ovina en la Pradera Pampeana representa en la actualidad cerca del 10% de población nacional, integrándose con producciones ganaderas y agrícolas, siendo muy pocos campos los que la impulsan como recurso único.
Frente a este contexto productivo resulta escasa la información de datos básicos de producción disponible, hecho que ha impulsado a referentes técnicos de la Estación Experimental del INTA Cuenca del Salado a avanzar sobre la caracterización de los sistemas ovinos de la región. En ese contexto, el trabajo para la obtención de la información se inició con la visita a 22 establecimientos ubicados en los paridos bonaerenses de Azul, Rauch, Alvear, Tapalqué y Ayacucho (8.000 hectáreas).
El relevamiento del INTA permitió observar que en todos los casos encuestados se desarrolla la actividad ovina con diferente grado de intensificación, destinándose 924 hectáreas totales (11% del total).
En esta superficie se relevaron 2.243 ovejas, 117 carneros, 1.272 corderos/as y 636 borregos/as. El 68% de los productores utilizan razas únicas: las dos más utilizadas son la Corriedale y la Romney.
En cuanto a las características particulares de producción los técnicos del INTA observaron una gran diversidad en la alimentación de las majadas, las cuales son manejadas con diferentes recursos forrajeros.
El 78% de los productores lo hace sobre campo natural solo o con alguna alternativa extra de alimentación, mientras que el 18% utiliza exclusivamente pasturas (nuevas o degradadas) y el 4% las maneja solamente con rastrojo, rollo y suplementación. Por su parte y para el manejo reproductivo, según las encuestas, el 63,7% de los productores estacionan el servicio, mientras que el porcentaje restante mantiene los carneros todo el año con las hembras.
De los que estacionan servicio, el 35,7% lo realizan entre los meses de marzo y abril y el 64,3%, lo hace entre diciembre y febrero.
Vale decir que solamente el 22,7% de los encuestados sostuvo realizar ecografías post servicio para hacer repaso de las hembras vacías y también para detectar preñeces múltiples y suministrar así alimentación diferencia.
Con el relevamiento se determinó que de la totalidad de establecimientos, el 41% presentó problemas al parto principalmente en ovejas melliceras y borregas.
El 81% de los campos reportaron pérdida de corderos, de los cuales el 33,3% fueron por causas climáticas y el 27,8% por zorros, caranchos y perros. En todos los casos, las muertes se dieron dentro de la primera semana de vida. El porcentaje restante se corresponde con otras causas como asfixias, muerte de la madre y pérdida de corderos melliceros.
Sin embargo, no se puede precisar el número exacto de corderos muertos porque no todos los productores registraron dicha cantidad.
Otro dato: para la cría solamente el 27,3% de los productores desteta a fecha fija, el resto va realizando el destete a medida que se realiza la venta de corderos.
En materia de manejo sanitario de los 22 campos evaluados, el 54,5% cumple con el plan básico de desparasitación y vacunación contra mancha, gangrena y enterotoxemia. En algunos casos que se consideró necesario, realizaron el control eventual de alguna enfermedad, como por ejemplo, pietín.
En líneas generales, a lo largo del trabajo realizado desde el INTA se observó que la raza más utilizada es la Corriedale, el manejo alimenticio básico se realiza sobre campo natural y más de la mitad de los productores realizan servicio estacionado. Si bien en ninguno de los casos es considerada la actividad principal del establecimiento, hay sistemas bien estructurados, con un buen manejo y otros que necesitan reorganizar su sistema productivo y aplicar pautas de manejo básicas.