Diciembre de 2013 – Edición Nº 132
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Bajo el título “Manejo sustentable de parasitosis en bovinos basado en la técnica de HPG como diagnóstico”, la tesina presentada por Candela Cantón en la Facultad de Ciencias Veterinarias de Tandil explica por qué es clave que los ganaderos devuelvan a los veterinarios el manejo del control parasitario y acepten que se trata de un problema técnico.
Del total de las tropas monitoreadas y susceptibles a recibir tratamiento antihelmíntico, en promedio, sólo el 32% lo requirió efectivamente. Se observó una baja frecuencia de tratamientos, siendo el promedio 1.60 desparasitaciones anuales por tropa; con mayor concentración de las mismas de abril a julio, disminuyendo hacia octubre. La droga más utilizada fue Ricobendazole (62%), seguida por Ivermectina (27%). Cuando el recurso forrajero consistía en pastura o campo natural fueron necesarios más tratamientos (58% de las tropas tratadas). Según un análisis de costos, el monitoreo parasitológico se encuentra en una posición intermedia, entre uno “tradicional” con tratamientos cada 60 días (Ivermectina) y uno “supresivo” con aplicación mensual de Ivermectina, siendo este el más costoso.
Como complemento al trabajo, Candela Cantón presentó una comparación de costos entre diferentes sistemas de control parasitario. Se contrastó el monitoreo parasitológico (incluyendo análisis de HPG y rotación de principios activos), un control parasitario “tradicional” basado en tratamientos cada 60 días con Ivermectina (muy utilizado en la actualidad), y por último, otro “supresivo”, basado en la aplicación de Ivermectina cada 30 días.
El cálculo del costo se realizó teniendo en cuenta datos reales de uno de los establecimientos bajo monitoreo parasitológico (número de animales tratados, HPG realizados, drogas utilizadas y peso de los bovinos), expresando el valor en pesos por cada 500 animales de 215 kilos, en promedio.
“Es crucial la participación del veterinario en la toma de decisiones, integrando los datos aportados por el HPG con información complementaria brindada por una adecuada anamnesis y los conocimientos de la epidemiología de la enfermedad parasitaria”, se subraya en el trabajo.
Además, el monitoreo planteado presentó una serie de ventajas como la aplicación de tratamientos antihelmínticos solo cuando el criterio profesional lo indica; menor número de desparasitaciones anuales, rotando los diferentes principios activos y toma de muestras de materia fecal por el mismo veterinario. Esto permite recolectar información complementaria de la tropa (categoría, recurso forrajero, condición corporal, infecciones concomitantes), la cual también es clave para recomendar la necesidad de tratar o no.